Activismo climático

El Vaticano condena a 9 meses de cárcel a dos ecologistas que se engancharon a la escultura del Laocoonte

Los activistas, que no irán a prisión por falta de antecedentes, apelaron al "ecologismo" del Papa para anular la sentencia

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Ecolosgistas de / El Periódico

Irene Savio

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No hay marcha atrás. La justicia del Vaticano ha confirmado este martes una sentencia previa de condena contra dos ecologistas italianos de Última Generación que, en 2022, se adhirieron a la famosa escultura del Laocoonte de los Museos Vaticanos. Esta acción es una de las tantas protestas que, en los últimos años, el grupo ha llevado adelante para denunciar la inacción de la comunidad internacional frente a la crisis climática.

En concreto, la nueva sentencia vaticana rechaza un recurso presentado por Guido Piero y Ester Goffi, los dos ecologistas de 62 y 26 años que, en las últimas semanas, incluso han apelado al ecologismo del papa Francisco para pedir la anulación del veredicto. Lejos de eso, los dos quedan ahora condenados al pago de una indemnización de 28.148 euros, a abonar las costas del proceso y a 9 meses de prisión.

Sin embargo, esta última pena ha quedado suspendida por decisión del tribunal, ya que Piero y Goffi de momento no han cometido otros delitos dentro del Vaticano. La primera sentencia, emitida en junio del año pasado, queda confirmada "en todas sus partes" y "en nombre de su Santidad el papa Francisco", ha escrito el juez vaticano Alejandro Arellano Cedillo. 

Escultura griega

Los hechos se remontan al 18 de agosto de 2022, cuando los activistas utilizaron una cola ultrarrápida para adherir sus manos a la base de mármol, datada en 1815, en la que se apoya la escultura, del año 40 aC. La estatua representa al famoso sacerdote troyano y sus hijos devorados por serpientes marinas, como narra 'La Eneida'. Tras este acto, El Vaticano abrió un proceso contra los acusados en marzo del año pasado.

A pesar de que los abogados defensores de los activistas alegaron que el pegamento "se podía quitar fácilmente" y que pusieron sus manos sobre la base y no sobre la escultura, los fiscales vaticanos han asegurado en todo momento que el adhesivo usado era "particularmente fuerte y corrosivo". Y esto causó un daño "irreparable", argumentaron.

El grupo ecologista Última Generación goza de muy mala prensa en Italia, donde ya se han llevado a cabo diversos juicios con condenas que incluyen altas sumas de dinero como indemnización por sus acciones. Un ejemplo es el caso de tres activistas condenados a principios de marzo a 8 meses de cárcel, con pena suspendida, y al pago de 60.000 euros como resarcimiento. Los tres fueron acusados de “daños graves” por haber tirado pintura roja contra el Senado italiano. 

Dureza del Papa

“Estamos convencidos de que nuestro sacrificio por la vida de este planeta refleja los valores que defiende la Iglesia, guiada por Su Santidad el papa Francisco”, dijeron los activistas durante las últimas audiencias. “Por eso, nos apelamos al Santo Padre”, añadieron. 

“Igual que el Laocoonte intentó advertir a los ciudadanos de Troya sobre el engaño de los griegos, hoy científicos, artistas, escritores, ciudadanos de a pie, el secretario general de la ONU, y usted mismo, Santo Padre, intentan llevar el mensaje de la dramática urgencia para actuar y evitar al menos el peor de los desastres”, habían escrito ya en una carta anterior a Francisco.

De poco ha servido. En respuesta, en un reciente viaje papal, el propio Pontífice explicó que está en contra de quienes calificó de “extremistas”. “No está bien cuando una ideología o una presión política se impone o se utiliza para esta batalla”, afirmó Francisco. El desenlace es el de este martes.