Cifra récord

41.671 estudiantes empiezan este miércoles una selectividad que se resiste a cambiar

¿Qué fue de Marta y Ramon, los dos alumnos que sacaron un 10 en la selectividad del año pasado?

Consejos de la estudiante que sacó un 10 el año pasado

El Ministerio de Educación paraliza el decreto que debía regular la nueva selectividad en 2024

Los alumnos de una clase de 1º Bachillerato del Instituto Calderón de la Barca en Gijón realizan una prueba piloto de PAU, a 14 de marzo de 2023, en Gijón, Asturias (España).

Los alumnos de una clase de 1º Bachillerato del Instituto Calderón de la Barca en Gijón realizan una prueba piloto de PAU, a 14 de marzo de 2023, en Gijón, Asturias (España). / Jorge Peteiro

Helena López

Helena López

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Este miércoles, 7 de junio, a las nueve de la mañana, la prueba de Lengua y Literatura castellana dará el pistoletazo de salida de las PAU 2023, la que tenía que ser la última selectividad del viejo régimen -implementado hace 14 años-, pero que, al final, todo apunto a que no será la última (la convocatoria de elecciones generales anunciada por sorpresa este lunes ha paralizado absolutamente todos los cambios en marcha, uno de ellos, el decreto que debía impulsar la reforma de esta decisiva prueba de acceso a la universidad). Pero, independientemente de lo que pase (o no) el curso próximo, este, 41.671 alumnos -31.769 de los cuales en Barcelona- vivirán la próxima semana tres días de prácticamente inevitable vértigo (la selectividad es la selectividad) siguiendo un modelo y unas normas conocidas de sobras conocidas. Sin sobresaltos, siguiendo el mismo esquema que lleva aplicándose desde el año 2010

Así, las pruebas que se celebrarán los próximos días 7, 8 y 9 de junio seguirán el patrón del año pasado y del anterior y del anterior... es decir, un sistema en dos fases: la fase general, formada por cinco pruebas (Lengua catalana y Literatura, Lengua castellana y Literatura, Lengua extranjera; Historia, y la quinta, de especialidad); y la fase específica (voluntaria, para subir nota). Unos exámenes que, pese a toda la épica que les rodea, suponen un 40% de la nota final (el 60% del peso sigue recayendo en la nota media del Bachillerato).

El sistema se divide en dos fases: la fase general, formada por cinco pruebas obligatorias; y la fase específica, voluntaria, para subir nota

De los 41.671 inscritos -cifra récord, tras los 40.563 alumnos que las hicieron el curso pasado-, la gran mayoría, 32.698, vienen de Bachillerato. 4.191 lo hacen de ciclos formativos de grado superior y poco menos de 5.000 (4.782), son personas matriculadas por libre.

¿De dónde salen los 14 puntos?

La puntuación, como el resto de la prueba, será también este curso la de siempre (desde 2010, se entiende). De los exámenes de la fase general (la obligatoria) se hace una media aritmética (hasta 10). Se considera que un alumno ha superado las PAU si obtiene una nota igual o superior a 5 del resultado de la media ponderada del 60% de la nota media de Bachillerato y el 40% de la calificación de la fase general de las PAU.

Los exámenes de la fase específica, voluntaria, sirven para servir nota (de ahí que se pueda llegar hasta el 14) y, si por lo que sea salen mal, no bajan la media de la fase general (no comportan riesgo, solo pueden sumar). Eso sí, mientras la nota de la fase general tiene una validez indefinida (hasta nueva orden, claro), la de la fase específica tienen validez el año que el estudiante ha hecho la prueba y los dos cursos académicos siguientes. 

Como cada año en estas fechas, desde el Departament de Recerca i Universitat lanzan un mensaje de tranquilidad a los estudiantes (y sus familias) -este año más necesario que nunca, si cabe, con lo revuelto que está el panorama político-, recordando que las PAU 2023 son las que se llevan haciendo 14 años, en las que un 97% de los alumnos aprueban. “No es una reválida del Bachillerato. Todos los alumnos que se presentan ya han aprobado el Bachillerato”, recuerda la Laura Román, secretaria general del Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC)).

Los resultados de las pruebas de los 211 tribunales se conocerán el próximo 22 de junio, y la primera asignación de plazas será el 12 de julio.

También en castellano

En cuanto a la lengua en la que se realizarán las pruebas, tras polémicas demandas judiciales de años anteriores, los estudiantes, como ya sucedió el curso pasado, tendrán sobre la mesa una hoja anónima en la que no se indicará el nombre ni ningún código y solo marcarán la lengua en la que quieren realizar cada una de las pruebas (catalán, castellano o, el de historia, aranés).

El curso pasado más del 97% de los alumnos eligieron realizarlas en catalán.

¿Cómo serán las PAU 2024?

Mientras el formato de las pruebas y las fechas de este año están clarísimos, el escenario para los estudiantes que se enfrentarán a las pruebas en el 2024 es totalmente incierto, algo que preocupa tanto en el Departament de Educació como en el de Recerca i Universitats, que se sienten atados de pies y manos, ya que están pendientes de la aprobación de un decreto que la inesperada convocatoria de elecciones generales el mes que viene ha vuelto a meter en un cajón, algo que ya temía el 'conseller' Nadal hace unos meses.

De hecho el gran salto a la selectividad completamente competencial ya estaba 'aparcado' hasta el 2028, pero en en el 2024 debía empezar a andar el camino hacia el cambio de paradigma. De hecho, este mes de marzo el Ministerio de Educación hizo una prueba piloto a 1.500 alumnos de 50 institutos de toda España de lo que podría ser la nueva selectividad competencial cuyos resultados no han transcendido por el momento.

Profesores de primero de Bachillerato -cuyos alumnos en principio, hasta el lunes, tendrían que hacer ya las nuevas PAU el año que viene- están preparando a sus alumnos para la vieja (la actual); y es que la realidad en muchos centros es que los nuevos currículos en Bachillerato se están implementando de forma muy muy lenta.