Próximo curso

Los móviles en los institutos también estarán prohibidos en el patio, las salidas y el comedor

Catalunya aprueba la normativa para regular los teléfonos personales, que estará vigente el próximo curso una vez que los centros la hayan incorporado a sus reglamentos internos

Adolescentes, móviles y escuela: radiografía de una revuelta

Lugar en el que los alumnos de un colegio de Barcelona guardan los móviles.

Lugar en el que los alumnos de un colegio de Barcelona guardan los móviles. / Joan Cortadellas

Olga Pereda

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En la escuela pública y concertada de Catalunya, ningún alumno de infantil (0 a 3 años) y primaria (6 a 12 años) podrá usar su móvil personal. Los de ESO (12 a 16 años) estarán autorizados para llevarlo, pero no podrán utilizarlo en clase. Hacerlo estará “totalmente prohibido”. El veto se extenderá al patio, el comedor, las salidas y las actividades extraescolares que se imparten en el centro.

Los estudiantes solo encenderán sus dispositivos cuando así lo requiera una actividad educativa concreta. En todo caso, para ese objetivo, siempre tendrán prioridad las tabletas y los ordenadores antes que los teléfonos.

Estas son algunas de las directrices incluidas en la norma aprobada este martes por el Consell Executiu, un marco general de referencia que ahora tendrá que ser adaptado por los centros en sus reglamentos tras un debate con las familias y el claustro. El texto, bastante restrictivo, se produce después de meses de presión de las familias y muchos docentes, que pedían la prohibición de los dispositivos, algo a lo que, hasta ahora, Educació se había mostrado contraria.

Serán las direcciones escolares las que decidan dónde deberán dejar los alumnos y las alumnas de instituto sus 'smartphones' durante todo el horario lectivo. Podrá ser, por ejemplo, en un espacio especialmente habilitado -algo así como un casillero común, que es algo que ya se está haciendo en algunos centros- o dentro de la mochila de cada estudiante, donde el dispositivo permanecerá apagado.

También serán los centros los que decidan cómo actuar en caso de incumplimiento. El texto del Govern apunta una posible idea: retirar el teléfono al alumno, custodiarlo hasta el fin de la jornada lectiva y avisar a la familia. Cada dirección, en todo caso, decidirá cómo gestiona el mal uso del dispositivo. Una vez traspasada a los reglamentos escolares de cada centro, la normativa catalana entrará en vigor a partir del curso que viene.

A pesar de ser más restrictiva de lo esperado, la ordenanza no ha acabado de convencer a los portavoces de Adolèscencia lliure de mòbils, el movimiento ciudadano que busca retrasar lo máximo posible la entrega del primer móvil a los chicos y las chicas. En un comunicado han aplaudido solo a medias la iniciativa, lamentándose de que el texto supone "regular el uso del móvil pero no el acceso".

Más favorables, el sindicato mayoritario en educación, Ustec, ha dado apoyo a la iniciativa y ha emplazado a Educació a evaluar el impacto de la medida. La federación de las asociaciones de familias, Affac, también han celebrado que el Govern haya optado por "instrucciones comunes", aunque les preocupa la interpretación que cada centro pueda hacer de las excepciones. Mientras, Fapel -que agrupa familias de la escuela concertada- se ha sumado al apoyo a pesar de reivindicar la autonomía de los centros.

Excepciones

Más allá del criterio común, la nueva ordenanza -que tiene como origen las directrices aprobadas por del Consell Escolar de Catalunya (CEC) en diciembre- incluye excepciones. Pero no generales, sino motivadas por necesidades específicas e individuales de algún alumno. Por ejemplo, comunicarse con un adulto de referencia, fomentar su autonomía o por algún motivo relacionado con la salud. Otras excepciones podrán ser fruto de alguna situación de aprendizaje en el aula o terminar alguna tarea de fuera de clase.

“La utilización de teléfonos inteligentes en actividades escolares requieren de un código de conducta que potencie la convivencia en el centro, elimine la brecha de acceso a los aprendizajes y minimice las disrupciones en el aula”, concluye el texto.

No obstante, vetar el móvil no significa carecer de una buena competencia digital, advierte el documento aprobado en el Consell Executiu. “Una buena competencia digital permite sensibilizar sobre los peligros del mal uso del móvil, como el ciberacoso, la pérdida de privacidad y las distracciones excesivas, aspectos que forman parte integral de la educación digital”, asegura el texto.

Primaria

En primaria, será la escuela la que facilite al alumnado la tecnología necesaria para realizar tareas relacionadas con la competencia digital cuando el aprendizaje así lo requiera. Lo mismo en secundaria, donde ya es frecuente ver a alumnos con ordenadores personales en sus pupitres.

La normativa catalana extiende la prohibición del uso del móvil al patio, las salidas y el comedor -igual que sucede con la normativa que aprobará en breve el ministerio de Educación- para fomentar la interacción personal entre alumnos y entre profesores y estudiantes. El uso de los teléfonos puede “distorsionar” esta prioridad educativa.

"Promover la interacción"

En este sentido, la 'consellera' Anna Simó ha precisado que, en los espacios no puramente lectivos, como patio, comedor y extraescolares, el objetivo de restringir los móviles no es tanto potenciar la concentración y evitar distracciones (algo vital en las aulas) sino "promover la interacción personal entre alumnado y también con el profesorado", informa Fidel Masreal. Es decir, el espacio de ocio también estará libre de pantallas. "Lo que sí que decimos es que, excepcionalmente, se podrá usar en una actividad concreta con una finalidad concreta. Por ejemplo, trabajar con geolocalizaciones en una excursión", ha matizado la responsable de Educació.

Bachillerato

En la educación postobligatoria (bachillerato o FP), el texto del Govern insta a los estudiantes a ser "responsables" de sus dispositivos a la hora de seguir las normas que el centro establezca bajo el prisma de la buena convivencia y el respecto a los derechos fundamentales y de protección de datos.

En las actividades puramente lectivas, los alumnos no podrán utilizar libremente sus teléfonos sino que ese uso -bajo supervisión de los docentes- estará "vinculado" a algún aprendizaje. En el resto del tiempo (actividades no lectivas), el centro tendrá que vigilar por el buen uso de los móviles para evitar situaciones de conflicto. La dirección podrá regular el uso en función de su contexto ni de la edad del estudiantado.

Autorización

Si, por el motivo que sea, algún colegio o instituto trabaja con un "proyecto singular" que incluye un uso generalizado de teléfonos móviles personales diferente al descrito en la norma, deberá tener un apoyo de dos tercios del consejo escolar y solicitar una autorización a la administración educativa (serveis territorials o Consorci d’Educació de Barcelona) dejando claro cuáles son los objetivos académicos del proyecto que requiere el uso del móvil. Educació invita al "consenso" de todas las partes antes de iniciar estas peticiones.

El cambio en las Normas de Organización y Funcionamiento del Centro (NOFC) para adaptar la nueva normativa de veto a los móviles deberá ser también aprobado previamente por el consejo escolar. El texto del Govern considera necesario "promover un diálogo y un debate en profundidad" antes de dar el paso.