Desmontando estigmas: la lucha contra el tabú de la salud mental

“Está loco”, “Le falta un tornillo”, “Debe haber perdido la cabeza”. Tres expresiones cotidianas, muchas veces repetidas, que forman parte de la cultura popular y el imaginario colectivo. Usadas a menudo de forma ocurrente e incluso cómica, la normalización de estos comentarios oculta sin embargo una connotación peyorativa que resulta inapropiada y banaliza además la situación que sufren las personas afectadas por trastornos de salud mental.

Afortunadamente, existen asociaciones que trabajan para combatir el estigma y la discriminación asociadas, y alcanzar asimismo tanto la normalización como la integración social de los aquejados por estas a menudo incomprendidas dolencias. Uno de esos ejemplos se materializa en Obertament, una entidad catalana sin ánimo de lucro que nació en 2010 y lleva desde entonces luchando para mejorar la situación de los afectados por trastornos de salud mental. 

Comprensión y conocimiento

Conviene ponerse en la piel de las personas con experiencia propia para comprobar la preocupante dimensión que cobra para ellos, y también el estigma y la discriminación social que deben soportar casi a diario. También conviene recordar que el trastorno mental no disminuye ni deteriora las capacidades, sino que las altera de forma esporádica. El tratamiento y la recuperación son posibles y muchos de los afectados llevan una vida absolutamente normal.  

El físico cambia, la mente también

La ansiedad y la depresión son dos los problemas de salud mental más habituales en España, según los datos del CIS, el Centro de Investigaciones Sociológicas. Pero hay muchos más, como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la hiperactividad, el estrés postraumático, el déficit de atención o los tics que provoca el síndrome de Gilles de la Tourette. De la misma forma que nuestra salud física cambia, nuestra salud mental también es susceptible de fluctuar.

La lucha emprendida por Obertament, que significa abiertamente en español, se centra en el activismo, que desarrollan en cuatro ámbitos principales: educativo, laboral, sanitario y mediático. Pero también en la figura del activista, personas que tienen o han tenido un problema de salud mental y quieren compartir su experiencia para ayudar al resto a normalizar su situación, la convivencia con un trastorno. El valor del testimonio personal y la verbalización pública. Hoy, Obertament cuenta con más de 300 activistas formados y más de 200 activistas en activo.

Los datos indican que una de cada cuatro personas va a experimentar problemas de salud mental a lo largo de su vida, y al problema deberán sumar las consecuencias de la discriminación y el estigma que todavía perviven en nuestra sociedad.

En el colegio y centros educativos

La salud mental sigue siendo una asignatura pendiente en la sociedad y también en las aulas educativas y, por ello, son necesarios programas que incluyan en la experiencia educativa de los jóvenes una visión de la salud mental libre de estigmas.

Así lo considera la OMS, que señala que el 75% de problemas de salud mental comienzan antes de los 18 años, en la etapa escolar. Además, el 53% de las personas con trastorno mental en Cataluña reconocen haber ocultado su problemática de salud mental a los compañeros e incluso al profesorado, mientras que casi el 30% asegura haber sufrido discriminación en el ámbito educativo.

La entidad sin ánimo de lucro apuesta por introducir programas especiales y lograr también una mayor implicación de los centros educativos.

En el trabajo

El estigma existente dificulta que se pongan en marcha políticas de salud mental en las empresas, o puede dificultar su efectividad si están ya implementadas: el 90% de las personas trabajadoras con un problema de salud mental no se ha sentido capaz de hablar abiertamente de su situación en el entorno laboral. Esta es la realidad a superar.

La gestión de la salud mental es un reto para las empresas del futuro si quieren ser competitivas y retener su talento.

En la sanidad

Por increíble que parezca, el sistema sanitario tampoco se libra del estigma, y los análisis realizados demuestran que las enfermedades de salud mental pueden empeorar aspectos como el acceso a los tratamientos o la calidad de la atención y del diagnóstico recibidos.

La red sanitaria es una pieza clave en el puzle de las enfermedades mentales y su integración y normalización social. La buena noticia es que hace años que los servicios sanitarios y sus equipos profesionales trabajan para erradicar el estigma y la discriminación.

Pero los datos que aporta Obertament no resultan tan idílicos, porque el 40,6% de afectados afirman haber sido tratados injustamente en algún servicio de la red catalana de salud mental, mientras que el 24,5% detalla la misma situación en los centros de atención primaria.

En casa

Ni el entorno personal se libra, porque según las cifras que maneja la entidad el 50,4% de afectados afirma haber sufrido un trato injusto por parte de su familia, y hasta el 53,1% en el caso de los amigos y allegados.

Incluso, un 23% asegura haber recibidos presiones del entorno más cercano para que no tuvieran hijos.

Medios de comunicación

En 2015, mediante el primer observatorio de medios y salud mental impulsado por Obertament, se detectó que un 55% de las noticias publicadas en Cataluña sobre salud mental lo hacían en tono negativo o denigrante, asociando a las personas que pasaban por estas experiencias con violencia, un prejuicio que los medios tienden a reproducir. 

En 2018, en el informe sobre las noticias que hablaban del suicidio, se pudo comprobar que sólo el 16% de los articulos recogían la voz de la persona con experiencia propia. Y desde Obertament insisten en que incluir "referentes de recuperación en primera persona en los medios es esencial para acabar con el estigma".