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¿Salvará la inteligencia artificial el planeta?

Multimedia: Avances y riesgos de la Inteligencia Artificial

Las dos almas que lucha por el dominode la inteligencia artificial

Inteligencia artificial.

Inteligencia artificial. / Shutterstock

Robert Rodríguez

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Una de las grandes incógnitas de la actual crisis climática es la velocidad real a la que se calienta el planeta. Si bien las Naciones Unidas, por medio del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) y la Organización Meteorológica Mundial, acaba de anunciar que la Tierra se ha calentado 1.2 grados centígrados de media respecto a los niveles preindustriales , lo cierto es que se trata de una estimación. Los científicos llegan a esa conclusión cruzando cientos de miles de datos. Es una tarea titánica y extraordinariamente precisa, pero no del todo perfecta, pues buena parte de los datos se obtienen por medio de modelos estadísticos y simulaciones. Otro de los grandes interrogantes es la cantidad de gases con efecto invernadero que emite exactamente cada país. El número de fuentes de emisiones (cada coche, cada casa, cada industria) es demasiado vasto como para saberlo en detalle, así que las estimaciones son también aproximadas.

La Inteligencia Artificial (IA) supondrá el fin de esas imprecisiones en un futuro cercano. La organización medioambiental Trace, célebre por destapar los problemas de las cadenas de suministro mundial de commodities, desde el oro ilegal de la Amazonia al cacao producido con mano de obra esclava en África, publicó la semana pasada en la COP28 de Dubái un mapa interactivo donde se pueden consultar gratuitamente las emisiones de cada refinería, barco, incendio o fábrica. Se trata de una plataforma digital que bebe de 352 millones de fuentes. Gracias a la IA, la cantidad de datos que puede procesar se ha multiplicado por nada menos que 4.400 veces en apenas un año. Google ya trabaja en otras plataformas similares, como la Net-Zero Data Public Utilit.

Reducción drástica hasta 2030

 Aunque el lanzamiento de ChatGPT ha confirmado que la era de la IA generativa ya ha empezado, no somos todavía conscientes de los beneficios que esta tecnología puede suponer para combatir la crisis climática. Según un estudio coproducido por el Boston Consulting Group (BCG) y Google que fue publicado hace unos días en la cumbre climática de Dubái , el uso de la IA puede reducir las emisiones globales de entre el 5% y el 10% por ciento hasta 2030, es decir, el equivalente a las emisiones de toda Europa.

Cuantificar las emisiones con precisiones y determinar su origen será crucial para exigir responsabilidades a gobiernos y empresas, además de combatir el 'greenwashing'. Pero las aplicaciones de la AI van mucho más allá. BCG prevé un uso extensivo de la IA para desarrollar estrategias de mitigación y sistemas de alerta y resiliencia que ayuden a salvar cosechas y vidas. Como recordaba hace unos días en Dubái David Sandalow, exfuncionario del Departamento de Energía de Estados Unidos y hoy profesor de la Universidad de Columbia, la IA también permitirá hallar nuevos materiales y tecnologías de crucial importancia para la fabricación de, por ejemplo, ultrabaterías o sistemas de captura de carbono.

“Cuando Thomas Edison inventó la bombilla, él mismo probó varios metales físicamente para ver cómo reaccionaban a las descargas eléctricas. Le costó meses hallar las mejores opciones. Hoy, con las herramientas de IA, se pueden testar un millón de opciones diferentes en un segundo”, dijo Sandalow, que acaba de publicar una hoja de ruta sobre cómo sacarle partido a la tecnología para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero .

Uno de los usos climáticos que ya se hace de la IA se da en el campo de la aviación comercial. Empresas tecnológicas han desarrollo herramientas que permiten calcular la ruta más eficiente en combustible cruzando miles de datos meteorológicos, mientras que otras empresas como American Airlines han logrado reducir en un 50% las contaminantes estelas de vapor que generan los aviones usando IA.

Activismo usando IA

Las aplicaciones de la inteligencia artificial en la lucha global por salvar el planeta no se limitan a las soluciones prácticas o científicas. En la reciente COP también se recurrió a ella para llevar a cabo una innovadora —y extraordinariamente impactante— campaña de concienciación. La coalición de grupos ecologistas No Tenemos Tiempo (We Don’t Have Time) publicó una serie de vídeos en los que personas de mediana edad “hablaban desde el futuro” y advertían de las consecuencias nefastas que estaba teniendo para la vida de todos un planeta de emisiones desbocadas. Esas personas, sin embargo, no existen. Se trata de recreaciones “envejecidas” y distópicas de jóvenes activistas reales que fueron realizadas por medio del tratamiento de imágenes de vídeo usando software de IA.

Con todo, la IA también plantea retos medioambientales, sobre todo por el enorme uso de energía que requieren los potentes microchips que la hacen posible. Un estudio publicado en octubre alertó de que la IA podría usar en 2027 la energía equivalente de un país tan frío como Suecia. El estudio del BCG y Google advierte también de la huella hídrica de la IA para refrigerar los centros de procesamientos de datos y de los voluminosos deshechos electrónicos que conlleva la actual carrera tecnológica, sobre todo si no se gestiona adecuadamente su procesamiento y reciclaje.

“Aunque en la actualidad los centros de datos representan sólo una pequeña fracción de la basura electrónica mundial, las empresas tecnológicas tienen la oportunidad de aprovechar el éxito de la circularidad y adoptar un enfoque más reflexivo que incluya mayor reciclaje y reutilización”, recomendaba el documento producido por BCG y Google.

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