Educación

Los institutos, ante la regulación antimóvil del Govern: "Espero que no nos pasemos el día sancionando"

Los docentes celebran la regulación, aunque aseguran que llega tarde y que el problema sigue estando en las casas

Cuándo se podrá usar el móvil en la escuela y qué pasará si se incumple la norma

Carteles en un instituto de Sant Andreu de la Barca donde se advierte de la prohibición de usar el móvil.

Carteles en un instituto de Sant Andreu de la Barca donde se advierte de la prohibición de usar el móvil. / Ferran Nadeu

Olga Pereda

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“Con la normativa que ha aprobado el Govern, el debate de los móviles en el aula se cierra. Puede seguir a nivel intelectual. Continuaremos diseccionando el impacto de las pantallas entre los estudiantes, pero el debate sobre qué hacemos con los móviles en las aulas está cerrado. Por fin”. Con estas palabras, Jordi Martín, profesor de secundaria en un instituto de Barcelona, celebra el marco regulador aprobado este martes por el Consell Executiu. “Es una normativa común. Y eso está muy bien porque es la mejor manera de evitar malentendidos entre los docentes, las familias y el alumnado”, continúa. En general, los centros han acogido la nueva norma de forma positiva, aunque también hay voces que recelan de que los profesores vayan a convertirse en "policías" y reclaman más implicación de las familias.

El marco general de referencia aprobado por el Govern tiene ahora que ser adaptado por los centros en sus reglamentos tras un debate con las familias y el claustro para entrar en vigor el próximo curso. El texto, bastante restrictivo, se produce después de meses de presión de las familias y muchos docentes, que pedían la prohibición de los dispositivos, algo a lo que, hasta ahora, Educació se había mostrado contraria.

"Por fin se cierra el debate de los teléfonos en clase"

— Jordi Martín, profesor de secundaria

En la escuela pública y concertada, ningún alumno de infantil y primaria podrá usar su móvil personal. Los de ESO (12 a 16 años) estarán autorizados para llevarlo, pero no podrán utilizarlo en clase. Hacerlo estará “totalmente prohibido”. El veto se extenderá al patio, el comedor, las salidas y las actividades extraescolares que se imparten en el centro. Los estudiantes solo encenderán sus dispositivos cuando así lo requiera una actividad educativa concreta.

"Ha sido un gran problema"

El documento del Govern ha sido acogido con entusiasmo, a pesar de llegar "un poco tarde", en palabras del director del instituto Lluís Companys de Tordera, Carles Carré. "Los móviles han supuesto un gran problema para nosotros, así que ya habíamos tomado medidas porque la situación era insostenible. La gestión de los móviles del alumnado era un descontrol. Hace un par de cursos ya decidimos que, en nuestro instituto, ningún estudiante lo llevaría de forma visible, así que la nueva normativa refuerza lo que ya veníamos haciendo", destaca el director.

"Estamos satisfechos con la regulación, aunque llega un poco tarde"

— Carles Carré, director de instituto

Lo mismo ha ocurrido en el instituto Pla Marcell, de Cardedeu, que ya en septiembre se declaró libre de móviles (no utilizaron la palabra prohibición) porque después de la pandemia vieron que la situación con los teléfonos personales de los alumnos se estaba volviendo demasiado complicada de gestionar. "Hemos tenido el apoyo de las familias y de la sociedad. No estábamos solos. Estamos satisfechos con la regulación del Govern, aunque ha llegado un poco tarde. Es necesario acompañar a los estudiantes y educarles digitalmente. Eduació no es el único departamento que tiene voz, Salut también. ¿Acaso no se regula el acceso al tabaco y al alcohol para alargar la vida de las personas?", defiende el director del centro, Àlex Salleras.

"Sin redes sociales, los móviles tienen muchos usos, y muy buenos"

— Txeli Segué, directora de instituto

Txeli Segué, directora del instituto Dr Puigvert, señala un poco más allá y critica que la patata caliente de los móviles esté en las escuelas cuando, en realidad, debería estar en las familias porque se trata de un problema social. "Yo no soy la que doy un teléfono a mis alumnos, son sus padres y madres quienes lo hacen", destaca tras dejar claro que los centros están para educar y no para prohibir. "Sin redes sociales, los móviles tienen muchos usos, y muy buenos", destaca Segué, cuyo centro ya había regulado el uso de los teléfonos (los alumnos los dejaban en un sitio específico). "Ahora, cuando entre en vigor la nueva normativa, ¿qué haremos? ¿Nos pasaremos todo el día sancionando?", se pregunta.

Familias

Entre las familias, hay satisfacción, pero con matices. Belén Tascón, presidenta de AFFAC (Associacions Federades de Famílies d'alumnes de Catalunya), celebra el hecho de que Educació haya dado instrucciones comunes, aunque se muestra preocupada por si las excepciones que incluye pueden generar interpretaciones dispares. "Es un paso adelante, pero quedan muchas cosas por hacer", añade en referencia a una normativa que incluya el acceso a los contenidos y la protección de datos.

Primaria

El director de un colegio público de primaria de Barcelona asegura que, en la etapa educativa de los 6 a los 12 años, el problema de los móviles no tenían tanto impacto como en secundaria. A pesar de eso, su centro ya había regulado, más o menos, el uso. El teléfono estaba prohibido, pero aceptado en caso de que las familias así lo demandaran. A partir de 4º de primaria, los niños pueden salir solos, sin la compañía de sus padres y madres, así que muchas familias querían un teléfono para que les llamara y avisar de que ya había llegado al cole, y lo mismo a la salida. Tras firmar un documento de responsabilidad, los niños y las niñas dejaban apagados sus dispositivos en la consejería, donde los recogían al finalizar la jornada lectiva.

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