Educación y tecnología

De un chat de fútbol a porno brutal: así se descontroló el grupo viralizado entre niños de Barcelona

Porno brutal y proclamas de odio: alerta por un grupo de Whatsapp viralizado entre niños de 12 años de Barcelona

Las familias afectadas por el chat de menores con porno brutal: "¿Quién está detrás? ¿Qué quiere?

Institutos afectados por el grupo de porno: "Este chat prueba lo desprotegidos que están los niños con el móvil"

Menores con sus teléfonos móviles, en una fotografía de archivo.

Menores con sus teléfonos móviles, en una fotografía de archivo. / El Periódico de Extremadura

Elisenda Colell

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Los chats de WhatsApp de las familias de los alumnos de primero de la ESO de al menos media docena de institutos de Barcelona echan humo estos días. También niños y docentes andan preocupados. ¿Quién está detrás de ese grupo de WhatsApp que ha llegado a tener más de 400 participantes –la mayoría niños de 12 años– y en el que se han compartido imágenes de porno brutal junto a mensajes racistas y homófobos? EL PERIÓDICO ha podido saber que el polémico chat se creó en una clase de primero de la ESO de un centro del Poblenou y que ha llegado, al menos, hasta chavales de 18 años. Esta es la historia de cómo se originó este grupo que ha encendido las alertas entre familias y centros sobre los contenidos a los que acceden y comparten los niños a través del teléfono móvil a edades tan tempranas.

Un niño de primero de la ESO activó el chat, del que en pocas horas perdió el control 

Todo empezó el lunes 9 de octubre. La clase de primero del instituto del Poblenou se había ido de colonias la semana anterior. Uno de los niños volvió resfriado y aquel lunes no fue al colegio. Este menor, que tiene diagnosticada una discapacidad intelectual, siente pasión por el fútbol y la selección española. Aburrido en casa, decidió crear un grupo de Whatsapp para hablar de estos temas con algunos compañeros de clase a los que hacía apenas un mes que conocía. Y lo llamó 'Niños Toda España'.

Chavales de más de 16 años también accedieron al grupo y al menos uno de ellos compartió imágenes salvajes

Añadidos sin permiso

El instituto no permite el uso del móvil en el aula. Por tanto, fue durante la tarde y la noche del lunes cuando los chavales empezaron a añadir a unos y otros. Se fue agregando a niños de la clase y del instituto, pero también de fuera de este y el grupo comenzó a coger velocidad. A partir de aquí, se perdió totalmente el control del contenido del chat, que en un principio había sido inocuo.

El chat se ha propagado por al menos seis institutos, aunque podrían ser muchos más

"A mí me metieron, pero me salí al momento", cuenta un joven de 18 años, alumno de un ciclo de Formación Profesional con el que ha contactado este diario. Al menos seis institutos de Barcelona –aunque podría ser muchos más– han alertado a las familias sobre este grupo de WhatsApp. Todas las personas que fueron añadidas, además, repiten el mismo patrón: se vieron en el grupo sin aviso alguno y sin saber quién los había agregado.

La primera alarma que saltó fue en el instituto del Poblenou al que acude el niño que había creado el chat. Una mujer que tiene control sobre todo el contenido del móvil de su hija dio el primer aviso a las familias de la clase. "Nos explicó que estaba alucinando con un grupo de WhatsApp del que formaban parte muchos niños de la clase", explica una madre del centro a este diario.

Informar a los Mossos

Esta mujer avisó al instituto. La misma tarde del martes, el director fue a las clases de primero de la ESO para explicarles los peligros que implica el mal uso del móvil y la posibilidad de que detrás del chat hubiera pederastas. También les urgió a que salieran del grupo de forma inminente.

A continuación, la madre del menor que había creado el chat pidió disculpas a todas las familias y acudió a los Mossos d'Esquadra para informar de lo ocurrido. Es por ello que la Unidad de Delitos Informáticos de la policía catalana tuvo constancia de la existencia de ese grupo y empezaron a investigarlo el miércoles 11 de octubre. Mientras, el chat se iba propagando entre las clases de primero de la ESO de distintos barrios de la ciudad.

Chavales mayores

Cabe destacar que quien ha compartido el contenido brutal en este foro con cientos de menores no era el niño que lo había creado. Según ha podido saber este diario, al menos cinco números de teléfono distintos han vertido contenido homófobo racista e imágenes porno en las que se ve a mujeres sufriendo violencia y vejaciones.

Uno de ellos es un joven de 16 años que estudia un ciclo de Formación Profesional. Él compartió, por ejemplo, la imagen de una mujer muerta, abierta en canal, que estaba siendo penetrada vaginalmente. Este adolescente explica que utiliza esta imagen de forma frecuente e incluso la comparte cuando esta periodista se pone en contacto con él. Después de unas cuantas insinuaciones y bromas sexuales al teléfono, rompe a llorar cuando admite que él ha enviado esta foto tan brutal que ahora los Mossos están investigando. "Yo no tomé esa imagen, me la mandaron por un grupo y me pareció divertido reenviarla en este grupo donde había tanta gente", dice el chico a este diario entre lágrimas.

Contenido difícil de denunciar

También se excusa en que él no fue el único que vertió contenido inapropiado. "Todo el mundo estaba enviando guarradas", afirma. "Yo no soy ningún pederasta, soy un niño", agrega el chaval, asustado. Sus amigos le consuelan, pero él asegura que teme tener problemas con la policía.

Fuentes de los Mossos explican que es difícil que el contenido de este grupo –más allá de ser inapropiado, desagradable y salvaje– pueda considerarse un delito. "Se podría perseguir si se comparten imágenes de pornografía infantil o fotos de compañeros, o si se meten con alguien. Pero este contenido porno es difícil de denunciar", explican a este diario fuentes de los Mossos. La madre de una niña que fue añadida a este grupo también ha tratado, sin éxito, de denunciar los hechos ante los Mossos.

El patrón de los abusadores

Los docentes consultados apuntan a que todo indica que lo ocurrido con este grupo es que a los adolescentes se les ha ido de las manos y que la propia dinámica de WhatsApp ha permitido hacer prender la mecha. "No sabemos si hay pederastas en el grupo usando perfiles falsos –afirma uno de los profesores afectados–. Sin embargo, cuando hemos detectado este tipo de situaciones con alumnos del centro, los grupos suelen ser más pequeños e íntimos, con tres o cuatro personas".

Ni el Departament d'Educació ni el Consorci d'Educació de Barcelona han querido hacer declaraciones sobre este asunto del que tienen constancia desde hace al menos cinco días.

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