Estreno en Netflix

El Pequeño Nicolás al desnudo: lujo, comisiones, fiestas y mítines del PP

La plataforma ofrece un elaborado y riguroso trabajo de investigación sobre la irrupción del veinteañero en las esferas políticas del país, que incluye 21 entrevistas a cámara, además de material fotográfico y audios exclusivos

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Francisco Nicolás Gómez, en una imagen de 'El Pequeño Nicolás', de Netflix

Francisco Nicolás Gómez, en una imagen de 'El Pequeño Nicolás', de Netflix / Elena González / Netflix

Inés Álvarez

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En la mitología griega, Ícaro voló tan cerca del sol, que la cera de sus alas se fundió y acabó cayendo al mar. Un símil perfecto de lo que le ocurrió a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como El Pequeño Nicolás, el chico de 20 años que saltó a la fama tras colarse en los círculos más exclusivos de España y que actualmente, con 28, se enfrenta a más de 12 años de prisión. Se le acusa de delitos como usurpación de funciones públicas, falsificación y cohecho. De intentar explicar ese inusitado ascenso y de cómo se acabó precipitando al vacío, se encarga, ahora que se cumplen 10 años del estallido del ‘caso Nicolay’, la docuserie ‘(P)Ícaro: El Pequeño Nicolás’ (título que juega con ingenio con esa figura mitológica y el adjetivo que mejor le define), que estrena Netflix este jueves, 15.

El audiovisual se presenta como radiografía de los casos que orbitan alrededor de El Pequeño Nicolás, a partir del  relato del propio joven de su historia, aunque por él desfilan periodistas, políticos y otras personas cercanas, que van desmontando o corroborando esa versión. Su versión. Porque la verdadera naturaleza de la docuserie es un riguroso trabajo de investigación, con metodologías propias de ese género periodístico que caracterizan a la productora de investigación CAPA, sello de documentales en español del Grupo iZen. De ella son producciones como ‘Operación Brooklyn’, ‘Ciencia Maps’, ‘La última lidia’ y ‘Adictos a la pantalla’.

Una historia increíble

Tomás Ocaña (que participó en Lucía en la telaraña, la mejor investigación periodística del año 2021 en España, según la Asociación de Periodistas de Investigación), el director y cocreador, y Adolfo Moreno, el otro creador, cuentan la increíble historia de ese personaje que puso en jaque al Gobierno al pasar, con solo 14 años, de ser capaz de arrastrar a jóvenes a las discotecas a los mítines del PP, lo que le granjeó unas amistades que le llevaron a codearse con políticos de primer nivel y empresarios de renombre. Y a trabajar para los servicios secretos e, incluso, la Casa del Rey O eso es lo que él sostiene.

Una vida de lujo, negocios, comisiones, viajes y fiestas (y sirenas, muchos coches con sirenas, por las que siempre ha mostrado una obsesión) que el propio protagonista relata con indisimulado orgullo, mostrando así una peculiar personalidad que contribuye a dibujar tanto su madre como esa profusión de vídeos grabados por sus padres de niño, que ayudan a entender mejor cómo sería años después. Una personalidad, por cierto, que no pudo llegar a mostrar en su participación en el ‘reality’ ‘GH Vip’, con 21 años, ya que fue el primer expulsado. Circunstancia que él ve como un intento de que no soltara asuntos secretos durante el encierro.   

Desfile de personajes

En ‘(P)Ícaro: El Pequeño Nicolás’, aparecen personajes implicados en los diferentes tramas en las que el joven ha participado en su presunta pertenencia al CNI, entre los que destaca el comisario de la Policía jubilado José Manuel  Villarejo, a quien destapó y aupó a la fama, para acabar entrando en el club de la parte más oscura de este país (por algo pide hablar en una estancia luminosa). “He estado cerca de las cloacas porque he olido a mierda”, dice con una sonrisa cínica Nicolás en un momento del reportaje, en el que menciona a otros personajes presuntamente corruptos, como Javier de la Rosa y el propio rey Juan Carlos I, del que siempre ha sostenido que le respondía al Whatsapp.

La investigación para elaborar el documental ha ocupado durante más de un año al equipo de investigación, que se ha leído con detalle más de 35.000 folios correspondientes a seis procedimientos distintos que ya han pasado por juicio; la producción ha durado seis meses y la posproducción, 2.000 horas. Dos periodistas se han dedicado durante meses en exclusiva a realizar el ‘fact-checking’ (comprobación de datos) y los guiones han sido validados por un equipo legal. Y sometidos a peritaje informático otros elementos clave.

El material exclusivo que aporta el documental se compone de fotografías del chico con personalidades notorias y un audio de su interrogatorio tras su detención en 2014. Asimismo, en pantalla aparecen 21 de las personas entrevistadas, que han aportado, muchas de ellas, testimonios inéditos. Todo es poco para intentar desenmarañar este complicado caso, en el que su protagonista, El Pequeño Nicolás, mantiene su versión. Aunque ahora se arrepiente de haber llegado tan lejos. De no haber previsto que sus alas de oro no podrían siempre volar.