Proceso de estabilización

"Un cero en organización": caos en las oposiciones de la Generalitat

La Generalitat pide disculpas y no descarta repetir los exámenes de las oposiciones: "Hay incidencias muy graves"

"Prefiero ser funcionaria que precaria": los motivos para presentarse a las oposiciones

¿Cómo son los exámenes de la 'macrooposición' de este sábado en Catalunya?

Largas colas para hacer el examen de estabilización de plazas públicas en la facultad de economía de la UB

Largas colas para hacer el examen de estabilización de plazas públicas en la facultad de economía de la UB / ZOWY ZOETEN

Elisenda Colell

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"La Generalitat ha sacado un menos cero en organización", pronunciaba indignada Gemma, una de las 13.000 personas que se ha presentado a las mayores oposiciones de la Generalitat celebradas este sábado. A falta de resultados de los exámenes, parece que quien ha suspendido la prueba han sido los convocantes: el Govern y Cegos, la empresa subcontratada para organizarla. Hasta tal punto ha llegado la indignación que la Generalitat ha tenido que salir públicamente a pedir disculpas y no ha descartado rescindir el contrato con la empresa privada que ha organizado las pruebas e, incluso, repetir los exámenes de nuevo. "Hay incidencias muy graves que son intolerables", ha reconocido la secretaria general de la Funció Pública, Alícia Corral. Los sindicatos, por su parte, hablan de "despropósito mayúsculo" y piden consecuencias.

Aulas abarrotadas y hasta seis horas esperando para hacer las pruebas. “Ha sido vergonzoso, nos han tomado el pelo”, criticaban exaltados decenas de aspirantes al salir de los exámenes en la facultad de Economía de Barcelona. Algunos lamentan que han hecho la prueba pegados a sus compañeros -hay quien admite que ha copiado- y las demoras para hacerlo.

Más de 13.500 personas se han intentado examinar esta mañana de las pruebas del concurso de oposición para estabilizarse en plazas públicas de la Generalitat. Optan a 1.825 plazas incluidas en las convocatorias que son competencia de Funció Pública. Los estudiantes habían sido citados a las nueve de la mañana en Barcelona, Girona, Tarragona y Lleida, por la Conselleria de Funció Pública. En algunos casos las demoras han superado las seis horas.

Es el caso de las pruebas para acceder al puesto de Educador Social. Los aspirantes han sido citados a las nueve de la mañana en la facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de Barcelona, en el campus central. Han entrado al aula a las 11 de la mañana, pero faltaba el examen. "No nos han dado ninguna solución. A las cuatro, la prueba se ha dado por aplazada. "Somos más de 60 personas esperando que alguien de Funció Pública se persone y nos de indicaciones sobre el proceso a seguir", explicaba una de las aspirantes, Laura Trabazo, a EL PERIÓDICO.

OPOSICIONES GENERALITAT

Colas y caos en el campus central de la Universitat de Barcelona, este sábado. / L. Trabazo

Indignación absoluta de los educadores sociales

"Hay madres lactantes y personas embarazadas", insiste Trabazo, que ha lamentado que nadie les ha dicho qué pueden hacer. "La única solución que nos han dado es esperar y nos han informado que el hecho de abandono de las instalaciones constaría como no presentación al concurso", ha añadido. "La indignación de los aquí presentes es absoluta. Esta situación es surrealista y refleja la realidad de la gestión de la Generalitat", reprocha Trabazo.

Largas colas para hacer el examen de estabilización de plazas públicas en la facultad de economía de la UB, en Barcelona.

Largas colas para hacer el examen de estabilización de plazas públicas en la facultad de economía de la UB, en Barcelona. / Zowy Voeten

Apretujados y copiando

"Ya vienes nervioso.... yo en ese momento estaba atacado, me he agobiado mucho", se sinceraba David, un joven de 26 años que se ha examinado para técnico superior de veterinaria en la facultad de Economía de la UB. En las aulas de ese examen se ha producido una situación que muchos aspirantes tildan de "vergonzante". "No cabíamos en el aula, no había suficientes sillas y nos han metido el uno al lado del otro, enganchados", se quejaba Irene Planas, vecina de Aiguafreda (Vallès Oriental). "Te dabas con el codo de quien tenías al lado: podías leer el examen del de al lado, ha sido un follón", añadía Mónica Vega, veterinaria interina durante tres años.

CLASE OPOS

Una aula durante las oposiciones de este 19 de abril. / EPC

No han sido los únicos. "Hemos copiado, hablado, puesto preguntas y respuestas en común entre compañeros, han permitido entrar y salir... un sinfín de irregularidades", se quejaba uno de los aspirantes a EL PERIÓDICO, añadiendo una fotografía de la clase abarrotada. Explicaba, además, que en su aula han empezado las pruebas a las 11:13 horas, media hora más tarde de la hora en la que dicen haber empezado los opositores que hacían las pruebas en la facultad de Economía de la Universitat de Barcelona. "En teoría se deben empezar todos los exámenes a la misma hora en todas las sedes", se quejaba.

