Suscripción polémica

Twitter suspende el plan de pago de cuentas verificadas tras la avalancha de impostores

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La empresa admite que sufre "problemas de suplantación de identidad" mientras los 'trols' campan a sus anchas en la red social

La red social Twitter, ahora en manos de Elon Musk.

La red social Twitter, ahora en manos de Elon Musk. / Reuters

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La nueva y polémica suscripción de pago en Twitter ha durado un telediario. En concreto, seis días. Al menos tal y como la presentó el dueño de la red social, el magnate Elon Musk: el pasado 5 de noviembre instauró un servicio premium de ocho euros al mes que permite a los usuarios, entre otras cosas, comprar la insignia azul de verificación. En otras palabras, ha desaparecido el control sobre la identidad real de las cuentas. Eso ha provocado que salgan impostores de empresas, políticos y celebridades de debajo de las piedras. De hecho, las acciones de la farmacéutica Eli Lilly cayeron un 4% este viernes después de que un perfil falso publicara un bulo sobre la compañía. No es el único caso, pero es el que ha provocado que Musk tenga que recular. La controvertida opción queda suspendida 'sin díe'.

Musk lanzó la suscripción Twitter Blue para intentar hacer rentable la empresa, que cada día pierde cuatro millones de euros tras una fuga masiva de anunciantes. Además, estaba convenido que pagar por la insignia azul permitiría luchar contra los bots y las falsificaciones.

Las empresas de Musk también han sido copiadas

Nada más lejos de la realidad: ahora hay un expresidente estadounidense George W. Bush verificado que echa de menos "matar a iraquíes" y un Tony Blair 'fake' que le ha dado un 'like'. Ha aparecido un impostor del jugador de baloncesto LeBron James, que ha pedido irse de Los Angeles Lakers, y ya hay un Jesucristo 'verificado'. Hasta Nintendo, Lockeed Martin y las propias empresas de Musk, Telsa y Space X, también han sido copiadas.

Otra de las medidas fue despedir a la mitad de los empleados de la compañía y del tijeretazo no se libraron ni el jefe global editorial, el director de ética y transparencia, el jefe de información y el de estrategia. La decisión no gustó y además dimitieron otros máximos ejecutivos encargados de la seguridad o de revisar los contenidos. Con todo, Musk no controla Twitter, sino que reina el caos.

Caos y polémica

La empresa no ha hecho ningún anuncio oficial sobre la suspensión temporal el plan de pago de cuentas verificadas. 'The Washington Post' ha tenido acceso a una nota interna de la compañía que indicaba que el servicio premium quedaba temporalmente deshabilitado "para ayudar a resolver los problemas de suplantación de identidad".

Quién sí se ha manifestado es el magnate. "En el futuro, las cuentas dedicadas a la parodia deben incluir 'parodia' en su nombre, no solo en la biografía. Engañar a la gente no está bien", ha reconocido Musk en diferentes tuits.

Decisiones erráticas

Ante la polémica, la empresa ya frenó en despliegue de Twitter Blue en Estados Unidos para que no interfiriera con las elecciones de medio mandato del país. El miércoles, la compañía intentó de nuevo frenar el caos. Anunció que añadirá una segunda marca de verificación: las originales, las azules, serían para los perfiles de pago y el símbolo gris pasaría a darse a los realmente oficiales.

La directora de productos en fase inicial de Twitter, Esther Crawford, dijo que la insignia gris sería para "cuentas gubernamentales, empresas, socios comerciales, principales medios de comunicación, editores y algunas figuras públicas". Sin embargo, menos de 24 horas después, Musk decidió excluir de esa selección a los medios y a las celebridades, trasladando la confusión que vive la compañía a los propios usuarios de la red social.