Crisis migratoria

Marruecos disuade la salida de pateras a tiros y con devoluciones al desierto

CEAR alerta del incremento de redadas en las costas marroquíes y saharauis para controlar la ruta canaria tras el giro de Sánchez con respecto al Sáhara

Llegada de migrantes a Lanzarote.

Llegada de migrantes a Lanzarote. / ADRIEL PERDOMO

Isabel Durán

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Redadas, disparos y abandonos en el desierto. Esos son los métodos a los que la gendarmería marroquí recurre para frenar la salida de 

pateras 

hacia

Canarias

. En el último año se han intensificado los controles y se ha incrementado la dureza de las actuaciones policiales en las costas de Marruecos y Sáhara Occidental. Muestra del uso de estas técnicas fue la llegada el pasado mes de mayo de tres migrantes que mostraban impactos de bala recibidos desde la costa cuando zarpaban desde Cabo Bojador (Sáhara). Los ocupantes de esta embarcación relataron que, además, tuvieron que lanzar por la borda el cuerpo de otros dos hombres que fallecieron a consecuencia de los disparos.

El blindaje de la costa africana situada frente al Archipiélago está relacionada con la reanudación de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos, tras el histórico giro del Gobierno de Pedro Sánchez con respecto a la antigua colonia. El informe anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) apunta que en enero y febrero de 2022 se mantuvo el ritmo de llegadas registrado en las Islas durante los años anteriores, pero la tendencia se modificó en marzo, tras el envío de la carta en la que el presidente español aseguraba que el plan del régimen de autonomía para el Sáhara que Marruecos planteó en 2007 es la propuesta "más seria, realista y creíble” para la resolución del conflicto.

Esa misiva supuso un punto de inflexión que impulsó el cambio de actitud del país vecino, que optó por recrudecer los controles costeros. CEAR tiene constancia del incremento de las redadas en los puntos habituales de salida de las barquillas, así como de retenciones temporales y traslados a zonas del interior de Marruecos para alejar a los migrantes de su objetivo de salir hacia Canarias. Además, el informe de la oenegé señala que la Marina marroquí también se ha implicado en la interceptación de personas que trataban de migrar, devolviéndolas al país del que huían.

El coordinador de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, lamenta la implantación de "la diplomacia del silencio" que se aviva ante estas circunstancias como el incremento del "uso de la fuerza en los controles costeros", que se han convertido en un procedimiento sistemático. Una peligrosa secuela de este férreo blindaje de la costa del Sáhara Occidental es que los puntos de salida se van alejando cada vez más del Archipiélago, añadiendo aún más peligrosidad a la ruta canaria, que el año pasado se cobró casi 1.800 vidas, según Caminando Fronteras.

Aumenta el uso de cayucos para llegar a las costas del Archipiélago desde Senegal o Mauritania

En este escenario, Lorenzo añade que se ha incrementando la llegada de cayucos a las Islas, que permiten trasladar a más personas y que proceden de países más alejados como Senegal, Mauritania o Gambia. Según señala el coordinador de CEAR en las Islas, en las dos últimas semanas ha arribado casi una decena de embarcaciones de este tipo, una cifra que no se registraba desde la crisis de los cayucos que vivió Canarias en 2006.

Las salidas que tenían como punto de partida Mauritania y Senegal, según destaca el informe de CEAR, también se han reducido de manera significativa. En 2022, se confirmó la tendencia de la ruta desde el sur de Marruecos (Tan Tan, Agadir) a Lanzarote, siendo esta isla el lugar principal de llegadas, por encima de Gran Canaria y Fuerteventura, y a mucha distancia de las islas occidentales.

La oenegé se hace eco en su informe de la preocupación del Consejo de Europa que ha alertado del "creciente y violento rechazo de personas migrantes en las fronteras europeas", considerando que es un problema estructural en la respuesta de los Veintisiete ante el fenómeno migratorio. "Un rechazo que, mostrado como un espejo a la sociedad, está incrementando la sensación de racismo sistémico institucionalmente aceptado", señala el documento.

Suscríbete para seguir leyendo