Jordi Royo, psicólogo

"El 78% de los chicos que atendemos ha consumido porno violento y con menores o personas con discapacidad"

El director técnico de Amalgama7, entidad terapéutica y educativa para jóvenes y familias, advierte de que "el consumo precoz de pornografía aumenta las prácticas de riesgo"

Pornografía: el primer contacto de los niños españoles está entre los 9 y los 11 años

Porno y adolescentes: escenas cada vez más violentas para saciar la adicción (y el aburrimiento)

Madrid 03-10-2023 Un hombre consumiendo contenidos pornográficos en la red.  IMAGEN DAVID CASTRO

Madrid 03-10-2023 Un hombre consumiendo contenidos pornográficos en la red. IMAGEN DAVID CASTRO / David Castro

Anna Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Expertos en la atención de niños y adolescentes debaten este martes desde el Col.legi Oficial de Metges de Barcelona las causas de una hipersexualización cada vez más precoz, la falta de conocimiento y control por parte de las familias y sus posibles consecuencias en su salud emocional. La 10ª Jornada Técnica de Prevención y Atención a Adolescentes en Riesgo está organizada por Amalgama7, entidad pionera en la atención terapéutica y educativa para jóvenes y sus familias, y que gestiona el centro Valldaura, en Olvan (Berguedà). Jordi Royo Isach, director técnico de Amalgama7, asegura que muchos de los jóvenes atendidos relatan experiencias, impactos y percepciones muy alejadas de la práctica de comportamientos sexuales saludables.

¿Qué efectos pueden ocasionar los impactos sexuales que reciben niños y jóvenes?

El consumo precoz de pornografía y la falta de educación sexual en la familia y en la escuela facilitan el fomento de ideas y emociones, en relación con el sexo y la sexualidad, basados en la violencia hacia las mujeres y en estereotipos negativos de género. Internet no ha inventado la pornografía pero la ha propagado entre los más jóvenes y ha aumentado las prácticas de riesgo, como el sexo sin preservativo y las prácticas sexuales machistas y violentas. También han incrementado las parejas tóxicas entre adolescentes, con agresiones psicológicas, sexuales y físicas.

Según los estudios, la visualización de pornografía se inicia entre los 8 y 12 años. Y entre los 13 y los 17 años, siete de cada diez adolescentes consumen vídeos porno. ¿Las familias lo saben?

El conocimiento que tienen sobre este consumo es muy pequeño: cerca del 75% de las familias no saben qué contenidos visionan sus hijos e hijas. Solo uno de cada tres adultos supervisa la actividad de los menores en internet, redes sociales y videojuegos. Difícilmente podemos hablar de un efecto pedagógico en casa. Y también se necesitan cambios en la educación afectivo-sexual en las aulas.

¿La falta de educación sexual en las familias y también en las escuelas comporta las conductas violentas y machistas que comentaba relacionadas con el sexo?

La pornografía no es homogénea, no toda es igual. En los estudios de Amalgama7 se ha tipificado en tres tipologías. Una es la convencional, basada principalmente en la penetración y el sexo oral. Otra es la pornografía de la humillación y el dolor, en la que se visionan relaciones sadomasoquistas y donde las mujeres salen especialmente maltrechas. Y el tercer tipo es la pornografía de los colectivos vulnerables, en los que salen menores, personas con discapacidad e incluso animales. El 78% de los chicos y chicas atendidos en Amalgama7 (en su mayoría entre 16 y 17 años) manifiestan haber visto imágenes clasificables en las tres tipologías.

¿Estos jóvenes tienen percepción de riesgo?

Su percepción de riesgo es baja o nula. Casi el 80% de chicos y chicas que te cuentan que ven pornografía de los tres niveles dicen hacer un consumo responsable. Creen que la controlan.

¿Y hay un 20% que reconoce haber perdido el control en relación a la pornografía?

Sí, y sería equiparable a una dependencia. Al igual que la adicción al alcohol, a las drogas oa los videojuegos, engancharse a la pornografía también es un problema.

¿Es posible realizar un uso controlado o consumo responsable?

Deberíamos valorar la cantidad y la calidad. Pero preocupa el número de jóvenes que relatan impactos y percepciones que poco o nada tienen que ver con la práctica de comportamientos sexuales saludables.

¿El modelo actual que reciben los adolescentes en relación con el sexo y la pornografía es inevitable? ¿Los límites son posibles?

La pornografía es violencia emotiva sexual, no podemos dejar a los adolescentes y jóvenes en manos de los teléfonos inteligentes. Aunque el visionado de pornografía en menores no es legal en España, tienen acceso rápido, fácil y gratuito. Y se necesitan límites. Por ejemplo, se pueden poner más filtros para poder ver contenido pornográfico, como por ejemplo la necesidad de una identificación digital para acceder a ellos. Las soluciones tecnológicas están ahí, los límites son posibles.