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Adiós a las barreras

La AP-7 supera los 30 kilómetros de colas en la operación retorno

La operación retorno del domingo se ha torcido sobremanera tras un accidente cerca de La Roca

Ha habido retenciones en las autopistas sin peaje, pero también en las vías que todavía son de pago

Espectacular retención a la altura del peaje de La Roca a causa de un accidente.

Espectacular retención a la altura del peaje de La Roca a causa de un accidente. / JORDI COTRINA

Carlos Márquez Daniel

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Todavía es pronto para determinar hasta qué punto el fin de los peajes está cambiando los hábitos de los conductores. Pero ya es el segundo fin de semana con las barreras subidas en la AP-7 y en la C-32 y de nuevo este domingo se registraron colas kilométricas para regresar al área metropolitana de Barcelona, donde, en poco más de 600 kilómetros cuadrados reside casi la mitad de la población de Catalunya. Se han repetido las retenciones de la semana pasada, la más importante, precisamente junto a uno de los peajes más simbólicos, en La Roca. El origen, sin embargo, ha sido un accidente a partir del cual la tarde se ha torcido.

El siniestro ha obligado a movilizar un helicóptero medicalizado que ha tenido que aterrizar en la AP-7. Ha sucedido lo previsible, que el tráfico ha empezado a acumularse y ya nada ha sido lo mismo hasta la noche. Sobre las 18.30 horas eran ya 13,5 los kilómetros de cola para superar ese punto. La situación ha empezado a aliviarse con la apertura de un carril adicional en sentido Barcelona. También ha ayudado que los camiones no pudieran circular por esta autopista entre las 17 y las 22 horas. Los Mossos se han encargado de advertir y sancionar (a una treintena, según el 3/24) a los que se saltaban o desconocían el veto, a la vez que los camioneros se han quejado de falta de espacio en las áreas de servicio. A las 20.30 horas, 209.000 vehículos ya habían regresado a la zona de influencia de la capital catalana, el 84,5% de los que se esperaba que volvieran a su hogar. 

También en el sur

La AP-7 también ha registrado tráfico congestionado a lo largo de más de 19 kilómetros en su su ramal sur, a la altura de Vilafranca del Penedès. Podría pensarse que se trataba de autos que antes iban por la C-32 y que ahora buscan ahorrarse un dinero, pero en esa autopista, que mantiene el peaje del Garraf, también ha habido retenciones, aunque menos importantes, de cuatro kilómetros a la altura del Port Ginesta. En la pata norte de esta misma vía (en el ramal Barcelona-Blanes) se han vivido los problemas habituales de los domingos, con cinco kilómetros en el peaje anulado de Vilassar. Otra vía de pago, la C-16, ha manifestado cinco kilómetros de retención antes de Berga. Un poco lo de siempre.

La jornada no da para conclusiones, cuando tan solo han pasado dos semanas desde el fin de los peajes de las principales vías rápidas de Catalunya. Sí se ha palpado buenos reflejos por parte de los conductores. Muchos de los que volvían de la Costa Brava, por ejemplo, conocedores de lo que estaba sucediendo en La Roca, han optado por la C-32, también sin peajes. Pero antes, debían tomar la N-II, que en el tramo de Maçanet a Tordera está en obras de desdoblamiento. Resultado: caso 10 kilómetros de colas para escurrir los 13 de la autopista paralela del interior. Y con el plus de la retención de Vilasar. 

A las 21 horas la situación estaba ya normalizada. Quedaban, a lo sumo, retenciones en la B-20 a la altura de Cornellà. Y resolver el camión cargado con 220 cerdos que se ha salido de la vía y ha quedado volcado en la B-431 (Avinyó). Ahí seguro que no ha tenido nada que ver el peaje.