Problema social

Hasta un 10% de la población sufre adicción al porno, que provoca sexo agresivo, aislamiento y disfunción eréctil

"El 78% de los chicos que atendemos ha consumido porno violento y con menores o personas con discapacidad"

Los diez consejos para evitar la adicción a la pornografía de los menores

Hablan dos adictos al porno: "Me sentía un monstruo, apenas dormía, no podía parar"

Madrid 03-10-2023 Un hombre consumiendo contenidos pornográficos en la red.  IMAGEN DAVID CASTRO

Madrid 03-10-2023 Un hombre consumiendo contenidos pornográficos en la red. IMAGEN DAVID CASTRO / David Castro

Patricia Martín

Patricia Martín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los datos hablan por sí solos. Los niños tienen el primer contacto con el porno en torno a los 8 años, muchas veces de forma accidental. Sin embargo, el consumo se generaliza a partir de los 14, cuando casi el 40% de los jóvenes lo ven semanalmente, la mayoría sin una adecuada educación sexual que les ayude a interpretar y deconstruir vídeos que contienen relaciones sexuales sin afectividad, violentas y que degradan y cosifican a las mujeres.

Por supuesto que la gran mayoría de los jóvenes que consumen porno no llegarán a convertirse en adictos –aunque cada vez está más claro cómo los vídeos violentos moldean el deseo de los más jóvenes–. Sin embargo, su fabuloso poder de atracción sí está provocando que un número creciente de personas se acaben enganchando y dejando de lado las amistades, la familia y el trabajo o los estudios, con tal de encerrarse en su habitación a ver cientos de vídeos pornográficos.

Se trata de una adicción bastante desconocida pero que atrapa cada vez a más gente, sobre todo hombres

Se trata de una adicción bastante desconocida pero que atrapa cada vez a más personas, sobre todo hombres. Según diversas investigaciones internacionales, tiene una prevalencia de entre el 3% y el 10% a escala mundial, aunque estos datos podrían ser solo “la punta del iceberg” porque la vergüenza y el sentimiento de culpa impiden a muchos afectados pedir ayuda, según explica María Contreras, psicóloga clínica que colabora con Dale una Vuelta, entidad que promueve una sexualidad afectiva, libre e informada, que ofrece ayuda para dejar atrás la adicción al porno.

La violencia

Contreras indica que a las consultas de psicólogos y sexólogos cada vez acuden más personas con este trastorno y que el aumento de la incidencia está ligado al fácil acceso al porno que ha provocado internet, donde existen millones de contenidos que tienen más visitas que Netflix, Amazon, Twitter y Youtube juntos. Además, el 80% de los vídeos contienen violencia, como violaciones grupales, agresiones y vejaciones de todo tipo, pederastia e incesto.

El aumento de la prevalencia está también relacionado con el inicio del consumo a edades muy tempranas, cuando “el cerebro no está maduro y es más vulnerable”, según la experta, que aclara que para caer atrapado en la adicción se requieren años de conducta adictiva. “Sin embargo, un menor que empieza con el visionado de porno sí puede ser un adulto con adicción”. Los estudios científicos señalan que la pérdida de control se suele situar entre los 18 y 27 años, aunque en las mujeres -con una prevalencia menor- la conducta sexual compulsiva aflora más tarde, porque tardan aún más en reconocer que sufren el problema.

Porno y cerebro

Igual que en otros trastornos de comportamiento, algunas personas son más vulnerables, como aquellas que ya sufren otro problema de salud mental como depresión o ansiedad, han sufrido algún trauma o abusos sexuales en la infancia, o tienen rasgos límites de personalidad que les empujan al perfeccionismo o a la autoexigencia. Pero cualquiera puede caer porque el porno, según Contreras, es “la droga del placer” y afecta al cerebro, al igual que otras drogas, al liberar dopamina cada vez que se siente placer. El problema es que el cerebro baja el volumen de receptores de dopamina cuanto más porno ve, de forma que “cada vez se necesitan más estímulos para conseguir el placer”, más tiempo de visionado y contenidos más “violentos, asquerosos y sorprendentes”.

"La pornografía lo tiene fácil, va a nuestro cerebro y lo provoca inmediatamente, porque en este tema somos primates”

José Luis García, sexólogo

José Luis García, codirector del curso ‘Experto en prevención de los efectos de la pornografía en la salud afectivo-sexual’ y autor de ‘Tus hijos ven porno, ¿qué vas a hacer?’, sostiene que el porno “tiene un poder adictivo superior” a cualquier otra sustancia porque “el deseo sexual tiene una base biológica desde el inicio de la especie y, por tanto, es una de las motivaciones más importantes de la conducta”. “La pornografía lo tiene fácil, va a nuestro cerebro y lo provoca inmediatamente, porque en este tema somos primates”, sentencia. Además, el porno no siempre cuesta dinero ni es ilegal y se puede acceder a él las 24 horas al día, en nuestra propia casa.

Son varios los indicadores que muestran si una persona sufre una conducta adictiva: si no puede dejar el visionado y este altera su vida diaria; si le da igual las consecuencias, es decir, perder amigos o el trabajo, y si para sentir placer necesita ver cada vez contenidos más oscuros y violentos. “Si alguien ve porno todos los días, probablemente tiene un comportamiento adictivo, es un indicador”, sostiene Contreras.

La visualización de contenidos agresivos hace que se pierda la empatía y la sensibilidad y se justifiquen las agresiones

Efectos

El verdadero problema de esta adicción es que la visualización de contenidos agresivos trastoca la “empatía y la sensibilidad”, según García. “Acabas comprendiendo al agresor, justificándolo, porque el mandato del porno es que a las mujeres les gusta que les fuercen, que las degraden”, ejemplifica.

A este respecto, el informe '(Des)información sexual: pornografía y adolescencia', elaborado por Save the Children, indica que la pornografía es el único recurso a la hora de aprender sobre sexualidad para el 30% de los adolescentes. Ante ello, el 54% de los jóvenes admite que toma ideas prestadas del porno para después llevarlas a la práctica y lo más preocupante es que el 12,2% de los chicos y el 6,3% de las chicas lo hicieron sin el consentimiento explícito de su pareja y sin que a esta le hubiera gustado.

Ante este problema, la fiscalía ha advertido varias veces de que el aumento de agresiones sexuales cometidas por menores está relacionado con la ausencia de educación sexual y el visionado “inapropiado y precoz” de pornografía violenta.

“Vemos en las consultas cada vez más jóvenes con disfunción eréctil porque con una persona real no pueden mantener la erección"

María Contreras, psicóloga clínica

Problemas sexuales

Paradójicamente, esta adición también provoca eyaculación precoz y disfunción eréctil, dado que el “chute de estímulos” que genera el porno hace que no sea fácil excitarse con una relación sexual normal. “Vemos en las consultas cada vez más jóvenes con disfunción eréctil porque con una persona real no pueden mantener la erección, lo que a veces provoca que se aíslen, piensen que no rinden como en el porno y se encierren todavía más en su adicción”, señala Contreras.

Por último, otro de los problemas es que, aunque se deje de consumir pornografía, las imágenes se han grabado a fuego en la mente. Tal hecho provoca que, aunque se acuda a terapia, a algunas personas les cueste mucho esfuerzo recuperarse completamente. 

Suscríbete para seguir leyendo