Colas a las nueve

Pero el primer momento de caos se ha vivido a las nueve de la mañana en muchas universidades donde se hacía el examen, por ejemplo la facultad de Economía de la UB. "Había demasiada gente y las puertas no han abierto hasta las diez", se quejaba Sandra Ferrer, que aspira a conserje de un instituto público aunque ya lleva tres años trabajando en uno como interina. Los aspirantes fueron citados a las nueve de la mañana, creyendo que los exámenes empezaban a esa hora. "Me levanté a las cinco de la mañana para llegar aquí a las ocho y media, y luego resultaba que el examen no empezaba hasta las diez: estábamos apretujados y no había ni seguridad ni aviso previo de retraso", lamentaba Montse Noguera, que aspira también a una plaza de conserje aunque duda que la consiga. "A última hora me han dicho que sólo había una plaza: nos toman el pelo", añadía esta vecina de Sant Esteve de Palautordera (Vallès Oriental).

"El caos era constante, no sabíamos donde teníamos que ir, no nos dejaban ir al baño...", añadía Carmen, que se presentaba a las pruebas para ser trabajadora social del Govern. Una vez dentro del aula, poco después de las diez de la mañana, el caos ha seguido reinando en las pruebas, según denuncian los aspirantes. "Las hojas no habían llegado a las aulas, no había suficientes hojas de respuestas y se han puesto a hacer fotocopias", critica Ferrer. En la facultad de Economía, las pruebas no han empezado hasta las 10:45, casi dos horas después de la citación. “La gestión de la Generalitat ha sido menos cero”, se quejaban a la salida una opositora para trabajar en el sistema penitenciario.

Trabajadores llorando: "si lo sé no vengo"

"Hemos salido todos con lágrimas en los ojos", se sinceraba M. R., una de las trabajadoras subcontratadas para las oposiciones. Tiene contrato con Randstad. "Faltaban hojas, sobres... mi aula estaba preparada para 68 personas y eran 98. No sabíamos dónde meterlos", explicaba pidiendo anonimato. "Los listados no cuadraban ni hemos podido aplicar la normativa", señalaba. Se refiera a la prohibición de usar los teléfonos móviles o de ir al baño. "Ha sido un caos y mucha gente ha sido irrespetuosa con nosotros, no hay derecho, no tenemos la culpa", añadía. "Nosotros teníamos un contrato de cinco horas y hemos hecho siete, sin poder ir al baño ni nada", se quejaba.

Lo cierto es que el caos organizativo, o al menos la tardanza, se ha repetido en todas las universidades de Catalunya donde se hacían las pruebas. "Porque tienen que empezar todos a la misma hora", reconocía Daniel Baiona, auxiliar de la organización del evento. "Lo de hoy no lo habíamos visto nunca", señalaba una funcionaria que era miembro del tribunal. "No entendemos lo que ha pasado, a ver que dice la conselleria", se preguntaban varias examinadoras en corrillo. "Sí lo sé... ¡no vengo!", espetaba una de ellas.

Los sindicatos piden consecuencias

Los sindicatos ya han reaccionado ante lo sucedido. "Es un despropósito mayúsculo que debe comportar consecuencias", se queja el sindicato IAC-CATAC, en un duro comunicado. Hablan de "caos", "desorganización", "esperpento", "fraude" e "incompetencia". "Podríamos seguir definiendo el que es el peor proceso de oposiciones de la historia de la Generalitat", se quejan. En esta nota de prensa lamentan, además, el hecho que este proceso de oposiciones se haya externalizado a esta empresa privada, Cegos, por valor de 1,5 millones de euros en los próximos dos años: "la empresa privada se ha desentendido de la organización y los pocos funcionarios que hay no dan abasto".

Las quejas también llegan desde la CGT, que habla de "mala gestión". El sindicato CSIF habla de "maltrato" a los opositores. "Es la consecuencia de tener una Funció Pública dormida durante 20 años que ahora pretende dar una solución rápida a la precariedad de sus empleados", añade. Dicen, además, que había exámenes con erratas y que los aspirantes con necesidades especiales también han sufrido la problemática.

En el plano político, el PSC ha anunciado que pedirá explicaciones al Parlament por "la falta de previsión y la incapacidad de organización" de las pruebas para opositores a la administración pública de este sábado. La portavoz del grupo socialista, Alícia Romero, ha considerado "inadmisible lo ocurrido" durante el proceso para estabilizar trabajadores e interinos de la Generalitat.

La indignación también se ha extendido de puertas afuera de la universidad. Francesc esperaba en un banco mientras su pareja se examinaba. "Esto es lo de siempre, que van tarde...", decía el chico, que logró su plaza de funcionario hace tres años. Pero a los pocos minutos recibía un mensaje de su pareja, desde dentro, que le dejaba ojiplático. "Son las 10:20 y aún no ha empezado... les pone un cero de organización", bromeaba. También muchos familiares y opositores han expresado por las redes sociales su indignación.

"Ha sido un desastre organizativo: la gente estaba sufriendo el no poder acabar el examen porque tenía que irse, la chica de al lado mío se ha tenido que ir", explicaba Ruth, otra aspirante. Le acompañaba Nerea, también veterinaria, con muchas ganas de lograr una plaza. Pero al fin, la indignación sobre la organización dejaba paso a la euforia. "¡Por fin somos libres!", les gritaba dando saltos con una sonrisa enorme Anna, otra aspirante que salía del examen, después de tres meses de estudio. "Todo ha ido mal pero bueno, ya está, ya hemos terminado...", suspiraba.

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