La lacra de la pederastia

"Abusaron de mí tres curas": el relato de una víctima de abusos en el Pare Manyanet de Begues

La congregación se ha puesto en contacto con esta víctima para disculparse y ponerse a su disposición

¿Qué dice y qué no dice el informe del Defensor del Pueblo? 

"Abusaron de mí 3 curas", el testimonio de una víctima de abusos en el Pare Manyanet de Begues

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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El Defensor del Pueblo afirmó a finales de 2023 que los sacerdotes de la Iglesia han abusado de no menos de 440.000 personas en España. Miguel cree que en realidad han abusado de muchos más. De él, sin ir más lejos. A finales de los 60, cuando tenía entre 9 y 11 años, y estudiaba en el colegio de la Congregación Fills de la Sagrada Família –más conocida como Pare Manyanet– de Begues (Baix Llobregat), fue agredido sexualmente por tres curas

Miguel fue víctima de abusos a finales de los años 60, cuando tenía entre 9 y 11 años

El suyo es un testimonio más de los que EL PERIÓDICO lleva recogiendo desde hace 8 años y que ayudan a desenterrar la pederastia encubierta por la institución católica en centros catalanes propiedad de órdenes como los Maristas, los Jesuitas, la Salle o Pare Claret. Pero el caso de Miguel llama la atención porque sus depredadores fueron tres y no solo uno y también porque él habla de sus abusos como si no revistieran ninguna gravedad, como si lo que sufrió tuviera que ser considerado algo casi normal. A juzgar por cómo actuaron, según relata, los tres religiosos que estaban allí para educarlo pero lo usaron para excitarse, sin rubor, sin miedo a ser descubiertos, tal vez su impresión sea acertada y aquellos abusos formaban parte de una normalidad. 

No ha denunciado ante la policía, porque el delito ha prescrito, pero sí lo ha contado al Defensor del Pueblo

El primer capellán que abusó de Miguel se llamaba como él, Miguel, según recuerda su víctima más de 50 años después, y era un hombre que procedía de México, más joven que el resto de docentes y que lo acorraló durante el recreo. "Ocurrió en el patio que está aquí detrás", dice señalando el punto exacto de los hechos durante la entrevista que mantiene con este diario. "Apenas quedaba gente en el patio y él lo aprovechó para llamarme. Me acerqué y me metió la mano por debajo del pantalón corto y me tocó los genitales. Tendría entre ocho o nueve años".

Los sacerdotes Miguel, Cai y Salvador le metieron la mano por debajo del pantalón y le tocaron los genitales

El segundo capellán que abusó de Miguel se llamaba, o le llamaban, 'padre Cai'. El padre Cai era mayor. "Me sorprendió mientras andaba por uno de los pasillos del colegio. No podía estar ahí. Y él me paró y me hizo lo mismo que el padre mexicano: me metió la mano por debajo del pantalón corto, me tocó los genitales y se puso a reír un poco". "Bueno", matiza, tratando de visualizar el gesto exacto que asomó ese día en el rostro del sacerdote, lo que hizo el padre Cai más que reír fue "sonreír".

"Nos hemos callado durante muchos años. Pero hay que hablar para que se sepan los números reales"

Miguel

— Víctima de abusos

El tercer capellán que abusó de Miguel fue el padre Salvador. Miguel acudió a su despacho, el lugar en el que se adquiría el material escolar, y también los caramelos y gominolas. El padre Salvador, sentado en su mesa, hizo que Miguel se situara junto a él. E hizo también lo que antes habían hecho los otros dos curas. Aquel episodio, que tuvo lugar entre las paredes de un despacho y más a salvo de las miradas de terceros, duró un poco más. Miguel recuerda que Salvador tocó sus genitales durante un rato. "Tendría entre 10 o 11 años", estima. "Aquí ya me di mucha más cuenta de lo que pasaba. Al salir del despacho pensé que era un guarro". 

"Yo estaba mucho más traumatizado por la violencia que ejercían sobre nosotros, con bofetones continuos"

Miguel

— Víctima de abusos

Miguel asegura que no arrastra ninguna secuela por culpa de aquellos delitos que no pudo denunciar entonces y que no quiere denunciar ahora tampoco en ninguna comisaría, consciente de que su testimonio será papel mojado debido a la prescripción que impide actuar a la justicia. Para Miguel, las palizas que recibían los alumnos en aquel 'régimen' de 'la letra con sangre entra' fueron mucho más duras de soportar que los abusos sexuales. "Había algún sacerdote que era un sádico", asegura. 

Las palizas

Estaba "mucho más traumatizado" por la violencia "que ejercían sobre nosotros", asegura. "Nos pegaban con la regla y nos daban bofetones bastante fuertes". Al padre Salvador, el tercer religioso que abusó de él, le llamaban "lobo". Era un hombre con "muchos cambios de humor". Alguna vez cogía ramas de olivo por el campo, las limpiaba y después las agitaba contra el aire para comprobar que funcionaran, explica. "Luego la usaba contra nosotros". Los golpes físicos, remarca Miguel, estaban mucho más extendidos que los abusos entre los curas. "Nos pegaban un 70% de los capellanes", calcula. 

"Igual que nos pegaban a casi todos, creo que los tocamientos también eran asiduos"

Manuel

Miguel nunca contó nada en casa. Ni de los abusos ni de las palizas. Lo ha hecho ahora, poniéndose en contacto con el Defensor del Pueblo, porque cree que con una herida como la que deja el maltrato infantil lo que debe hacerse es "lavarla, desinfectarla y curarla".

Anima a quienes hayan pasado por eso a contarlo. "Creo que hay muchos casos. Igual que nos pegaban a casi todos, creo que los tocamientos también eran asiduos. No creo que fueran solo 400.000 las víctimas. Lo que se ve es la punta del iceberg", afirma. Relata el caso de una amiga que sufrió tocamientos en una escuela religiosa. "Nos hemos callado durante muchos años. Pero hay que hablar para que se sepan los números reales".

La disculpa

La Congregació Fills de la Sagrada Família, a través de EL PERIÓDICO, se ha puesto en contacto con Miguel para ponerse "a su disposición" y "facilitar cualquier información que pueda aclarar unos hechos ocurridos presuntamente a finales de los sesenta". 

"Quiero expresar el dolor que supone por parte de la institución conocer esta pasada experiencia [Miguel también ha dado su testimonio en Catalunya Ràdio], pero esperamos que esta decisión sea una oportunidad para restaurar la dignidad que nunca debió ser robada", termina la carta enviada por un portavoz del Pare Manyanet a Miguel.

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