Educación

Cuenta atrás para la Selectividad 2023: "Estudio 5 horas por la mañana y 6 por la tarde"

¿Qué fue de Marta y Ramon, los dos alumnos que sacaron un 10 en la selectividad del año pasado?

41.671 estudiantes empiezan este miércoles una selectividad que se resiste a cambiar

Bibliotecas como la Joan Fuster bullen con estudiantes que exprimen los últimos días antes del inicio de las pruebas

Alba Mármol

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A pocos días del inicio de la Selectividad 2023, la biblioteca Joan Fuster de la plaza Lesseps de Barcelona está a rebosar. Son solo las cinco de la tarde y decenas de portátiles, libros y apuntes se apoderan de todas las mesas. “Estudio cinco horas por la mañana y seis por la tarde”, dice Ferran, aspirante a acceder al grado de Ingeniería Geomática, desde una mesa de la cafetería de enfrente, ya que no ha encontrado ninguna silla libre en la biblioteca. Asimismo, Martí, que quiere entrar en el grado de Psicología, también aprovecha los últimos días antes de las pruebas y asegura que dedica “todo el día” al estudio. 

Las pruebas de acceso universitarias empezarán el 7 de junio y terminarán el viernes 9 de la misma semana. Tres jornadas intensas de exámenes que determinarán el futuro próximo de muchos. Hasta entonces, los jóvenes estudiantes exprimen las horas de los últimos días antes de la fecha que ha marcado sus calendarios durante meses. Muchos de ellos lo hacen en la biblioteca. “Estudio mejor aquí; en casa me cuesta más concentrarme”, señala Rut, con quien Lian coincide: “Ver a la gente concentrada me presiona para estudiar”, declara.

Se acercan las pruebas

Los nervios están a flor de piel. En menos de una semana, el próximo miércoles a las nueve de la mañana, los estudiantes que ahora llenan las bibliotecas –y sus alrededores– ya tendrán en sus manos el primer examen de las pruebas de acceso a la universidad de este 2023. “Estoy muy estresada; duermo poco”, explica Lian. “He salido (de la biblioteca) a tomar el aire porque me estaba durmiendo”, reconoce. Como ella, Clara, que necesita una nota “muy alta” para acceder a la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, confiesa que está “cagada”. “Me levanto a las cinco de la mañana y me planteo ponerme a estudiar”, cuenta, inquieta, pero con un toque de humor.

Como siempre, hay algunas asignaturas que preocupan más que otras. Entre ellas se encuentra la temida Física. “Es la que llevo peor, es bastante complicada”, admite Ferran. “Física ha sido mi miedo durante todo el curso”, añade Clàudia, que aspira a estudiar el grado de Medicina el próximo curso. A Carlota, en cambio, le preocupa el examen de Inglés: “Estoy cagada por el 'listening'”. 

selectividad

selectividad / Ricard Cugat

Sin embargo, hay otros que se lo toman con más calma. “Ha sido terminar finales y recuperaciones, y empalmar directamente con la Selectividad, así que lo tenemos fresco”, señala Ferran. Clàudia coincide con él: “No estoy nada preocupada ni nerviosa. Es lo que llevamos haciendo durante todo el curso”, afirma, con serenidad. Le gustaría estudiar el grado de Comunicación Audiovisual, aunque baraja también las carreras de Periodismo o Filología por si no lo consigue. “Creo que no voy a entrar”, admite. 

Contar con un plan B

La posibilidad de no entrar en la carrera deseada es, lamentablemente, una realidad para muchos. Akira, estudiante de un ciclo de Odontología, tiene el objetivo de cursar el grado universitario e imagina su decepción si no se cumple después de “dos años de preparación”. Aunque, pase lo que pase, su alternativa no deja de lado el ámbito odontológico. “Quiero intentar entrar en la universidad pública, pero, si no puedo, iré a una privada”, explica. Del mismo modo, Berta, a quien le gustaría estudiar Biomedicina a partir del próximo septiembre, también se plantea inscribirse en una universidad privada. “Tengo la privada como opción, pero lo estoy intentando”, dice. 

El modelo de estos exámenes para entrar en la universidad suscita críticas entre los jóvenes, que sienten que, durante los tres días que duran las pruebas, la competencia y la presión que se respiran son enormes. “En tres días te juegas tu futuro”, manifiesta Clara. “Me siento un poco deshumanizado al ver dos años de mi vida resumidos en un número de cuatro cifras”, agrega Martí. Sin embargo, a pesar de todo, los estudiantes ya ven la luz al final del túnel y en menos de una semana sus merecidas vacaciones ya habrán empezado. “Cuando terminen los exámenes, a disfrutar; ya sufriré cuando salgan las notas”, celebra el estudiante.

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