Mínimo histórico

Los embalses de Catalunya bajan hasta el 19% por primera vez: ¿se declarará la emergencia?

"Registros desérticos": Catalunya cierra un año pluviométrico seco y de récord

Radiografía de la escasez fluvial: 21 caudales de ríos, bajo mínimos históricos

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía / DAVID APARICIO

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La primavera fue seca, el verano también y lo que llevamos de otoño, hasta la fecha, tampoco está siendo más lluvioso de lo habitual. Por lo tanto, los embalses, aunque a menor ritmo de lo que lo hacían durante los calurosos días veraniegos, han seguido perdiendo existencias de agua en Catalunya. Es cierto que, con las actuales temperaturas y con el fin de la campaña de riego, la evaporación y el consumo de agua no es tan elevado como lo fue en los meses anteriores.

Sin embargo, a día de hoy, y por primera vez en esta sequía (tampoco llegó a suceder durante 2008), los embalses se han situado de media por debajo del 20% de sus reservas. En concreto, según el último dato actualizado por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), están al 19,98% de su volumen.

En la sequía de 2008, se descendió hasta el 21%, pero nunca se había llegado a una cifra tan baja como la actual. En primavera, el Govern decretó la entrada en fase de excepcionalidad en marzo, con los pantanos aproximadamente al 26%. Después, las reservas bajaron y se acercaron al 22%. Pero las lluvias de finales de mayo y principios de junio dieron un pequeño respiro a los embalses catalanes.

¿Emergencia, cuándo?

Sin embargo, durante el mes de julio la situación emperoró de nuevo y los pantanos perdieron fuelle otra vez. El mal estado de los embalses catalanes, una de las principales fuentes de agua tanto para la industria como para la ciudadanía, ha obligado a la Generalitat a declarar la situación de excepcionalidad en la gran mayoría de comunidades y a aplicar restricciones en el uso de agua en diferentes sectores.

En estos momentos, la fase de emergencia está en vigor en más de 30 pueblos, la mayoría de ellos en el Empordà. No obstante, la ACA ya advirtió de que hasta diciembre, con las lluvias de otoño, se podía resistir sin declarar este escenario grave, que implica restricciones importantes en el área metropolitana de Barcelona, donde más personas estarían afectadas.

Lo que ha permitido no llegar a este punto han sido los recursos no convencionales: el agua desalinizada y regenerada, que han abastecido muchos pueblos y ciudades de la provincia de Barcelona. En las cuencas del Ebro, la situación tampoco es nada halagadora, y en las próximas semanas deberán empezar las previsiones de riego de cara a la próxima temporada, tras una campaña desastrosa para los agricultores.

Si no llegan lluvias pronto (y abundantes), es posible que se declare la emergencia en el sistema Ter-Llobregat antes de que finalice el año, aseguran desde la Generalitat. En cambio, si los esperados temporales llegan y dejan grandes cantidades de agua, se podría dar la vuelta a la situación.

El principal problema es que el déficit hídrico es acumulado. Ya hace casi tres años que llueve menos de la media. Y este escenario, sin embargo, no evitará que episodios de temporales violentos con inundaciones hagan acto de presencia durante las próximas semanas, un aviso del que la Administración lleva días adviertiendo.

Pero para frenar la sequía severa, se necesitará mucha más agua. La cosas no van mucho mejor en los acuíferos, que han resistido la sequía de forma sorprendente, pero que en algunos casos están bajo mínimos, y que son otra de las fuentes de agua convencionales. Además de los embalses y los acuíferos, están los bosques, que también acumulan un estrés hídrico grave al que se debería poner remedio para evitar más episodios de mortandad.

La capacidad de los embalses de las cuencas internas es dispar. Van desde los 3,74 hm3 del pantano de Foix, en Castellet i la Gornal, hasta los 233 hm3 que caben en Susqueda. En el siguente gráfico se relaciona cada embalse con su volumen máximo.