PEDERASTÍA EN LA ESCUELA

Los Maristas depositan 120.000 euros para indemnizar a las víctimas del 'caso Benítez'

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J. G. Albalat / Guillem Sànchez

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La compañía aseguradora de los Maristas ha consignado en la Audiencia de Barcelona los 120.000 euros fijados como indemnización para las cuatro víctimas que llevaron a juicio a Joaquín Benítez, el exprofesor de educación física del colegio de Sants-Les Corts de Barcelona <strong>condenado a 21 años y nueve meses de prisión por abusos sexuales</strong>. Sus casos son los únicos que pudieron ser juzgados porque los delitos no estaban prescritos. El depósito de esta cantidad en una cuenta ha sido efectuado sin esperar a que el Tribunal Supremo resuelva los recursos presentados por la aseguradora y el imputado, que continúa en libertad.

Las fuentes jurídicas consultadas por este diario sostienen que lo habitual es que se deposite la indemnización cuando la sentencia es firme y no, como en este caso, cuando todavía se está pendiente de la resolución de recursos. Ante la acción de Generali, las víctimas ya han solicitado a la Audiencia de Barcelona el cobro de las cantidades que les pertoca a cada uno de ellos (60.000, 40.000 y 10.000 para dos).

En la sentencia dictada en abril del 2019 por la Sección 21 de la Audiencia y, posteriormente, confirmada por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), los magistrados consideran que la Fundación Champagnat, de los Maristas, es responsable civiles subsidiaria, al ser titular del colegio donde ocurrieron los hechos y al ser el acusado empleado del mismo. Sin embargo, el pago de los 120.000 euros los debe afrontar su aseguradora, Generali, como responsable civil directa.

Conducta imprudente

A parte de la pena de privación de libertad, Benítez fue condenado a 13 años y ocho meses de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de docente y a la prohibición de acercarse a las víctimas. Según la sentencia, abusó sexualmente de los cuatro alumnos aprovechándose de su superioridad como profesor, lo que le permitió “cometer el delito con mayor facilidad” entre el 2006 y el 2009. Los jueces alegaron que no se ha atribuido a los Maristas la “producción voluntaria del daño”, sino “una conducta imprudente” por la “falta de control” de las acciones de su exprofesor. A su entender, esta situación “entra de lleno” en el contenido de la póliza contratada por la congregación religiosa con Generali.

El fallo judicial concretaba que a pesar de que se habían acumulado denuncias por abusos sexuales anteriores contra Benítez, que se archivaron por la prescripción del delitos o actos que, según el profesor, la cúpula de la congregación encubrió, “a lo más” que el tribunal podía llegar es a “tener sospechas”, pero “no la certeza” de que la dirección del centro y de la institución tuvieran “conocimiento concreto” de los cuatro delitos sexuales juzgados.

La condena a Benítez es por cuatro delitos de abusos sexuales. En el caso más grave, el exprofesor practicó una felación a un alumno, al que, además, pidió que le penetrara. En los otros tres supuestos, el procesado hizo una felación a un niño y tocamientos a otros dos. Siempre utilizaba el mismo patrón: con la excusa de tratar alguna lesión o molestia, convencía a los estudiantes para que acudieran a su despacho, les hacía estirar en la camilla u abusaba de ellos. Los jueces validaron las declaraciones de las víctimas no solo por la “ausencia de incredibilidad”, sino también por su “verosimilitud” y “persistencia”.

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