Verónica Gómez de Liaño: "Por encima de cualquier otra etiqueta, me siento cocinera”

En un mundo como el actual, cuesta definirse con una sola etiqueta. Después de quedar finalista de 'MasterChef 10', Verónica Gómez de Liaño combina dos almas que se retroalimentan: chef y creadora de contenido en las redes, donde comparte sus recetas. Una doble faceta que está también vinculada por el hilo de la creatividad. De este concepto habló en un taller culinario organizado en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa para celebrar el 10º aniversario del programa de impulso al talento joven The Challenge de EduCaixa, por el que han pasado más de 40.000 alumnos de secundaria.

-Creatividad y cocina van íntimamente ligados.

-Sí, por supuesto, y más cuando hablamos de cocina molecular, como ya demostró Ferran Adrià. Por eso decidimos dedicar el taller a las esferificaciones, que es un claro ejemplo de cómo aplicar esas 4C que priman en un programa educativo como The Challenge de la Fundación La Caixa, es decir, creatividad, comunicación, colaboración y criterio. Además, siempre producen un efecto 'wow'.

-Usted centra su propuesta en la cocina saludable. ¿Puede ser también creativa?

-Sin duda, aunque muchas veces no se ha tratado a este tipo de cocina como se merecía. Que si es aburrida, sosa… y nada de eso. Aunque aún queda por hacer para romper los tópicos, hemos evolucionado mucho y se ha demostrado que lo saludable puede ser también sabroso y hedonista. Yo defiendo una cocina vegetal, que no significa que no se pueda usar proteína animal, pero situando siempre los vegetales en el centro de la receta, y no simplemente como guarnición. Y, además, ligada al uso de productos locales y de temporada.

-Habla también de alimentación consciente. ¿Nos rodean tantos estímulos que no prestamos atención a lo que comemos?

-Vamos todos con el tiempo atropellado que es muy complicado centrarse en la comida: a mí me pasa muchas veces. Sin embargo, cuando lo intentas, cuando pones atención al acto de comer, te sienta tan bien que te das cuenta de lo importante que es. Y no solo se trata de disfrutar de la comida, sino de ser consciente de dónde proceden los alimentos, qué impacto tienen sobre su entorno… Como cocineros, tenemos una responsabilidad con la sociedad y creo que podemos contribuir a generar un cambio positivo.

-Tras su paso por televisión, dejó su trabajo de publicista para dedicarse a la cocina. ¿Le costó encontrar el camino a seguir?

-Creo que aún sigo en este proceso, porque soy una persona que siempre está constante búsqueda, que no me conformo nunca. Esto tiene una parte positiva, que te anima a buscar nuevos horizontes, pero también negativa, porque parece que nunca es suficiente. Pero estoy haciendo un ejercicio de autoreflexión y sé que estoy donde quiero estar. Tengo objetivos claros, pero también estoy abierta a las oportunidades que vengan.

-En su caso, es tan importante cocinar bien como saberlo comunicar a sus seguidores. ¿Cómo se siente en un mundo tan exigente e inestable como las redes sociales?

-En esto, mi pasado como publicista me está ayudando e intento ser cercana y demostrar que soy una currante. Soy consciente de que las redes sociales son un arma de doble filo y que hay que saber usarlas bien. Sigo aprendiendo e intentando mejorar, porque las plataformas te exigen mucho, debes subir contenido continuamente porque si no te penalizan y esto hace que no tengas tiempo para desarrollar proyectos que quieres fuera de las pantallas.

-¿En su futuro, se visualiza más como chef o como creadora de contenido?

-Quiero que sea compatible, aunque para eso tenga que aprender a comunicar diferente, que no me exija tanta dedicación. El paso por televisión me ha dado mucha visibilidad y sería tonta si no lo aprovechara, pero no me considero una ‘influencer’. Comparto recetas en las redes que la gente puede replicar en casa. Pero por encima de creadora de contenido o cualquier otra etiqueta soy cocinera, y es allí hacia donde me dirijo.

-¿Su camino desembocará en un restaurante propio?

-De momento, soy una cocinera sin restaurante, que es algo que cada vez está más de moda, y que se basa en realizar cenas ‘pop-up’ en espacios preparados para la ocasión. Pero mi objetivo para el 2024 es tener mi propio local, aunque me gustaría que fuera de cocina informal en el día a día y, de vez en cuando, organizar eventos puntuales. En cierta manera, un lugar donde poder hacer lo que me apetezca.