UNA DÉCADA DE guerra política por el control de la información

Del «cecé-oo» de Urdaci al 'espionaje' de los consejeros

MANUEL DE LUNA
BARCELONA

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El 16 de octubre del 2003, los informativos de TVE tocaron fondo. Aquel día, Alfredo Urdaci, jefe de Informativos nombrado por el Gobierno de Aznar, tuvo el dudoso honor de leer ante las cámaras la primera sentencia judicial de la historia de la tele estatal por manipular y tergiversar la información sobre la huelga general del 27 de junio del 2002. La humillación alcanzó la categoría de bochorno cuando Urdaci deletreó el ya histórico «Cecé-oo», que dejó poco claro quién hizo la denuncia (CCOO).

La credibilidad y prestigio de los informativos de la TVE estaban por los suelos, y eso lo vio claro el líder de la oposición, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien en su programa planteó la necesidad de terminar con la agonía de la tele estatal, ahogada por una deuda histórica de más de 7.500 millones de euros, una plantilla sobredimensionada e informativos de capa caída.

Pese a que en estos años la política audiovisual de Zapatero ha sido muy errática, sí afrontó el reto de desfacer el entuerto de 50 años de desaguisados. Así, tras asumir la presidencia del Gobierno, nombró a una prestigiosa catedrática, Carmen Caffarel (abril del 2004), para «preparar el camino para que esta sea una televisión de servicio público». En esta etapa, en la que el Estado asumió la deuda histórica y afrontó la reducción del personal de RTVE, Caffarel mostró el nuevo talante llevando el debate a la tele (59 segundos, Tengo una pregunta para usted). Y confió el cambio de los informativos a Fran Llorente, periodista de la casa que se había ganado un gran prestigio al frente deLa 2 Noticias, junto a Lorenzo Milá. Llorente, que sigue al frente de los Informativos, empezó el cambio de losTelediariosen septiembre del 2004, con la idea de hacer unos informativos independientes y, sobre todo, planteados como servicio público esencial.

Aquel 13 de septiembre del 2004 empezó una nueva etapa para los periodistas de TVE en busca de ese ideal de trabajar sin cortapisas políticas. Pero ya quedó claro que no sería fácil: a pesar de que comenzaron líderes, el PP cumplió lo que Caffarel decía: «RTVE es un objetivo prioritario para machacar». Efectivamente, la entonces portavoz del PP, Macarena Montesinos, no felicitó a los periodistas por volver a ser los más vistos, sino que los acusó de estar «gubernamentalizados», de «amordazar la pluralidad y manipular la información» y estar «a los dictados del Gobierno». Siete años después, el discurso del PP es el mismo, aprovechando todos los errores en imágenes y ediciones de informaciones para sustentarlo, y criminalizando a los profesionales de la casa cuando se defienden (el rifirrafe en abril entre Ana Pastor y María Dolores de Cospedal sobre la imparcialidad de TVE). Este acoso y derribo es más virulento a medida que se acerca el 20-N. Parece que quieren tenerlo todo atado y bien atado en la campaña electoral. Quizá esta sea la razón por la cual los consejeros del PP en RTVE quieran ¿supervisar, espiar, censurar? el trabajo de periodistas que consideran enemigos. El caso es que esta denuncia constante de la manipulación de TVE contra el PP no encuentra un gran respaldo de la sociedad: losTelediariosde TVE son líderes de audiencia en toda España desde hace 48 meses. El PP no se fía de TVE, pero una media diaria de tres millones de españoles no pueden equivocarse. O se dejen manipular.