Catalunya pone fin a la emergencia por sequía y suavizan las restricciones para agricultores, industria y turismo

La emergencia por sequía ha durado poco más de dos meses en Catalunya. Tras las lluvias de las últimas semanas, el Govern ha decidido suavizar las restricciones y retirar el peor escenario contemplado por el Plan Especial de Sequía. Hoy los embalses de los ríos Ter y Llobregat superan el 25%, cuando dos meses atrás tocaban fondo y se situaban al 14,5% de capacidad. Esta mejora, a cinco días de las elecciones al Parlament, permite al Ejecutivo de Pere Aragonès rebajar las medidas activadas hasta la fecha, volver al "semáforo en ámbar" y alejarse de la luz roja de la emergencia.

La emergencia afectaba a unos seis millones de personas, incluyendo a los habitantes del Alt Empordà y a los abastecidos por el Ter y el Llobregat (Barcelona y área metropolitana, Catalunya central, Garraf, Penedès, Vallès y Maresme). Esta fase se levanta en todas partes menos en los municipios afectados del Alt Empordà, donde seguirá en vigor la emergencia II, a la espera de que las reservas del embalse Darnius Boadella aumenten todavía más.

El Govern ha mantenido siempre que no se podían flexibilizar las restricciones si el escenario no era claramente positivo. Es decir, no se quería levantar la fase de emergencia para tener que volver a ella al cabo de unas semanas. Entonces, ¿cómo es que se decide cambiar de fase? Porque el Ejecutivo catalán considera que hasta principios de 2025 no se tendrá que volver a declarar el escenario más restrictivo, ha asegurado el conseller de Acció Climàtica, David Mascort. "La situación actual se podrá mantener durante el próximo verano sin tener que aplicar nuevas restricciones ni volver a la emergencia", ha sentenciado.

"Aunque no llueva, no se tendrá que declarar la emergencia de nuevo como mínimo hasta principios de 2025"

— David Mascort, conseller de Acció Climàtica

“Se levantan algunas restricciones porque las cifras lo permiten. Ya dijimos que no pretendíamos alargar las medidas ni un día más de lo necesario si el escenario lo facilitaba, y ahora tenemos agua garantizada", ha afirmado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja.

Vuelve la excepcionalidad

A partir de ahora, la mayor parte de los habitantes de Catalunya estarán en fase de excepcionalidad. Esto significa que el consumo medio por persona y día (incluyendo gastos municipales de servicios y actividades económicas) deberá ser inferior a los 230 litros. En emergencia, este tope se situaba en 200 litros por persona y día.

La medida aliviará a los agricultores, uno de los colectivos que ha sufrido más restricciones

"Hace tres años que gestionamos la peor sequía desde que hay registros y lo hacemos sin improvisar, con decisiones difíciles y sin anticiparnos", ha destacado Mascort, que sostiene que la ciudadanía ha tenido garantizada la disposición de agua en todo momento gracias a las decisiones tomadas por el Ejecutivo. "Quienes sí lo han sufrido son los agricultores, pero ahora, con la salida de la emergencia aseguramos un riego mínimo a los payeses de los alrededores del Ter", ha subrayado el conseller.

Piscinas llenas

Además de rebajar los umbrales de consumo para la agricultura y la industria, el Govern permitirá las piscinas durante el verano. Se podrán rellenar todas las que ya estén llenas parcialmente, también las privadas, y los municipios ya no deberán declararlas como refugio climático para abrirlas.

Lo único que estará prohibido es que las piscinas particulares totalmente vacías se llenen. No obstante, como ya ocurrió en 2023, muchos ayuntamientos lo tendrán difícil para dedicar esfuerzos a supervisar quién llena su piscina y quién no. Esta medida alivia a los ayuntamientos, que debían encargarse de declarar refugios climáticos. El fin de la emergencia también permite a los centros deportivos que tenían que compensar el gasto de agua de las piscinas dejar de hacerlo.

"Las piscinas que ya estén llenas, públicas y privadas, se podrán seguir rellenando durante los próximos meses"

— David Mascort, conseller de Acció Climàtica

Mascort ha aplaudido el ahorro acometido en los hogares y también por parte de agricultores y empresas: "El vector agua ya es algo que ha pasado a formar parte del día a día de las casas y las empresas. Durante la sequía de 2008, fueron las casas las que se centraron en el ahorro. Esta vez, también se han implicado las actividades económicas".

El conseller ha comunicado que se mantiene el proyecto de la desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona por si las cosas se vuelven a complicar: "La construiremos y se pondrá en marcha en caso de que sea necesario. Es una solución más que tendremos mientras esperamos que el Gobierno del PSOE construya las desalinizadoras de Blanes (Tordera II) y Cubelles (Foix)".

El Govern también ha señalado que durante los últimos meses se ha apostado por no activar la interconexión para trasladar agua del Ebro hasta Barcelona: "Hemos cerrado la puerta al trasvase del Ebro y hemos reducido el caudal del Ter que llega a Barcelona".