Peñíscola y Sierra de Irta, la combinación perfecta para unas vacaciones en el Mediterráneo

Puerto de Peñíscola

Puerto de Peñíscola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Peñíscola es uno de esos destinos de la Comunitat Valenciana que lo tiene todo para disfrutar de unas vacaciones relajadas, y a la vez culturales. Con su rica historia, patrimonio cultural y natural, así como la calidez de su gente, proporciona una experiencia completa para unas vacaciones inolvidables. Además, su accesibilidad, a solo una hora y media de Valencia, tanto por carretera como por tren, hace que sea fácil planificar una escapada. Ya no hay excusas para no explorar este paraíso vacacional.

Sus entornos naturales son únicos, desde hermosas playas acariciadas por un mar excepcional, el Mediterráneo, hasta zonas montañosas que ofrecen una variedad de itinerarios y parajes inolvidables y que se asoman al mar en forma de acantilados con impresionantes vistas al mar. Y cómo no, hay más, porque Peñíscola es sinónimo de buena gastronomía y hospitalidad con los viajeros.

Cala Alcalà de Xivert, Sierra Irta

Cala Alcalà de Xivert, Sierra Irta / Comunitat Valenciana

Situados en la comarca del Bajo Maestrazgo, Peñíscola y el Parque Natural de la Sierra de Irta son el destino idóneo para quienes aman el Mediterráneo más puro, la vida tranquila y placentera, la belleza más singular del paisaje y la calidez del sol. Aquí el clima es excelente, con más de 300 días de sol y temperaturas suaves. ¿Qué más se puede pedir para disfrutar de estas maravillas?

Peñíscola, legado histórico y medieval

La ciudad antigua está coronada por el conocido castillo del Papa Luna, la que fuera morada de Benedicto XIII, un castillo-fortaleza del s. XIV, que domina un imponente peñón de 64 metros sobre el mar. Visto desde la lejanía da la sensación de formar una isla, pero actualmente está unido al continente por un cordón de arena que tiempo atrás las olas de los temporales se encargaban de barrer. Y aunque sobre ese cordón hay construcciones, las vistas siguen siendo cautivadoras.

También conocido como el castillo de Peñíscola es una fortificación muy bien conservada, que se asoma al mar y a la sierra de Irta. Adentrarse en ella es sumergirse en la historia de los templarios y en sus leyendas, como la del tesoro escondido. Felipe IV, rey de Francia, quiso apropiarse de las riquezas de la Orden del Temple. Ante la amenaza, los templarios de París enviaron a Peñíscola un barco cargado con cofres de piedras preciosas y un manuscrito de Salomón. No se supo nada más de aquel tesoro, del que se dice que permanece escondido en algún lugar del castillo.

Playa Norte de Peñíscola con el Castillo del Papa Luna de fondo

Playa Norte de Peñíscola con el Castillo del Papa Luna de fondo / Comunitat Valenciana

También Peñíscola guarda un casco antiguo por el que perderse. Da gusto caminar por sus estrechas callejuelas y calles empinadas, disfrutar de las vistas y llegar hasta lugares emblemáticos, como la Casa de las Conchas, con su pintoresca fachada, o como el Bufador, un rincón lleno de magnetismo visual gracias a los saltos de agua en los días en los que la mar anda embravecida. Y hablando de litoral, las cálidas aguas en los veranos y otoños de Peñíscola se reparten entre extensas playas de fina arena al norte y hermosas calas de aguas cristalinas flanqueadas por abruptos acantilados al sur. Ideales para practicar deportes al aire libre y turismo activo.

Peñíscola, ciudad de cine

Por su gran belleza, Peñíscola se ha convertido, en numerosas ocasiones, en el escenario de películas y series. El idilio entre el séptimo arte y la ciudad comienza en 1913, con el rodaje de Ana Cadova. Sofía Loren y Charlton Heston, protagonistas de El Cid, se pasearon por sus calles, Luis García Berlanga filmó aquí su París Tombuctú. Luego llegaron los protagonistas de El Ministerio del Tiempo, o de Juego de Tronos.

Parque Natural de la Sierra de Irta

Entre Peñíscola y Alcossebre se halla una de las últimas sierras vírgenes del litoral valenciano, la Sierra de Irta. Este parque natural ha permanecido salvaje por la ausencia histórica de asentamientos humanos y por el abandono progresivo de la explotación agrícola y ganadera. El resultado es un pequeño paraíso. No es exagerado decir que estamos ante un tesoro de trece kilómetros de costa virgen, donde es posible observar a numerosas aves, donde las calas recónditas de aguas cristalinas se alternan con espectaculares acantilados. Posee más de 20 rutas diferentes de senderismo, y existe también la opción de hacer trail running, kayak o ciclismo. Y, por supuesto, siempre disfrutando de las mejores vistas de la costa. Además, por la importancia y singularidad de la zona, destaca el compromiso con la sostenibilidad ambiental y la conservación tanto del entorno montañoso como de la preservación de biodiversidad de la costa.

Ciclismo en la Sierra de Irta

Ciclismo en la Sierra de Irta / Comunitat Valenciana

Son tantas las opciones que ofrecen Peñíscola y la Sierra de Irta que lo mejor es navegar por la web de www.experienciascv.com y ponerse al día de los múltiples planes que las empresas especializadas de la zona ofrecen a los viajeros.

Gastronomía y hospitalidad

En estas tierras, la hospitalidad y la amabilidad son valores que se comparten con quienes las visitan. No es de extrañar que podamos contar con una excelente red de alojamientos y de restaurantes para degustar la gastronomía tradicional, rica en pescados y mariscos frescos recién traídos de las lonjas, y de sus típicos platos de arroz y suquets con productos del mar.

Lo que está claro es que todo esto convierte a Peñíscola y el Parque Natural de la Sierra de Irta en un refugio inigualable en el que el mar, la montaña, la cultura y, sobre todo, la belleza se dan la mano día tras día.

Descúbrelo por ti mismo www.comunitatvalenciana.com