Investigación de la UAB

Comunidades indígenas registran niveles de felicidad comparables a las de países ricos

Emociones dimorfas: ¿Por qué lloramos de alegría y reímos cuando estamos nerviosos?

Científicos alertan de que cada vez habrá más pacientes con ecoansiedad

Una mujer charla con un niño.

Una mujer charla con un niño. / Joan de la Malla

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El dinero no siempre da la felicidad. Es una frase manida a la que suelen recurrir mayormente quienes no tienen dinero. Un nuevo estudio insiste en demostrar que la frase es cierta; que no siempre dinero es sinónimo de felicidad y que se puede ser feliz sin él. Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) en colaboración con la Universidad McGill de Canadá han analizado la vida de diversos pueblos indígenas y comunidades locales de todo el mundo y han llegado a la conclusión de que gozan de una vida muy satisfactoria a pesar de disponer de muy poco dinero. E incluso tienen niveles de satisfacción vital notablemente altos, comparables a los de los países ricos.

La media de felicidad es de 6,8 y en cuatro de los lugares la puntuación fue superior a 8, típica de los países escandinavos ricos

Los investigadores han planteado su trabajo basándose en la idea ampliamente extendida de que el crecimiento económico suele considerarse una forma segura de aumentar el bienestar de las personas en los países de renta baja. En las últimas décadas, las encuestas mundiales han respaldado esta creencia al mostrar que los habitantes de países de renta alta tienden a declarar niveles más altos de satisfacción vital que los de países de renta baja. Esta fuerte correlación podría sugerir que solo en las sociedades ricas se puede ser feliz.

"La riqueza no es un requisito fundamental para que los seres humanos tengan una vida feliz"

Victoria Reyes-García

— Coautora del estudio

El estudio del ICTA-UAB, publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), sugiere ahora que existen buenas razones para cuestionar que esta relación sea universal. Los autores apuntan que la mayoría de las encuestas mundiales, como el 'Informe sobre la felicidad en el mundo', recogen miles de respuestas de ciudadanos de sociedades industrializadas y tienden a pasar por alto a los habitantes de sociedades pequeñas y marginales, donde el intercambio de dinero desempeña un papel mínimo en la vida cotidiana y sus medios de subsistencia dependen directamente de la naturaleza.

Estudio en 19 puntos del mundo

El equipo investigador ha entrevistado a 2.966 personas de comunidades indígenas y locales de 19 lugares del planeta. Solo el 64% de los hogares encuestados disponía de ingresos monetarios. Los resultados muestran que "sorprendentemente, numerosas poblaciones con ingresos monetarios muy bajos declaran niveles de satisfacción vital muy elevados, con puntuaciones similares a las de los países ricos", explica Eric Galbraith, investigador del ICTA-UAB y la Universidad McGill, y autor principal del estudio.

La puntuación media de satisfacción vital en las sociedades de pequeña escala estudiadas fue de 6,8 en una escala del 0 al 10. Aunque no todas las sociedades declararon estar muy satisfechas —los promedios más bajos alcanzaron el 5,1—, en cuatro de los lugares registraron puntuaciones medias superiores a 8, típicas de los países escandinavos ricos en otras encuestas. Los resultados concuerdan con la idea de que las sociedades humanas pueden ofrecer una vida muy satisfactoria para sus miembros sin que ello requiera, necesariamente, altos grados de riqueza material medida en términos monetarios.

"La fuerte correlación que se observa con frecuencia entre ingresos y satisfacción vital no es universal y demuestra que la riqueza, tal y como la generan las economías industrializadas, no es un requisito fundamental para que los seres humanos tengan una vida feliz”, afirma Victoria Reyes-García, investigadora del ICTA-UAB y autora principal del estudio.

Los investigadores consideran que estos resultados "son una buena noticia para la sostenibilidad y la felicidad humana": "Proporcionan pruebas fehacientes de que el crecimiento económico intensivo en recursos no es necesario para alcanzar altos niveles de bienestar subjetivo".

Las causas

El interrogante que les ha quedado sobre la mesa a los investigadores es por qué los habitantes de estas pequeñas sociedades están tan satisfechos con sus vidas. Trabajos previos sugieren que el apoyo y las relaciones familiares y sociales, la espiritualidad y las conexiones con la naturaleza son algunos factores importantes de los que dependería esta felicidad, "pero es posible que los factores importantes difieran significativamente entre sociedades o, a la inversa, que un pequeño subconjunto de factores domine en todas partes", matiza Galbraith.

El coautor del estudio espera que "aprender más sobre lo que hace que la vida sea satisfactoria en estas comunidades tan diversas, ayude a muchos otros a llevar una vida más satisfactoria y abordar, al mismo tiempo, la crisis de la sostenibilidad".