Astrobiología

Sería inminente el hallazgo de vida extraterrestre en Europa, una de las lunas de Júpiter

Los océanos cubiertos de hielo de algunas de las lunas que orbitan alrededor de Saturno y Júpiter siguen siendo los principales candidatos en la búsqueda de formas de vida extraterrestre

Aquí pueden apreciarse las rayas rojas en la superficie de Europa, que identifican a la más pequeña de las cuatro grandes lunas de Júpiter. La próxima misión Europa Clipper utilizará nuevos instrumentos para investigar esta luna.

Aquí pueden apreciarse las rayas rojas en la superficie de Europa, que identifican a la más pequeña de las cuatro grandes lunas de Júpiter. La próxima misión Europa Clipper utilizará nuevos instrumentos para investigar esta luna. / Créditos: NASA/JPL/Galileo.

Pablo Javier Piacente

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Basado en experimentos recientes, un grupo de científicos determinó en un nuevo estudio que un instrumento en particular a bordo de la futura misión Europa Clipper de la NASA, denominado SUrface Dust Analyzer, era tan sensible que probablemente podría detectar signos de vida extraterrestre en granos individuales de hielo expulsados por Europa, la luna helada de Júpiter. La misión tendrá un primer lanzamiento en octubre de este año, aunque se prevé una inserción planificada en la órbita de Júpiter alrededor de abril de 2030.

Un grupo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Washington en Seattle, en Estados Unidos, y la Freie Universität de Berlín, en Alemania, muestra que los granos de hielo individuales expulsados por las lunas oceánicas de Júpiter y Saturno pueden contener suficiente material para que los instrumentos empleados en próximas misiones logren detectar signos de vida extraterrestre. La misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará en octubre de este año, podría ser la primera en identificar vida fuera de la Tierra.

Los mundos helados, la gran esperanza de la astrobiología

Europa es el sexto satélite natural de Júpiter en orden creciente de distancia. Presenta una superficie repleta de grietas y rayas, además de una débil atmósfera compuesta de oxígeno, entre otros gases. Fue descubierto en 1610 por Galileo: es algo más pequeño que nuestra Luna y posee una corteza de hielo de agua, que según los científicos oculta un enorme océano subterráneo. En esas profundidades podría surgir alguna clase de vida extraterrestre.  

"Por primera vez hemos demostrado que incluso una pequeña fracción de material celular podría identificarse mediante un espectrómetro de masas a bordo de una nave espacial. Nuestros resultados nos dan más confianza en que, utilizando los próximos instrumentos, seremos capaces de detectar formas de vida similares a las de la Tierra, que creemos cada vez más que podrían estar presentes en lunas con océanos", indicó en una nota de prensa el autor principal del nuevo estudio, el científico Fabian Klenner.

Las lunas heladas como Europa o Encelado emiten al espacio material procedente de sus océanos subterráneos, a través de columnas de granos de hielo y gas. Las mediciones de la sonda Cassini entre 1997 y 2017 revelaron una gran diversidad de compuestos en los granos de hielo emitidos, abonando la idea de que estas lunas podrían albergar alguna forma de vida alienígena.

La vida cabe en un grano de hielo

En el nuevo estudio, los especialistas realizaron experimentos que simulan espectros de masas de granos de hielo que contienen una célula bacteriana, o fracciones de la misma, tal como los podrían encontrar instrumentos avanzados a bordo de futuras misiones espaciales a las lunas de Júpiter y Saturno. En concreto, pensaron en el analizador de polvo superficial o SUrface Dust Analyzer, a bordo de la próxima misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará en octubre de este año y se completará sobre 2030.

Esta nave espacial rozará la superficie de Europa, a velocidades de sobrevuelo de 4 a 6 kilómetros por segundo. Los investigadores concluyeron que las señales espectrales de masas características de las bacterias serán claramente identificables en esta y otras misiones similares, incluso si un grano de hielo contiene mucho menos de una célula. Los resultados demuestran la ventaja de los análisis de granos de hielo individuales, en comparación con una muestra masiva diluida en una columna heterogénea.

Es importante destacar que el estudio se centró en la bacteria Sphingopyxis alaskensis, una forma de vida microbiana común en aguas frente a Alaska. Este organismo unicelular es mucho más pequeño que la bacteria Escherichia coli, usada habitualmente como modelo para este tipo de investigaciones. Además, vive en ambientes fríos y puede sobrevivir con pocos nutrientes.

Todas estas características la convierten en un mejor candidato para la vida potencial en las lunas heladas de Júpiter o Saturno. "Son bacterias extremadamente pequeñas y, en teoría, son capaces de caber en los granos de hielo que se emiten desde un mundo oceánico como Europa o Encelado", concluyó Klenner.

Referencia

How to identify cell material in a single ice grain emitted from Enceladus or Europa. Fabian Klenner, Frank Postberg et al. Science Advances (2024). DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.adl0849