JUICIO EN LLEIDA

El fiscal pide 20 años para una acusada de descuartizar a un anciano

EVA VISA / LLEIDA

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«Me dijo que lo mataría, que lo descuartizaría en la bañera y lo bajaría a la calle en bolsas de basura. No la creí, pensé que me quería asustar». Esta fue la declaración de la hija de Ángeles S. R., la mujer acusada de asesinar y descuartizar al anciano al que cuidaba. Durante el primer día de juicio en la Audiencia de Lleida, la hija de la única imputada por este escabroso caso aseguró que su madre estaba harta de cuidar al hombre, Josep Millas, de 83 años. La fiscalía de Lleida pide para la acusada una pena de 20 años de prisión por un supuesto delito de asesinato y cinco meses más por uno de profanación de cadáver.

Por su parte, la imputada, de 48 años, negó que le confesara el crimen a su hija porque, según ella, hace muchos años que no tienen relación. Defendió su inocencia y explicó que el día de los hechos fue abordada por dos hombres de etnia gitana, que estos le taparon la boca y la llevaron a una habitación donde, según ella, estaba el cadáver del anciano cubierto con una manta.

La policía catalana no da ninguna credibilidad a esta versión. Según los investigadores, hay muchos indicios que incriminan a la acusada como, por ejemplo, sus restos de ADN en unos guantes de goma con los que habría manipulado el cadáver.

El objetivo de la mujer, según el escrito de la fiscalía, era que el hombre la hiciera heredera de un piso de Igualada, donde víctima y acusada se conocieron. Por eso, le asesinó con un cuchillo de grandes dimensiones e intentó deshacerse del cadáver descuartizándolo y prendiéndole fuego. Los investigadores hallaron vísceras en la bañera, gasas y restos de combustible.

Los hechos se remontan al 21 de noviembre del 2012, cuando los Mossos encontraron el cadáver de Josep Millas amordazado y en avanzado estado de descomposición en una habitación de un piso de la calle de Sant Ruf de Lleida. Fue la propia acusada quien denunció que, tras escapar de los secuestradores, había una persona muerta en su casa. Cinco días más tarde, la jueza de guardia ordenó el ingreso provisional en prisión de la cuidadora. Un jurado popular será el encargado de decidir si es culpable o inocente.