La escuela Marta Mata dedica un álbum de cromos a las mujeres que levantaron el barrio de Verdum, en Barcelona

Muhammad Esa, Aayan y Sergio pegan cromos a contrarreloj justo antes de la presentación, en el patio del colegio, donde ya aguardan sus madres sentadas bajo el entoldado verde. Es viernes, son las cuatro y media de la tarde y está a punto de terminar su último año en la escuela, en un final de curso en el que las emociones están a flor de piel.

Los alumnos deberán ir a buscar los sobres a 12 tiendas del barrio tras resolver 12 actividades, para tejer comunidad y que no solo conozcan la historia, sino también el comercio local actual

Tienen 11 y 12 años, están acabando sexto y, junto a sus compañeros de clase, vieron nacer este proyecto el curso pasado, en quinto, de la mano de Laia S., su tutora y secretaria del entregado equipo directivo del Marta Mata, la única escuela pública en el barrio de Verdum, en Nou Barris (Barcelona). Escuela pequeña, de una sola línea, con más de 40 nacionalidades distintas entre su alumnado y un aplaudido proyecto educativo (con mención especial a la celebrada colaboración con el Teatre Lliure). 

Pegan los cromos para tener una muestra para las personalidades que asisten a la presentación, pero la gracia de ‘La memòria del barri a través de les seves dones’, su álbum de cromos de Verdum, es entregárselo a los críos vacío, y que sean ellos los que los vayan llenándolo, como sucederá a partir de esta semana, cuando los repartan en clase. 

La chispa

La semilla del proyecto fue el descubrimiento de Paloma Martínez., la directora de la escuela, de que Marta Mata -pedagoga que da nombre al centro desde hace cuatro años, cuando inició su nueva andadura- era amiga de Maria Antònia Canals, fundadora en 1962 de la escuela Ton i Guida en un barracón en Via Favència, a quien había visitado en el barrio. "¡Marta Mata era también una mujer de la historia de Verdum!", pensó.

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Y con ese entusiasmo Paloma -otra de las mujeres que han construido el barrio- determinó que el alumnado de la escuela tenía que conocer no solo quién fue la cofundadora de la asociación de maestros Rosa Sensat que da nombre a su colegio- sino también quiénes fueron mujeres como su amiga Maria Antònia Canals; Maria Lluïsa Serralta, luchadora vecinal que, junto a un grupo de mujeres de Verdum y la Guineuta, peleó la primera escuela del barrio, o Luisa Alba, educadora de calle y una de las almas de la Fundació Pare Manel, otra institución en Verdum, cuya actual presidenta, Sandra Pardo, fue también alumna de esta misma escuela cuando se llamaba Mío Cid.

Herramienta para tejer comunidad

"Estos niños viven en un barrio muy luchador y, tras muchas de esas luchas, ha habido mujeres, así que teníamos que cruzar las dos cosas", señala Paloma, a quien la idea de trabajarlas a través de un álbum de cromos -inspirados en un proyecto que hicieron varias escuelas de Sant Martí- le pareció maravillosa. Una forma, además, de tejer comunidad también con el barrio del presente, ya que los 12 sobres con los cromos para completar el álbum estarán repartidos por los comercios de la zona.

Esperança y las gallinas

Tras realizar las distintas actividades del álbum -que ellos mismos han ideado y trabajado durante los dos últimos años-, en el colegio les entregarán un vale para cambiarlo en uno de los comercios del barrio. De la papelería La Fuente, en Font d'en Canyelles, a Ous Frescos, en la calle de Viladrosa, o la Merceria Neu, en Almansa, o Lámparas Herrero, en Via Júlia. Actividades que van desde dibujar el escudo del mítico Club de Futbol Muntanyesa (uno de los más icónicos de la ciudad, fundado en 1927, cuyo primer campo estaba en los terrenos donde hoy se levanta el Casal de Barri) hasta buscar en una sopa de letras el nombre de siete escuelas del enclave, de Freire a Luz Casanova.

El puente entre escuela y barrio lo han tendido con las mismas dosis de pasión e ilusión dos mujeres que son también historia del barrio y de Barcelona, por qué no decirlo, al lado de Paloma este viernes. Yoyi –hiperactiva miembro de la asociación de vecinos de Verdum y una de las pioneras del Ateneu Popular– y Roser Solà, el último cromo, también vecina, maestra y doctora en Historia Económica, quien se ha encargado de escribir gran parte de los textos del álbum [financiado gracias al también peleado Pla de Barris], explicando la historia de sus calles en palabras que pudieran ser entendidas por criaturas de 11 y 12 años, muchas de ellas crecidas en familias que desconocen esa historia pese a que también es la suya.

Para ayudar a eso último –en la parte final del álbum, de color lila y en el que se presentan desde entidades como el Arxiu Històric o 9Barris Acull hasta equipamientos como la biblioteca Les Roquetes-Rafa Juncadella o la historia de los lavaderos de las Casas del Gobernador– hay un pequeño glosario. En él, la definición de palabras como 'barracón' -"construcción prefabricada donde se llevan a cabo actividades de manera provisional, como por ejemplo clases de un centro educativo"- o 'pesetas', "unidad monetaria de España entre 1969 y 2028, hasta la implantación del euro".

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