Entrevista

Alizzz: "Me gusta provocar debates, es parte del arte también"

El músico y productor barcelonés, cómplice de artistas como C. Tangana, Rosalía o Rigoberta Bandini, publica su segundo álbum en solitario, ‘Conducción temeraria’, que presentará este verano en tres únicas actuaciones: festival Tomavistas (Madrid, 25 de mayo), Vida Festival (Vilanova i La Geltrú, 6 de julio) y Atlàntida Film Festival (Palma, 26 de julio)

¿Quién forma la cultura catalana? Alizzz enciende el debate en la música

Alizzz, en una imagen promocional de 'Conducción temeraria'

Alizzz, en una imagen promocional de 'Conducción temeraria' / Paz Vallejo

Jordi Bianciotto

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'Conducción temeraria': ¿es así como va por la vida?

El título refleja la manera que tengo yo de vivir, sí, sin tener muy en cuenta las consecuencias de mis acciones. Diría que vivo de un modo un poco temerario en lo personal y lo profesional. 

Algunas de las canciones tienen que ver con la noche, como ‘Carretera perdida’, el nuevo sencillo. ¿Homenaje a David Lynch? 

La noche es un momento en que encuentro la inspiración. Tengo cierta obsesión con las atmósferas nocturnas. Y me siento bastante próximo a la manera en que Lynch explica las cosas, expresar emociones muy fuertes e intensas de un modo muy frío. Soy un poco así, muy volcán por dentro, pero al expresar resulto más contenido. 

Tanto que se dice que las guitarras están de capa caída, pero su disco está lleno de ellas. 

Es el instrumento principal del álbum. Yo soy guitarrista, empecé ahí, pero últimamente andaba un poco cansado de los sintetizadores, y conocer gente que podía sonar la guitarra de maneras muy locas me hizo abrir los ojos. Aquí las toca casi todas Ferran Gisbert, el guitarrista de mi banda.

Alguna vez ha dicho que se mueve entre la melancolía y la euforia. ¿Sigue viéndose así en este álbum?

Es algo que no me puedo sacar de encima, aunque siento una confusión a veces entre la felicidad y la euforia. Rigoberta Bandini hablaba de eso una vez y me hizo un clic, porque eso también me ocurre a mí. El estado de euforia me parecía que transmitía una sensación de felicidad, pero la euforia es momentánea. La felicidad es otra cosa. En el disco eso está ahí. En algún momento he intentado ser más maduro y descartarlo, pero al final hago las cosas como me salen y no las racionalizo tanto.

En ‘Despertar’ canta con Maria Arnal. ¿Qué les une?

Cuando la escucho cantar, o hablar simplemente, siempre me deslumbra. Somos amigos y en esta canción quería encontrar a alguien que reforzara el punto épico que creo que tiene el estribillo. 

Llevaba una década de trabajo más o menos en la sombra cuando se estrenó como artista en solitario, y ya va por los 40, cuando su público es más joven. De hecho, menciona a artistas de los 90 como sus referentes. ¿Percibe una distancia con sus seguidores?

Mis referentes a la hora explicar las cosas en una canción son Antonio Vega, Enrique Urquijo, Jota (Los Planetas) y Robe Iniesta, música de cuando yo era adolescente. No sé en qué punto conecto con mi público, pero no hace falta haber vivido los 90 para que te guste la música de entonces. Hay una canción de Rojuu que me suena a Los Planetas y quizá él ni sea consciente de ello, pero le gusta. De todos modos, en mi público veo variedad y las estadísticas dicen que está entre los 25 y los 40.

No sigue el ejemplo de los artistas que van publicando ‘singles’ para después reunirlos en un álbum. 

Hay proyectos que no funcionan como ‘singles’, sino cuando muestras toda la obra. Si la tendencia actual es sacar sencillos y hacer música urbana, la ‘antitendencia’, ir contracorriente, es una declaración y es también una forma de tendencia.

Después de tanto tiempo como actor secundario, ¿cómo se siente como solista, centrando los focos?

Yo no solo escribo las canciones, también las produzco y lo hago absolutamente todo, y eso puede alcanzar un punto enfermizo. Es una responsabilidad. Errores y aciertos recaen sobre ti. Cuando algo sale mal, me culpo mucho y es extenuante. Pero uno de los momentos de mayor euforia es la hora y media del concierto. Ahí estoy en un estado de enajenación, metido en ese papel, que no es mi papel en la vida, porque soy una persona más bien tímida, pero me siento pleno y poderoso al conectar con tanta gente a la vez.

La lio hace año y medio con aquel tema titulado ‘Que pasa nen’, donde se presentaba como “un xarnego de perifèria” y arremetía contra “la burgesia intel•lectual”. ¿Le gusta ser un poco provocador?

Me interesa provocar debates, es parte del arte también. Yo no era ese tipo de artista, pero cuanto más pienso eso, más me decido a serlo. Tenía dudas con esa canción y me planteé cambiar alguna frase, pero al final decidí publicarla como estaba. Se ha convertido en una especie de himno. 

¿Sigue sintiéndose "excluido de la cultura catalana"?

Yo hice una canción que tiene mil contradicciones. Sé que Renaldo & Clara, por ejemplo, que colabora en mi disco y que canta en catalán, lo tiene complicado para llegar a otros lugares de España o a Francia. Sería bonito que se escuchara música en los idiomas del estado en todas partes del Estado. Es algo que igual acaba pasando a la larga, pero no es fácil por las luces y sombras de la historia de este país.