Investigación judicial

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Guillem Sánchez

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El sábado 12 de agosto, al mediodía, Javier M.L., un hombre de 37 años edad, paciente de un centro de salud mental, robó un coche Citroën de la empresa Carnisseries Villaroya en la población de Amposta y emprendió una huida durante la que, según los Mossos, se saltó varios controles dispuestos para detenerlo e ignoró todas las órdenes que le dieron los policías que le persiguieron y que terminó, 48 kilómetros después, cuando un agente abrió fuego para abatirlo. Javier murió un día más tarde en el hospital Joan XXIII de Tarragona

La que sigue es una versión que los agentes de los Mossos han dado de lo ocurrido en el juzgado de Reus que investiga estos hechos y que considera que, a falta del informe de balística u otras pruebas que puedan solicitarse, no existen indicios para imputar a ninguno de los policías que intentaron frenarlo ni tampoco al que usó el arma de fuego

Desobediencia

Según las fuentes consultadas por este diario, la citada versión policial describe que Javier, tras robar el Citroën, emprendió la huida por la N340 en dirección a L’Ametlla de Mar. Antes de que llegara a esa población, una patrulla de los Mossos –activada como el resto de unidades de los municipios de L’Ametlla de Mar, de Amposta y de Tortosa para tratar de detener a Javier– se cruzó con el Citroën. Dio media vuelta, activó los indicativos luminosos y acústicos y comenzó a perseguirlo para que se detuviera. Las luces y el ruido de las sirenas fueron en vano. 

Javier, con el vehículo policial logotipado pisándole los talones, circuló por la N340 en sentido L'Ametlla de Mar en una conducción "temeraria" que mostró "un claro desprecio por la vida" del resto de ciudadanos que circulaban por esa vía. Su "conducción homicida" estuvo a punto de provocar "muchos accidentes" dado que muchos conductores, a los que avanzaba indistintamente por la izquierda o por la derecha, tuvieron que hacer "maniobras muy bruscas" para evitar la colisión. De esta situación, la patrulla informó al Servei Català de Trànsit (SCT)

Los controles

A la altura de L’Ametlla de Mar, Javier se encontró con el primer control dispuesto para ordenar su frenada. Un control que evitó abandonando la N340 y tomando la salida para entrar en el municipio y siguiendo por la AP7 en dirección norte. Para realizar ese cambio de vía invadió el sentido contrario de circulación durante un tramo colapsado de coches. 

En la AP7 coincidió con un volumen "muy importante de vehículos" que se encontraban desplazándose en una jornada de máxima actividad en las carreteras debido al periodo vacacional. Perseguido por la patrulla de los Mossos, mantuvo su "temeridad" al volante y puso en "grave peligro" a los usuarios que circulaban por esa autopista. Ignorando las señales policiales, condujo hasta L’Hospitalet de l’Infant y en esa salida se topó con un nuevo control policial para arrestarlo. Con una maniobra "suicida", invadiendo "completamente" el arcén y obligando a dos agentes a "saltar" para no ser "embestidos", también burló ese control. 

Así, Javier alcanzó la A7 y continuó circulando, en sentido sur, esta vez. En esa vía, el conductor se topó con una retención de coches. Era en realidad una congestión provocada por otra patrulla de los Mossos con el objetivo de acabar con su huida. Javier, al percatarse, clavó los frenos. El coche patrulla se paró cerca del Citroën y uno de los agentes, el que viajaba en el asiento del copiloto, bajó del vehículo. 

Los disparos

Este policía se acercó al Citroën e intentó abrir la puerta del conductor para detener a Javier. Pero Javier dio marcha atrás de forma "brusca" y con un giro de 180 grados encaró el vehículo para conducir en sentido contrario por la A7. 

El vehículo policial estaba frente al Citroën, a unos dos metros. El agente que había salido se encontraba junto al vehículo policial, también frente al Citroën, de pie, sobre el asfalto. Este policía desenfundó el arma y al "ver que de forma inminente iba a embestirlo" efectuó dos disparos.

Javier se desplomó sobre el asiento del acompañante del Citroën y el coche avanzó unos diez metros, pasando junto al policía, hasta que se detuvo. Javier fue trasladado de urgencias al Hospital Joan XXIII de Tarragona en estado crítico y acabó muriendo. 

El abogado José Antonio Bitos, en representación de los agentes implicados afiliados al sindicato USPAC de los Mossos, se ha personado en la causa del juzgado de Reus que investiga estos hechos, por los cuales, por el momento, no hay ninguna persona investigada. 

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