Matemáticas y futuro (3)

Las matemáticas dan miles de años de vida a palestinos e israelíes

Nada indica que las tensiones actuales terminen con el derecho de Israel y Palestina a existir y a convivir en paz

Recreación artística de cómo ven las matemáticas el futuro de Israel y Palestina.

Recreación artística de cómo ven las matemáticas el futuro de Israel y Palestina. / Generador de imágenes de la IA de BING para T21/Prensa Ibérica, desarrollada con tecnología de DALL·E.

EDUARDO COSTAS (científico) y EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE (periodista científico)

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Las matemáticas otorgan larga vida a palestinos e israelíes, a pesar de los enfrentamientos actuales que crean estupor y desesperanza en ambas comunidades, en las instituciones internacionales y en la sociedad civil global. Solo un nuevo discurso de derechos e igualdad puede asegurar tal vez los miles de años de coexistencia que esperan a palestinos e israelíes.

No se puede entender lo que está pasando en Gaza hoy sin profundizar en lo que es Israel 75 años después de su fundación.

Lo más destacado de este aspecto es que, desde mucho antes del fatídico 7 de octubre, cuando cinco grupos armados palestinos se unieron a Hamás en el mortal ataque contra Israel, ya existían dudas en la población israelí acerca del futuro del Estado, tal como describía el premiado periodista y escritor israelí Gideon Levy en 2022.

“Pregúntele a cualquier israelí de a pie o a cualquier político, periodista o científico, de centro político, de derecha o de izquierda: ¿a dónde va? ¿Cómo será tu país dentro de 20 años? ¿O 50? Ni siquiera pueden describir cómo será dentro de 10 años. Pocos israelíes podrían siquiera decir hacia dónde les gustaría que se dirigiera su país, aparte de eslóganes vacíos sobre la paz, la seguridad y la prosperidad”, planteaba este agudo escritor judío para describir el desconcierto de la población israelí.

Encrucijada endiablada

No es una cuestión baladí, porque la encrucijada es endiablada: primer dato, en toda la región donde se desarrolla el conflicto hay tantos judíos como palestinos, alrededor de 8,5 millones de personas a cada lado. Y lo peor es que los recursos naturales del territorio compartido, desde el río hasta el mar, ya no dan para tanta gente.

Segundo dato: palestinos e israelíes son dos comunidades divididas por una historia común que no ha gestionado bien ninguna de las dos partes: Israel abriéndose paso a la fuerza en un entorno regional hostil y culturalmente distante; los palestinos, dispersos y sin apenas recursos, sometidos a la ocupación permanente y tan divididos entre ellos como la propia sociedad israelí, con los extremismos aflorando por ambas partes: el 7 de octubre y la salvaje invasión de Gaza son los últimos episodios de este desigual desencuentro entre radicales israelíes y palestinos.

La peor gestión de este desencuentro la encontramos en las diferentes etapas políticas de la historia de Israel, salpicada con períodos bélicos (seis guerras árabe-israelíes desde 1948), esperanzadoras negociaciones de paz de la mano del laborismo y una profunda frustración y desesperanza en ambas comunidades ante los desafíos permanentes de Israel al Derecho Internacional.

En la cuerda floja

El resultado de este desencuentro es profundamente desigual: la creación del Estado de Israel (que se ha convertido en un país líder en investigación y desarrollo, innovación y tecnología) puso fin a la vida plácida de la población palestina que vivía organizada en dos grupos étnicos, árabes (musulmanes, cristianos e, incluso, judíos) y europeos judíos que vinieron en masivas oleadas inmigratorias: la primera guerra árabe-israelí de 1948 provocó la expulsión de unos 800.000 palestinos de sus hogares.

Hoy, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), este drama se ha multiplicado: en la actualidad hay cerca de 5,9 millones de refugiados palestinos registrados, tanto en los territorios de la Franja de Gaza y Cisjordania como en países vecinos de Oriente Próximo. Otros dos millones más viven en otras partes del mundo.

El embajador Hesham Youssef, investigador principal del Instituto de la Paz de los Estados Unidos, describía en 2021 que palestinos e israelíes estaban transitando sobre la cuerda floja, oscilando entre la moderación y el extremismo; entre la esperanza y la desesperación; y entre el estancamiento y el cambio.

Mapa de los refugiados palestinos en la actualidad.

