Oficinas cerradas

Centenares de empleados de Twitter dimiten de forma masiva tras el ultimátum de Elon Musk

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¿Qué está pasando en Twitter? La fuga de empleados pone en riesgo la red social

Los trabajadores denuncian que el magnate ha impuesto unas nuevas condiciones laborales "extremadamente duras"

¿Por qué nadie quiere que Elon Musk esté en Twitter?

¿Por qué nadie quiere que Elon Musk esté en Twitter?

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Hasta hace dos semanas, Twitter tenía 7.500 empleados. El nuevo dueño de la compañía, Elon Musk, fulminó a la mitad el pasado 4 de noviembre alegando cuestiones económicas. El magnate reiteró su afán por poner la red social en una "trayectoria saludable". Al resto de trabajadores, les impuso unas nuevas condiciones laborales "extremadamente duras", aseguran los empleados, que en lugar de aceptarlas se han plantado y han dimitido en masa.

El empresario envió el miércoles un correo electrónico a la plantilla en el que instaba a aceptar una nueva cultura corporativa para construir un "Twitter 2.0 rompedor" antes del jueves a las 17.00 horas de Estados Unidos. Pero no se dio el caso. A medida que se acercaba la hora límite, los empleados comenzaron a publicar el emoji de saludo, que se ha convertido en una señal de que alguien se va de la empresa. Al final del día, las dimisiones se contaban por centenares, informan 'The New York Times' y 'The Washington Post'.

"Desempeño excepcional" o indemnización de tres meses de sueldo

Musk dio a elegir a sus trabajadores entre dos opciones. Por un lado, a comprometerse a trabajar largas jornadas y de forma extremadamente dura. En concreto, en el 'mail' pedía "trabajar muchas horas a alta intensidad".

Además, el magnate hizo una advertencia: solo quienes ofrecieran un "desempeño excepcional" pasarían el corte, explica el citado medio. Por el otro, les invitaba a dejar la empresa con una indemnización de tres meses de sueldo.

Oficinas cerradas por temor a boicots

Los trabajadores se despidieron a través de los canales de comunicación interna de la compañía, lo que ha provocado un colapso de las herramientas de la empresa. Por todo ello, y por temor a boicots, Musk ha decidido cerrar la sede de Twitter en San Francisco, invalidar los pases de seguridad y denegar el acceso a los trabajadores hasta el lunes.

La medida no es nueva, ya lo hizo en la primera oleada de despidos. Sin embargo, ahora ha ido un paso más allá: también ha interrumpido los canales de comunicación interna para que los empleados no se comuniquen entre ellos.

A Musk no parece importarle que el despido masivo de principios de noviembre y la dimisión el bloque de este jueves deje a la red social en una situación crítica. La red social social ha sufrido una fuga masiva de anunciantes y pierde cuatro millones de euros al día.

Asimismo, la empresa se ha visto obligada a suspender el plan de pago de cuentas verificadas tras la avalancha de impostores. Aún así, el empresario se muestra tranquilo, o al menos así lo dice en Twitter: "Las mejores personas se quedan, así que no estoy súper preocupado", ha tuiteado este viernes de madrugada.