La siniestralidad de los patinetes eléctricos se multiplicó por 10 en Catalunya entre 2018 y 2021

Un estudio del Hospital Asepeyo habló de "pandemia" al referirse al incremento del número de usuarios de patinete eléctrico ingresados tras sufrir un siniestros de tráfico. Puede parecer atrevido usar esta palabra, habida cuenta de lo trágico que llegó a reusltar el covid, pero qué duda cabe de que los vehículos de movilidad personal (VMP) han irrumpido en la seguridad vial como un elefante con patines en una cacharrería de suelo irregular. Según datos facilitados por el Servei Català de Trànsit, entre 2018 y 2021, la cifra de patinetes eléctricos involucrados en accidentes se ha multiplicado por 10, y ya no están muy lejos del porcentaje que registran los ciclistas y sus bicicletas. En Barcelona, de hecho, ya están por encima.

La cifra la ha dado a conocer Trànsit este viernes en el marco de una propuesta de modificación -o mejor dicho, adaptación- de la ordenanza de circulación para que los municipios catalanes que no hayan integrado los patinetes eléctricos en sus reglamentos los hagan de la manera más ordenanda y plácida posible. El documento se acompaña de todo el marco legislativo referente a los VMP, pone ejemplos de ciudades y otros estados que han pasado por este mismo trámite y dibuja cuál es el paisaje actual de la movilidad en todos los aspectos que tienen que ver con estos chismes con batería de litio. Como por ejemplo, la seguridad vial.

Sensaciones y datos

"Existe en la realidad local una creciente preocupación por la seguridad en relación con los VMP", admite Trànsit. Una inquietud que tiene una explicación irracional, por el miedo a lo nuevo y lo desconocido, y otra más racional, basada en los datos, y más concretamente, el crecimiento exponencial de los datos. Según el sistema integral de recogida de datos de accidentes de tráfico (SIDAT), los VMP suponían el 0,4% del total de vehículos implicados, mientras que en 2021 eran el 4,2% en el global de Catalunya, un registro que se acerca al 5,6% de las bicicletas.

Si se observa solo la ciudad de Barcelona, en 2018, los patinetes eléctricos eran el 0,68% de los vehículos implicados en siniestros, un total de 129. En 2019 eran 488 (2,8% del total), en 2020 ascendieron a 750 (5,7%) y en 2022 fueron 870 (6,4%). En el caso de la capital catalana, el año pasado fue el primero de toda la serie histórica en el que se registraron más siniestro de patinete eléctrico que de bicicletas (793). De la gran ciudad hay un dato muy revelador sobre cuál es la situación: en 2021, año todavía pandémico, la cifra total de siniestros cayó un 30%, pero la concreta de patinetes eléctricos se disparó un 80%.

El medio plazo

En cuanto a la tipología de los accidentes, la suma de 2018 a 2021 arroja un 63% de colisiones con otros vehículos, un 15% de atropellos y un 14% de caídas sobre la vía. En el 59% de los casos, el choque se produce con otros vehículos motorizados, en un 18% el otro involucrado es otro VMP, en un 16% el afectado es un peatón y un 7% final tiene también como protagonista a un ciclista. Por edades, la franja más afectada (casi el 40%) está entre los 15 y los 34 años.

A corto o medio plazo, es probable que las decisiones que adopte la DGT -y posteriores adaptaciones de las ordenanzas de cada municipio- ayuden a reducir o amortiguar la siniestralidad de los patinetes. Medidas como el seguro y el casco obligatorio, e incluso el registro de VMP o la formación -opcional u obligatoria- pueden ser algunas de las medidas que ayuden a dotar a los patinetes eléctricos y a quienes les rodean de más seguridad.