Investigación policial

Los 10 detenidos por la paliza mortal del Paral·lel: nueve chicos, una chica y sin antecedentes

Diez detenidos por el apuñalamiento mortal de un joven junto a la discoteca Brisas del Paral·lel de Barcelona

El detenido por la electrocución mortal de Sabadell no figuraba en el registro y el seguro no lo comprobó

Muere apuñalado un joven en la avenida del Paral·lel de Barcelona

Guillem Sánchez

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La paliza mortal que recibió un joven de 21 años a la salida de la discoteca Brisas de la avenida de Paral·lel en Barcelona, el pasado 30 de octubre, no comenzó por un robo violento de la víctima, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. Tras seis meses de investigación y 10 detenciones, los Mossos d’Esquadra siguen sin tener claro por qué aquel grupo -integrado por nueve chicos, una chica, tres de ellos menores de edad y solo uno con un antecedente previo- acuchilló y pateó a la víctima hasta terminar con su vida, aunque sospechan que todo comenzó por un incidente absurdo en la discoteca y acabó de la peor manera en la calle. 

La víctima, un joven marroquí, había acudido esa noche en compañía de un amigo a la polémica discoteca, que cerraría meses después de este suceso tras años de protestas vecinales y litigios con el Ayuntamiento de Barcelona. Al salir del local, de madrugada, la víctima fue atacada por el grupo. Su acompañante se quedó rezagado en ese instante y pudo huir. 

Varios testigos sacaron el teléfono móvil y capturaron fragmentos de la paliza –como el que publica este diario– que dejaron constancia de su encarnizamiento. Incluso algunos se acercaron a la víctima, mientras agonizaba y, en lugar de ayudarla, la grabaron, en una reacción idéntica a la que habían tenido un mes antes los testigos que presenciaron otra muerte por apuñalamiento de un joven marroquí ocurrida en la noche grande de La Mercè de Barcelona. 

La confusión

Los diez agresores, tras el homicidio, huyeron de la avenida Paral·lel por la estación de metro más cercana. Uno de ellos, sin embargo, había sufrido un corte en la pierna y sus amigos le hicieron ver que sangraba demasiado y llamaba mucho la atención: debía separarse del grupo y acudir al hospital por su cuenta para entorpecer la huida del resto. El herido obedeció y regresó de nuevo a la calle, donde se topó con los primeros policías que habían acudido al lugar de los hechos.

El joven mintió a los agentes. Dijo que había sufrido un robo violento por parte de dos jóvenes marroquís. Ese fue el inicio del bulo, que vinculó la paliza mortal del joven con un robo previo a los agresores que nunca había ocurrido. El agresor herido fue trasladado al hospital. Horas después, los agentes desmontaron su coartada y lo arrestaron. Aunque desconocían su grado de implicación en la paliza mortal, no tenían ninguna duda de que había formado parte de la turba. Salió en libertad a los pocos días. Pero su identificación había puesto a los investigadores sobre la pista correcta.

No es una banda latina

El 14 de febrero, cuatro meses más tarde, los Mossos detuvieron a siete sospechosos. Entre ellos, estaba de nuevo el herido, para el que fue necesario una orden judicial. El trabajo para identificarlos había partido del entorno del primer sospechoso pero se había basado en las grabaciones de testigos presenciales, y en cámaras de seguridad de establecimientos cercanos y de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). Los policías contaron también con el servicio de información de la Guardia Urbana, que reconoció algunos de los rostros que más se resistían.

Así pudieron dibujar los perfiles de cada uno de los 10 implicados y concluir que, a pesar de los temores iniciales, no eran miembros de una banda latina, remarcan. Eran amigos que se encontraban de fiesta y protagonizaron un acción grupal y extremadamente violenta, chicos sin antecedentes que vivían con sus familias –de origen extranjero– en domicilios de Horta, Sant Martí, Sant Andreu y Nou Barris.

Cárcel y centro de internamiento cerrado

Cuatro ingresaron preventivamente en la cárcel. Dos de ellos, menores de edad, lo hicieron en un centro cerrado, la medida cautelar más grave que puede dictarse contra alguien que aún no ha cumplido la mayoría de edad en España. Había siete arrestados pero eran diez los implicados: quedaban tres todavía en busca y captura. 

Según las pesquisas, tampoco la grabación de la agonía de la víctima por parte de algunos testigos –entre los que no se encuentra ninguno de los investigados– guarda relación con la pelea. Quienes capturaron con su teléfono móvil la muerte de la víctima en lugar de socorrerlo no lo hicieron coordinadamente con los agresores.

El 18 de abril, los Mossos arrestaron a los tres que faltaban. Siete de los diez detenidos han ingresado preventivamente en la cárcel. Cuatro son mayores de edad y tres menores. Para los investigadores, que se hayan dictado medidas tan duras por parte de dos juzgados distintos –los menores han declarado en juzgados de menores–habla de la solidez de un trabajo que ha durado medio año, pero que ha permitido identificar a cada uno de los 10 implicados y acreditar que, con independencia de quién apuñaló a la víctima, los investigados son coautores de su muerte.

Discoteca cerrada

La discoteca Brisas, cuyo derribo está ya previsto por el Ayuntamiento, se ha visto implicada en dos homicidios en los últimos cinco años: el de este joven marroquí en octubre de 2022 y uno anterior, ocurrido en febrero de 2018, cuando se llama Koko Premium y un cliente de 28 años de nacionalidad dominicana recibió varios disparos en la pista de baile. El local ha sido escenario habitual de discusiones o enfrentamientos violentos que han exasperado a los vecinos de la avenida del Paral·lel. A los Mossos les constaban en 2022 una decena de graves peleas previas a la paliza mortal.

En enero de 2023, el propietario devolvió la licencia al Ayuntamiento de Barcelona. La discoteca Brisas está afectada por un plan especial de mejora urbana, aprobado por un pleno celebrado en enero de 2022, y que implicará la construcción de una residencia de estudiantes.

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