Crisis hídrica

La mitad de las fuentes de Catalunya ya se han secado

Según un estudio del Creaf, las causas son las olas de calor, la sequía y la contaminación del agua que causan la agricultura y ganadería intensivas, los microplásticos y los fármacos

Imagen de la Font del Sot (Barcelona)

Imagen de la Font del Sot (Barcelona) / GALDRIC MOSSOLL - CREAF

EP

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El Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) ha coordinado un estudio en el que se alerta de que el 46,2% de las 31 fuentes que analiza en Catalunya se han secado desde 2013, ha informado en un comunicado de este viernes.

El coordinador del estudio, Marcos Fernández-Martínez, ha afirmado que esta cifra "da pistas de lo que puede estar sucediendo en otros lugares".

Publicado en la revista 'Global Change Biology', avisa de que las fuentes del Mediterráneo "se están secando" y que en Catalunya muchas han dejado de manar agua, algo que ve preocupante porque son puntos que acogen multitud de especies como musgos, anfibios y crustáceos, con un nivel de endemismo muy elevado.

Entre las causas, los autores señalan las olas de calor continuadas y los episodios de sequía, sumados a la contaminación del agua que provocan la agricultura y ganadería intensivas, los microplásticos o los fármacos.

"Pequeños oasis húmedos"

Los investigadores han asegurado que estas fuentes representan "pequeños oasis húmedos" en la región mediterránea –caracterizada por un clima árido con pocas lluvias–, por lo que en ellas se pueden encontrar especies únicas como el musgo formador de piedra pómez Palustriella commutata, el sapo partero Alytes obstetricans, la hepática Apopelia endiviifolia o crustáceos microscópicos.

"El problema es que cuando se secan, estas comunidades desaparecen con ellas", afirma el primer autor, que ha añadido que en Catalunya ya se ha observado que han desaparecido algunos ecosistemas de fuentes en el Montseny, como la Font de les Nàiades o en el Maresme la Font del Ferro (Barcelona), entre otras.

Medidas

Para recuperar las fuentes, apuestan por restaurar y mantener el caudal de agua de las que todavía funcionan, retirando las raíces para facilitar que el agua brote de nuevo; y devolver a la fuente a su estado natural, potenciando la vegetación en los alrededores y permitiendo que el agua se filtre por las tuberías para crear pequeños charcos para que los anfibios puedan protegerse del calor.

"En este proceso de restauración también es importante no retirar plantas y musgos, sino dejar que se desarrollen libremente", explican los investigadores, que también recomiendan incluir medidas que protejan el ecosistema de fuentes por parte de las administraciones.

Aunque liderados por el CREAF, han participado otras instituciones como la Universitat de Barcelona, el Institut de Recerca de la Biodiversitat de la UB (IRBio), la Institució Catalana d’Història Natural (ICHN), el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, la Universidad de Vigo, el IDAEA-CSIC, BioSciCat, la Universidad de Bolonia, Universidad de Oporto y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich.

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