El duelo en verano: Cómo sobrellevar el dolor por la pérdida de un ser querido en vacaciones

Áltima cuenta con un servicio especializado de atención a las personas dolientes

El duelo por la muerte de un ser querido puede ser más complejo en verano

El duelo por la muerte de un ser querido puede ser más complejo en verano / Shutterstock

Pep Canals

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El verano suele asociarse a momentos de ocio, de alegría, de tranquilidad y, por supuesto de vacaciones. Se trata de un momento del año ideal para pasar tiempo junto a la familia y amigos para recargar las pilas antes de volver a la rutina diaria. Una placidez que, por desgracia, no siempre es así. Sobre todo, cuando perdemos o hemos perdido a un ser querido e iniciamos un proceso de duelo.

La muerte de una persona querida en esta época o en otras festivas como Navidad puede convertir la alegría en tristeza. El verano es un momento lleno de recuerdos y de memorias compartidas. En muchas ocasiones, volvemos a lugares donde ya hemos disfrutado otros años y donde guardamos recuerdos junto a personas que ya no están. Momentos imborrables que pueden agudizar el dolor en estas fechas.

¿Cómo se vive el duelo en verano?

El verano puede ser un momento donde vivamos emociones que nos parezcan contradictorias. En un contexto en el que el entorno y las actividades propias de las vacaciones inviten a ser alegres y festivas, se pueden experimentar sentimientos encontrados. Por ese motivo, es importante tener en cuenta las siguientes cosas:

  1. En todo contexto de duelo es importante permitirse experimentar y expresar las emociones propias del estado en el que se está, ya sea de tristeza, de ira, de confusión, de vacío o cualquier otra sensación. Y es muy importante no intentar eliminarlas o camuflarlas.
  2. Es clave no juzgarse a uno mismo por sentir de cierta manera o por disponer de un estado de ánimo que no encaja con lo que se entiende que son unas vacaciones de verano, y conocer los propios límites para saber buscar, cuando haga falta, el apoyo que se necesite.
  3. Es recomendable saber encontrar lugares tranquilos, espacios de calma, donde quien viva el duelo se pueda tomar un respiro y procesar esas emociones. La naturaleza, paseos en espacios calmados de una ciudad, estar en casa si así lo pide el cuerpo y la cabeza, y disponer de esos momentos de tranquilidad y soledad deseada, son muy recomendables para afrontar el duelo desde la serenidad.
Durante un proceso de duelo es importante escucharse y sentir sin miedo

Durante un proceso de duelo es importante escucharse y sentir sin miedo / Cedida

El papel del entorno

Vivimos en mundo que va demasiado rápido y, muy a menudo, las personas que están transitando un duelo sienten la presión social para estar alegres y relajadas en estas fechas. Esta situación, lejos de ser una ayuda, puede hacer sentir peor a la persona doliente. En verano, las ausencias pueden ser mucho más duras en un contexto en el que se suele estar rodeado de mucha gente.

Compartir los sentimientos que produce el duelo con amigos cercanos, familiares o unirse a grupos de duelo donde poder compartir la experiencia vivida y escuchar las de otras personas que están pasando o han pasado por una situación similar puede ser sanador. El acompañamiento del entorno, respetando los ritmos del doliente y escuchando sin juzgar, es la mejor forma de estar junto a alguien que necesita un apoyo en un momento determinado. 

Con el paso del tiempo, aprendemos a vivir con la pérdida y a honrar la memoria de los que nos han dejado.

El apoyo psicológico y emocional, un servicio prioritario en Áltima

Cuando el proceso de duelo se convierte en un problema que uno no puede afrontar por si mismo, y más en un contexto vacacional, es recomendable buscar ayuda especializada.

Afrontar y superar la muerte de un ser querido es mucho más llevadero cuando se está rodeado de personas que entienden el contexto. Disponer de un equipo de psicólogos, especialistas en duelo, o asistir a grupos de duelo guiados por profesionales ayuda a sentirse comprendido. En Áltima ofrecen servicios con equipos especializados para el apoyo emocional y psicológico de las personas que han perdido a un ser querido, un servicio que, además, se ofrece de forma totalmente gratuita.

Este equipo de psicólogos y psicólogas, disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año y sin límite de cobertura horaria, ni número de llamadas, está a disposición de aquellas personas que viven un duelo para poderlas escuchar, aconsejar, atender y permitir que aquellas personas que viven el duelo reciban pautas que ayuden a lidiar con esa situación.

Áltima cuenta con diferentes servicios de atención al duelo

Áltima cuenta con diferentes servicios de atención al duelo / Cedida

Otro recurso para poder afrontar el duelo estival son los grupos de apoyo. En estos espacios se puede compartir la propia experiencia y escuchar las vivencias de otros que pueden dar el apoyo que se necesita para superar una pérdida. Estos grupos de apoyo de Áltima están guiados por psicólogos que ayudan a expresar y a aprender a gestionar las emociones, son una herramienta clave para poder canalizar el duelo.

Cuidar de uno mismo, la prioridad en un duelo

Y ante todas esas emociones encontradas que las vacaciones de verano pueden suponer para alguien que está viviendo un duelo, un elemento clave es el saber cuidarse tanto física como emocionalmente. Por ese motivo, es importante tener en cuenta que:

  1. Se tiene que mantener una rutina de sueño adecuada.
  2. Alimentarse de forma saludable y realizar actividades que permitan vivir, sin que eso haga que aquellas personas que están viviendo el duelo se sientan mal, momentos de placer y bienestar.

Tal y como afirman des el equipo de psicólogos de Áltima, todo duelo se puede superar, pero es un proceso gradual, una situación que pide tiempo y que, con calma y paciencia, permite llegar a vivir de nuevo momentos de alegría y serenidad, incluso durante el verano y las festividades que nos recuerdan a las personas que nos han dejado.

A medida que pasa el tiempo, y atendiendo el duelo como corresponde, se aprende a vivir con la pérdida y a honrar la memoria de la persona que se ha perdido.