Mapa de los refugiados palestinos en la actualidad. / José Luis Martín (2023)

Fracturas compartidas

Del lado palestino, la fractura es patente debido a la decadencia de las instituciones políticas 60 años después de la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), así como debido a la crisis permanente y a la ruina económica de la Autoridad Nacional Palestina. A todo ello hay que añadir que el fracaso de las negociaciones de paz ha aumentado la brecha generacional que radicaliza cada vez más a la juventud, ahondando la división entre Fatah (componente principal de la OLP) y Hamás.

En el campo israelí, que ha vivido cuatro elecciones en los últimos dos años, la fractura ha llevado al poder a los partidarios de expandir los asentamientos, de la anexión de más territorios y de aprovechar la guerra de Gaza para "terminar el trabajo" que sólo se completó parcialmente en 1948. Esta actitud explica el paroxismo que está alcanzando la ofensiva israelí: el excapitán y piloto aéreo Yonatan Shapira, que renunció al ejército israelí, anticipó en 2021 lo que hoy estamos viendo en toda su crudeza: "el ejército israelí es una organización terrorista, sus comandantes son criminales de guerra", según recordó la agencia turca Anadolu el mes pasado.

Aunque en Israel también están los que proponen alternativas más sensatas para desactivar el polvorín en el que se ha asentado el Estado judío desde su creación, no tienen capacidad de decisión. Los beligerantes son la facción dominante en términos políticos y militares, ante la indiferencia (o inconsciencia) de la población israelí sobre lo crucial de optar electoralmente por una propuesta sensata que garantice el futuro de Israel y del pueblo palestino.

Matemáticas y futuro de israelíes y palestinos

Las matemáticas pueden tal vez arrojar algo de luz sobre el futuro que puede surgir de este galimatías sociopolítico que no solo provoca dolor y miedo a palestinos e israelíes, sino que además preocupa al resto del mundo porque este conflicto es el crisol en el que se funden y se confunden las dos almas de la humanidad actual: la que domina y quema territorios, y la que aspira a reconstruir relaciones armónicas entre personas, países y con la naturaleza.

Todos estamos implicados en este dilema, tanto en la vida personal como familiar, empresarial o profesional, lo que explica la creciente implicación de las potencias y de la sociedad civil global para impedir que las tensiones actuales ahonden el dolor y la desesperación, y para evitar también que deriven en un conflicto a gran escala que tendría consecuencias catastróficas globales.

Si aplicamos el Argumento Delta t a ambas comunidades, descubrimos que israelíes y palestinos tienen miles de años de vida por delante, y que las amenazas que hoy pesan sobre sus posibilidades de supervivencia son subjetivas (sesgos cognitivos).

El Argumento Delta t es un método propuesto por el físico J. Richard Gott para predecir la duración futura de un fenómeno basado en su edad actual y en el principio de Copérnico, que dice que no hay nada especial sobre el momento de nuestra observación.

Según este argumento, hay un 95% de probabilidad de que la duración futura de un fenómeno esté entre el 2,5% y el 97,5% de su edad actual. Por ejemplo, si un fenómeno tiene 100 años de antigüedad, hay un 95% de probabilidad de que dure entre 2,5 y 9.750 años más. El Argumento Delta t, por ejemplo, predijo con 20 años de anticipación el año de la caída del Muro de Berlín.

Hay herramientas matemáticas para calcular la duración de fenómenos culturales, como los movimientos judío y palestino.

Hay herramientas matemáticas para calcular la duración de fenómenos culturales, como los movimientos judío y palestino. / Generador de imágenes de la IA de BING para T21/Prensa Ibérica, desarrollada con tecnología de DALL·E.

Futuro de Israel

Si aplicamos el argumento Delta t al futuro de Israel, tenemos que estimar primero su edad actual. Podemos considerar varias opciones, como el año de fundación del Estado de Israel (1948), el año de la declaración de independencia de Israel (1947), el año de la primera guerra árabe-israelí (1948-1949), el año de la creación del mandato británico de Palestina (1920), el año de la primera aliyá o inmigración judía a Palestina (1882), el año de la destrucción del segundo templo de Jerusalén por los romanos (70 d.C.), o el año de la fundación del reino de Israel según la Biblia (aproximadamente 1020 a.C.).

Supongamos que elegimos el año de fundación del Estado de Israel como referencia, y asumimos que estamos en el año 2023. Entonces, la edad actual de Israel sería de 75 años. Aplicando el argumento Delta t, hay un 95% de probabilidad de que Israel dure entre 1.875 y 7312,5 años más. Esto significa que hay un 95% de probabilidad de que Israel exista hasta el año 2024,75 y el año 9335,5.

