Operativo en infraestructuras

La presión policial incrementa un 13% los denunciados por robo de cobre y otros metales en Catalunya

El robo de cable se multiplica por seis en el entorno de Barcelona

El robo de una tubería de cobre en un polígono causa el vertido de 20.000 litros de gasóleo en el río Anoia

Imagen de robo de cable de cobre

Imagen de robo de cable de cobre / Mossos

Germán González

Germán González

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Hace tres semanas, los Mossos d'Esquadra de Lleida detectaron a un grupo de siete operarios que trabajaban en una arqueta de registro de infraestructura de telecomunicaciones en la carretera L-702. Iban vestidos con chalecos y casco y dos de ellos llevaban tarjetas de identificación de una empresa del sector aunque acabaron confesando a los agentes que no eran trabajadores oficiales y que carecían de autorización

Si en 2022 fueron 435 los denunciados y detenidos, en los primeros 10 meses de 2023 la cifra escaló a 492, un 13% más

Por eso, la policía procedió a identificar a los sospechosos y descubrió que habían llegado a esta arqueta en tres vehículos en los que tenían 80 metros de cable de cobre que justo acababan de cortar. Su 'modus operandi' consistía en simular ser trabajadores de mantenimiento de redes. Los Mossos los detuvieron por robo con fuerza, ya que el valor del cableado superaba los 3.000 euros. Solo el valor de la reparación de la infraestructura dañada asciende a 8.500 euros.

Desde 2010, los Mossos tienen en marcha el plan 'Metall', un operativo específico para combatir este tipo de robos

Esta es una de las últimas actuaciones policiales en Catalunya contra el robo de metales, entre ellos el cobre, en infraestructuras "críticas o esenciales" que garantizan el buen funcionamiento de servicios públicos, como comenta el inspector Josep Naharro, subjefe de la División Técnica de Seguridad Ciudadana y Planificación de Dispositivos de Mossos d'Esquadra. 

Estos hurtos iban en descenso desde 2015, pero tras la pandemia han repuntado coincidiendo con la subida de precio del cobre

Desde 2010, la policía catalana tiene en marcha el plan 'Metall', un operativo específico para dar una "respuesta ordenada y focalizada en este tipo de robos y hurtos". Fue hace 13 años cuando se detectó un aumento de asaltos a estas infraestructuras e intalaciones y se decidió activar un plan especial, ya que "a diferencia de otros robos, el de estos metales" puede afectar a un buen número de población que depende de estos servicios. De hecho, por ejemplo, el robo de cobre ha provocado en este último año numerosos retrasos en la circulación de trenes de Rodalies, con la consiguiente molestia a los usuarios.

No sólo vías de tren

La mayoría de la ciudadanía tiene en mente los robos de cable de cobre que condicionan el servicio de Rodalies, pero no es este el único ámbito afectado. Así, los Mossos detectan sustracciones "desde en un huerto a una depuradora de agua pasando por la vía de tren" y no solo de cobre, sino que hay otros tipos de metales que se llevan los ladrones, que en su mayoría son multirreincidentes.

Un 72% de los 186 detenidos por robos en 2023 tenían antecedentes

El inspector Naharro remarca que en 2015 se alcanzó la cifra más alta hasta la fecha de robos y hurtos de metales y que desde entonces esta bajó "progresivamente" hasta 2020 por varios motivos, entre ellos la presión policial. Uno de los factores que ha reavivado ahora el fenómeno es el aumento del precio del cobre en los mercados. El precio del cobre lo marca el Ibex y oscila por varios factores, como la dificultad para su transporte. "Si el cobre es más caro, más oportunidad tiene el ladrón de conseguir más beneficios y por eso se expone a estos robos", destaca el inspector quien recuerda que tras la pandemia, con la reactivación industrial, el precio de este metal ha sufrido una escalada.

Imagen de Mossos en Lleida

Imagen de robo de cobre / Mossos

Según datos de Mossos, en 2022 se registraron 4.636 hechos delictivos relacionados con el robo o hurto de metales, mientras que hasta noviembre de 2023 se produjeron 4.103. A la espera de tener los datos de diciembre, la policía considera que las cifras serán similares.

Sin embargo, en lo que ha habido variación es en el número de denunciados y detenidos: si en todo 2022 fueron 435, en los primeros 10 meses de 2023, la cifra escaló a 492, lo que supone un incremento del 13% a falta de sumar los casos de noviembre y diciembre.

Grupos organizados

Naharro remarca que un 72% de las 186 personas que acabaron detenidas por robos en 2023 tenían antecedentes, por lo que se trata de ladrones multirreincidentes que acostumbran a actuar en grupos organizados, ya que asaltar una infraestructura no es fácil. Así, se deben romper rejas, desconectar electricidad, hacer contravigilancia y usar un transporte en el que se puedan meter los rollos de cable robados.

Por eso, además de los delitos de robo, hurto o daños que provocan en las instalaciones, los Mossos les suelen atribuir los delitos de pertenecer a organización criminal, ya que de esta forma aumenta la penalidad de su actuación. Cuando se considera un hurto, el castigo penal es bajo, una multa, y por eso hay mucha reincidencia.

Naharro apunta que el aumento de denuncias, pese a bajar el número de hechos, puede ser por investigaciones que culminan de un año para otro, aunque también por la tarea policial preventiva, que dificulta cada vez más los asaltos.

Imagen de ladrones de cobre

Imagen de ladrones de cobre / Mossos

En este sentido, los Mossos no solo envían una patrulla cuando se enteran de que hay cacos robando en una infraestructura. También realizan controles administrativos periódicos en gestores de residuos, chatarrerías o puntos verdes para saber si el metal que hay se ha adquirido de forma legal y está registrado, ya que "lo robado suele comprarlo alguien". En estas instalaciones de reciclaje también se suelen cometer sustracciones. 

Control con drones

Los Mossos también se coordinan entre los diversos ámbitos territoriales para establecer un mapa de las zonas en las que más se cometen los robos de metales, habitualmente el área metropolitana y el litoral catalán, ya que ahí es donde se concentra la mayoría de infraestructuras. Así pueden desplegar patrullas preventivas a las que suman los controles con drones o con el helicóptero en algunas zonas.

También hablan con empresas del sector, como operadores de telefonía y de infraestructuras ferroviarias, para que establezcan medidas de seguridad, como alarmas o cámaras de vigilancia. "Cada vez se conciencian más", señala Naharro quien explica que antes, fuera del horario de trabajo, como en fines de semana, se dejaban metros de rollos de cable al aire libre y ahora en cambio se guardan bajo llave en un almacén. 

"Hay un cambio de paradigma. Hasta hace poco se registraban muchos robos con fuerza y ahora detectamos hurtos o daños, que indican que lo han intentado sin conseguirlo", destaca el inspector. Por eso, la actuación preventiva de las empresas junto con el trabajo policial, tanto en inteligencia como en investigación relacionada con las bandas de ladrones de cobre ha permitido que bajen los delitos de hurtos y robos de metales y en cambio suban los detenidos.