TÚ Y YO SOMOS TRES

Lo menos criticable del artefacto

Ferran MONEGAL

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El único capital, la única tarjeta de presentación que puede enarbolar un programa de sátira –llevo 25 años repitiéndolo– es que en su trayectoria haya equilibrio en el reparto de les mossegades. Caso de que haya una ligera descompensación en la mordacidad sobre política y políticos, siempre hay que ensañarse más sobre el partido gobernante. Polònia (TV-3) acaba de arrancar su temporada número 14. Es uno de los pocos espacios de TV-3 en donde el sermón religioso todavía no se ha instalado. En la anterior temporada, con la cadena pública ya transformada en colosal aparato de propaganda, señalé algún desequilibrio preocupante en los polacos. Me llovieron algunas críticas muy afiladas. ¡Ah! Siempre tomo noto de las críticas al crítico. Son muy sanas. Ayudan a mejorar. En una cosa tenían razón los que me criticaron: Polònia es lo menos criticable que hay en la parrilla de este artefacto.

En el arranque de la nueva temporada, por ejemplo, tres temas principales han sido objeto de su sarcasmo. Veámoslos. En vista de que al Rey emérito no se le va a investigar por sus posibles corruptelas económicas, han escenificado un atraco a un banco. Los ladrones iban todos con una careta con la cara del emérito. Consecuencia: al llegar la policía, en lugar de detener a los atracadores se llevaron detenidos a los clientes y empleados del banco. Moraleja: si te pones la careta del emérito, podrás robar con toda tranquilidad.

Otro bastonazo: los lideres de Ciutadans arrancando lazos amarillos caracterizados como en la película de Kubrick,  La naranja mecánica, en donde un sociópata (Malcolm McDowell), y sus secuaces, dan un recital de ultraviolencia espeluznante. Es un sketch duro. Vitriólico. No hay piedad, ni mesura, en los colmillos de los polacos. Pero el sentido del equilibrio –del que hablabamos antes– les salva. No se olvidaron de escenificar también una sesión de Quim Torra con algunos consellers, en la Generalitat. ¡Ahh! El clima dibujado era de un patetismo sangrante. Se comprometían todos a impulsar la República, pero en cuanto escucharon la posibilidad de ir a la cárcel renunciaban, disimulaban, se escondían como gallinas de corral.

Lo del emérito ha sido una andanada ejemplar. Lo de C’s, corrosivo. Lo de la Generalitat, retrato de una colla de patéticos y ridículos personajes. Mordacidad equilibrada.