Futuro de Palestina

Para aplicar el argumento Delta t al futuro de Palestina, también tenemos que estimar primero su edad actual. Podemos considerar varias opciones, como el año de reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de la ONU (2012), el año de proclamación de la independencia de Palestina (1988), el año de la primera intifada o levantamiento palestino (1987), el año de la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (1964), el año de la guerra árabe-israelí de 1948, o el año de la partición de Palestina por la ONU (1947).

Si elegimos el año de partición de Palestina por la ONU (1947) como referencia, y asumimos que estamos en el año 2023, entonces la edad actual de Palestina sería de 76 años.

Aplicando el argumento Delta t, hay un 95% de probabilidad de que Palestina dure entre 1,9 y 7414 años más. Esto significa que hay un 95% de probabilidad de que Palestina exista hasta el año 2024,9 y el año 9437.

Otras fórmulas matemáticas

El argumento Delta t no es el único que puede estimar la duración en el tiempo de un fenómeno. Generalmente se usa para calcular, por ejemplo, la duración de un monumento, pero hay otras fórmulas matemáticas que permiten ser más precisos para averiguar el futuro de fenómenos culturales, como los movimientos judío y palestino, que hoy vertebran el conflicto que enfrenta a ambas comunidades.

A partir del trabajo de Benoît Mandelbrot (1924-2010), las matemáticas han desarrollado una poderosa familia de argumentos para predecir la duración de fenómenos culturales, entre los que destaca el llamado “Efecto Lindy”.

Para definirlo formalmente, el Efecto Lindy indica que cualquier evento cultural incrementa su esperanza de vida con cada día que consigue sobrevivir. Por tanto, en términos de probabilidades, un evento cultural que se haya mantenido durante cien años incrementa sus posibilidades de sobrevivir otros cien, pero, por el contrario, un evento cultural es más vulnerable al olvido durante sus primeros años de existencia. En los fenómenos culturales que siguen una distribución de Pareto la vida que ya han tenido es un buen estimador de la vida adicional esperada.

Eso significa que la duración temporal de la mayoría de los fenómenos culturales sigue el Efecto Lindy. Así, la duración en el tiempo de la información cultural sigue una distribución en forma de ley de potencia. Sorprendentemente, la función de riesgo de desaparecer para estos fenómenos culturales disminuye con el tiempo.

Concretamente, el tiempo de supervivencia de un fenómeno cultural particular es una variable aleatoria X que sigue una distribución de Pareto, con lo que X tiene una densidad de probabilidad de la forma:

f ( t ) = c / tc exp +1     para t ≥ 1 y para c > 0.

Esto indica que la vida adicional esperada para la variable X es proporcional a la cantidad de vida que ya ha tenido la variable x hasta ahora.

Aplicado este razonamiento a la posible duración en el tiempo de los movimientos judío y palestino, a los que según diversos historiadores atribuimos en ambos casos unos 4.000 años de antigüedad, es altamente probable que ambos sobrevivan al menos otros 4.000 años más, lo que coincide en gran parte con la estimación del Argumento Delta t.

Nuevo discurso

En una declaración más reciente, Levy ha resumido la presente situación con estas palabras: "lo que Israel ha estado haciendo diariamente durante 55 años (desde la ocupación de 1967) en Cisjordania es un crimen de guerra. Desde los colonos (judíos ilegales) hasta el traslado de prisioneros (palestinos) a Israel, desde los secuestros nocturnos de personas de sus hogares hasta los castigos colectivos, todo esto es una violación del derecho internacional".

Y añade: "Incluso si destruye completamente el sur de Gaza y derrota a Hamás, al día siguiente Israel no tiene idea de lo que sucederá. No hay un plan.”

En la otra orilla, los palestinos más sensatos siguen aspirando a un Estado propio que les garantice su seguridad e independencia y que pueda convivir en paz con Israel sin padecer la amenaza de la ocupación, aunque ahora están en su hora más peligrosa desde la Nakba (catástrofe) de 1948.

“La única salida a este deprimente callejón sin salida es creando un nuevo discurso, un discurso de derechos e igualdad. La gente debe dejar de cantar las canciones de antaño y abrazar una nueva visión. Para la comunidad internacional, esto debería ser obvio; para los israelíes y, en menor medida, para los palestinos, la idea es revolucionaria, amenazante y extremadamente dolorosa”, concluye Levi. Tal vez sea el único camino para que palestinos e israelíes perduren miles de años más con sus respectivas identidades, como calculan las matemáticas.

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