De sinónimo de progreso a bien escaso

Por Guillem Costa /
Diseño: Andrea Zúniga

En 1978, parecía imposible pensar en la idea de quedarnos sin agua. Sin embargo, desde entonces, la escasez de lluvias en la región Mediterránea y el aumento del consumo han cambiado radicalmente la forma de gestionar este recurso imprescindible para la vida.

Al mismo tiempo, también es cierto que, 45 años atrás, el agua saneada no llegaba a la mayoría de hogares de Catalunya. Las nuevas leyes sirvieron para mejorar la calidad del agua del grifo y para asegurar que llegara a las casas, dejando atrás algunos pozos privados irregulares y depósitos que en algunos casos estaban fabricados con fibrocemento. Las depuradoras se multiplicaron y se convirtieron en algo cotidiano cerca de los ríos, unos espacios que también han cambiado mucho, tras la obligación de preservar caudales ecológicos.

La sequía de finales de los 80 estuvo a punto de causar cortes de agua, igual que ocurrió luego entre 2005 y 2008. Estos episodios secos sirvieron para dotar la red de abastecimiento de otros recursos, además de los pantanos –la mayoría de ellos construidos antes de los 90–.

También mejoraron algunas de las redes, aunque a día de hoy muchas de ellas han quedado anticuadas. La desalinización se redobló en la década de los 2000 y ahora es un procedimiento esencial para abastecer a Barcelona y alrededores.

Durante los últimos años, las propuestas para realizar grandes trasvases como el del Ebro o el Segre han quedado atrás y se camina precisamente hacia la dirección contraria. Los acuerdos del Ter deben asegurar que el área metropolitana use cada vez menos agua procedente de este río. La actual sequía, la más larga del siglo XX, ha puesto sobre la mesa una nueva solución para lograr resiliencia hídrica de las grandes ciudades: el agua regenerada.

Este recurso permite aprovechar las aguas residuales que salen de las depuradoras para que se acaben potabilizando. El número de plantas de tratamiento ha crecido de forma exponencial en poco tiempo. Esta, es una respuesta más para hacer frente a un futuro de sequías crónicas y frecuentes en el que ya nos adentramos.

Y en los próximos 45 años...

Annelies Broekman, doctora en Agronomía: "Deberemos consumir con menos agua y preservar ríos y acuíferos"

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Guillem Costa
Diseño e ilustraciones:
Andrea Zúniga
Coordinación:
Rafa Julve, Ricard Gràcia y Iosu de la Torre