Tratamiento experimental

Paula Romero: "Llevo desde los 12 tomando anticonceptivos y al fin noto que un fármaco me ayuda"

En 2026 podría ver la luz el primer tratamiento para el Síndrome del Ovario Poliquístico

Paula Romero, joven que accede a un estudio para el primer tratamiento para el ovario poliquístico

Paula Romero, joven que accede a un estudio para el primer tratamiento para el ovario poliquístico / FERRAN NADEU

Judit Bertran

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Paula Romero, de 19 años, llevaba desde segundo de la ESO sin una solución al Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), la patología más común entre los casos de infertilidad femenina. Los fuertes dolores de la menstruación, los ciclos irregulares de hasta 6 meses y los cambios de humor eran los síntomas que más le afectaban a diario y, según asegura la joven, uno de los más significativos era la falta de energía, pues notaba que día tras día se arrastraba esperando simplemente a que pasara la jornada. Paula accedió a un estudio para el primer tratamiento del SOP y la decisión marcó un antes y un después en su vida, asegura la joven.

El ginecólogo de Paula, tras detectarle el síndrome, le llegó a recetar hasta 7 diferentes tipos de pastillas anticonceptivas para poder buscar una solución, pero éstas nunca tuvieron un resultado positivo, es más, acabaron repercutiendo aún más a su físico y su salud mental. “Llegué a pesar 85 kilos y en épocas también pesé 45. Mi cuerpo asumió muchos cambios, pero lo peor fueron los cambios de humor”, afirma Paula.

La vida de la joven dio un giro de 180 grados cuando un día sonó la campana: su tía, colaboradora en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, vio un cartel con la información de un estudio para la consecución del primer tratamiento para tratar el Síndrome de Ovario Poliquístico. Rápidamente le comunicó a su sobrina la existencia del fármaco experimental y Paula no dudó un segundo en apuntarse, ya que esta podría ser -por fin- una solución al problema que llevaba años arrastrando. “No sabía qué hacer ya, y mi ginecólogo tampoco”, afirma. “Tampoco perdía nada, estaba acostumbrada a que experimentaran conmigo y a tener grandes cambios hormonales, así que no me importaba volver a hacerlo si así encontraba una solución a mi problema”, explica Paula.

No sabía qué hacer ya, y mi ginecólogo tampoco"

Paula Romero

Actualmente el fármaco más común para poder “frenar” (que no tratar) los síntomas visibles del SOP son las pastillas anticonceptivas, que intentan ser una “solución” para frenar el crecimiento del vello corporal o el acné. Pero éste “es como poner una parche en el problema: una vez quitas el parche el problema sigue estando”, afirmaba la doctora Lourdes Ibáñez, coordinadora del estudio en Hospital Sant Joan de Déu, en una entrevista a EL PERIÓDICO.

Es por eso que Paula quiso formar parte del estudio, ya que hay muchas mujeres que sufren del Síndrome de Ovario Poliquístico y no hay ningún fármaco a día de hoy para tratarlo. El SOP afecta aproximadamente a entre un 5 y un 10% de las mujeres en edad fértil, pero es la primera causa de infertilidad femenina. “Pensé: si funciona, pues mejor, pero si a mí no me vale, al menos habré participado para poder ayudar a las mujeres que sufran el síndrome en un futuro”, afirma la joven.

"Nunca me habían mirado tanto"

El tratamiento experimental consiste en tomarse un comprimido al día y a la misma hora. Éste se centra en la causa primordial del SOP: el exceso de grasa en puntos donde no debería estar, lo que se llama grasa ectópcia, fuera de lugar. Y el objetivo de la medicación es redistribuir esta grasa para poder solucionar todos los problemas que luego desencadena el SOP como la irregularidad de la menstruación, el vello corporal excesivo o el acné. 

En el Hospital Sant Joan de Déu se lleva a cabo la monitorización y las pacientes hacen visitas regulares cada 3 meses para llevar un control y estar al día las evoluciones de cada persona. “En mi vida me habían mirado tanto”, explica Paula, que también destaca que el contacto con los doctores del estudio ha sido muy próximo y “en cualquier momento te ayudaban”. 

"Ahora soy otra"

Ahora, con el tratamiento de un año acabado, Paula asegura que ha notado un cambio sustancial: “Soy otra, tengo más energía y no me voy arrastrando por las esquinas”, explica. “Tú me ves antes y después del tratamiento y ves a dos personas diferentes”, asegura, y explica que ahora tiene mucha más calidad de vida, hace deporte porque tiene más energía y ganas, los cliclos menstruales son regulares y su peso se ha regulado acorde con su edad y su altura. “En general me siento más viva, no estoy deambulando como antes, que me pesaba la vida”, asegura Paula. 

La joven remarca la importancia de los fármacos experimentales para los síndromes que aún no tienen tratamiento: “Espero siga adelante y que llegue a distribuirse en el mercado, porque puede ayudar y cambiar la vida a muchas mujeres, como a mi”, señala Paula, quien reitera que el estudio la ha cambiado muchísimo tanto físicamente como mentalmente.

Así pues, también ha hecho un recordatorio a todas las mujeres y personas gestantes para que acudan al ginecólogo, ya que “hay mucha gente que no sabe que tiene SOP, y sí que es verdad que cada vez hay más consciencia de que se tiene que ir, pero aún queda gente que no va. Es un tema muy tabú y aún falta mucha educación sobre la salud sexual”, asegura.