7 métodos que funcionan para perder peso sin hacer ejercicio

Atención a cómo masticas

Saciar el hambre no solo depende de la cantidad de comida que se ingiere, sino que también debemos dejar que el cerebro lo procese. Así pues, masticar lentamente, llegando incluso a contar cuántas veces masticamos, puede resultar realmente útil en este sentido. De igual forma, la velocidad a la que comemos también puede reflejarse en el peso, ya que, según diversos estudios, aquellas personas que comen más rápido tienen más probabilidades de aumentar su peso.

El tamaño sí importa

Por muy evidente que parezca, la tendencia creciente de las dimensiones del plato puede considerarse como una de las causas del aumento de peso. Por ello, utilizar platos de diferente tamaño según el tipo de comida puede ser una de las vías por las que, inconscientemente, consigas comer mejor. Simplement, bastará con diferenciar aquellos alimentos menos saludables, que serviremos en platos pequeños, de aquellos más saludables, los cuales podrán servirse en porciones mayores.

Saciar con proteína...

Las proteínas tienen un fuerte impacto sobre el apetito, por lo que ayudarse de alimentos ricos en estas cadenas de aminoácidos será una manera muy rápida para saciar el hambre. Algunos alimentos ricos en proteínas son la carne, el pescado, los huevos y la leche.

¡Y con fibra!

De igual manera que con la proteína, al fibra es otra sustancia que puede ayudarnos a saciar el apetito y sentirnos llenos. En concreto, la fibra viscosa, la cual se convierte en gel en cuanto entra en contacto con el agua, es la más recomendable para perder peso, ya que gracias a su efecto saciador ayuda a reducir la ingesta de alimentos y, además, aumenta el tiempo de absorción de nutrientes. Este tipo de fibra solamente se puede encontrar en alimentos vegetales como la avena, los espárragos o los frijoles, así como en los suplementos de glucomanano.

Beber agua

Beber agua es otro remedio para ingerir menos alimento, especialmente si se hace antes de la comida. Un estudio recogido en el portal anteriormente mencionado establece que beber medio litro de agua antes de comer reduce el hambre y la ingesta de calorías.

No te despistes

Las distracciones se convierten en enemigas a la hora de comer. Tal como establece un ensayo de 'The American Journal of Clinical Nutrition', desviar la atención del plato, centrándose en la pantalla del televisor o el teléfono móvil, puede dar lugar a que se pierda la noción de cuánto se come, aumentando hasta un 10 % la cantidad de comida consumida.

Sueño y estrés

Como ya es bien sabido, las pocas horas de sueño y el estrés pueden causar anomalías en al regulaciónhormonal de nuestro organismo y, consecuentemente, afectar negativamente a nuestro bienestar. En cuanto al peso, hormonas como el cortisol, cuyos niveles aumentan ante situaciones de estrés, influyen directamente en la sensación de hambre, provocando una mayor ingesta de calorías.