Detenido en Barcelona el hermano del principal líder de la banda criminal “Tren de Aragua”

Agentes de la Policía Nacional detuvieron este miércoles en Barcelona a un ciudadano venezolano que estaba buscado en su país por ser un cabecilla de la organización criminal del “Tren de Aragua”. Se le acusa de los delitos de terrorismo, tráfico de seres humanos, tráfico de armas, extorsión, blanqueo de capitales y asociación para delinquir y es hermano del líder mundial de este grupo delictivo

La Policía recibió una orden de Interpol y localizaron al detenido en Barcelona. Ahora, investigan si el sospechoso intentaba implantar y expandir la estructura de la banda en España, para actuar igual que en zonas del continente americano. La Audiencia Nacional ordenó su ingreso en prisión a la espera de la extradición. Los agentes han creado un grupo especializado para evitar que este grupo criminal se instalase en territorio español tras recibir información en foros policiales internacionales.

El “Tren de Aragua” es una organización criminal transnacional originaria de Venezuela. Es considerada la banda criminal más poderosa de este país. Hasta hace unos meses tenía su centro de operaciones en el Centro Penitenciario de Aragua (Tocorón).

Se dedica a asesinatos, extorsiones, secuestros, tráfico y trata de personas, entre otros delitos. Se considera que tuvo su génesis en el sindicato de obreros que trabajaban en la construcción del tramo del Ferrocarril de Venezuela que recorría los estados Aragua y Carabobo, de ahí su auto-denominación como “Tren de Aragua”. 

Tras el inicio del proyecto en 2005, el sindicato cobraba por la asignación de puestos de trabajo y extorsionaba a los contratistas. El grupo fue ampliando sus actividades criminales y cuando la construcción se paralizó en 2011, el sindicato ya actuaba como una banda criminal. 

El ‘Tren de Aragua’ no se consolidó hasta 2013, cuando Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias «Niño guerrero», fue encarcelado en la prisión de Tocorón y estableció alianzas con miembros del sindicato. Allí escaló rápidamente en la jerarquía penitenciaria hasta convertirse en «Pran», como se les conoce a los líderes carcelarios en Venezuela. 

Guerrero empezó a cobrar la «causa» o impuesto mensual que los presos debían pagar al «pranato» y cuyos ingresos permitieron la construcción de gimnasios, piscinas, parques infantiles, restaurantes, discotecas y otras obras dentro de la prisión.

Desde 2018, el grupo se ha expandido rápidamente por el continente americano a lo largo de la ruta que recorren los migrantes venezolanos por las áreas fronterizas de varios países. Algunos miembros del grupo se han asentado en ciudades de Colombia, Perú, Chile y otros países.