Charca polémica
El Govern condiciona el futuro de la Bassa de Llinars a un acuerdo entre ayuntamiento, propiedad y empresa
El Govern se plantea ahora salvar la Bassa de Llinars
¿Qué se puede plantar en la terraza o el jardín que sea compatible con la sequía?
Guillem Costa
La sombra de las elecciones municipales empaña el debate sobre el futuro de la Bassa de Llinars. Mientras decenas de vecinos siguen acampados para defender la recuperación de este espacio, la Generalitat traslada ahora la responsabilidad al ayuntamiento, a los propietarios del terreno y a la empresa que hasta hace pocos días llenaba de tierra la charca para secarla.
El debate sobre cómo recuperar el espacio coincide con la precampaña municipal y el ayuntamiento sigue sin posicionarse públicamente
Las excavaciones mineras de años atrás dejaron un hueco en el suelo que se llenó de agua de forma natural. Ahora, en plena sequía, la empresa extractora tenía que devolver el terreno a su estado anterior a la existencia de la mina de la Bòbila. Hasta que la acampada de los ecologistas interrumpió los trabajos.
Sin embargo, fuentes del Departament d'Acció Climàtica consultadas por este diario aseguran que el Govern está dispuesto a estudiar si la recuperación del espacio puede consistir en conservar la zona húmeda en lugar de eliminarla para tener campos de cultivo. Pero se pone una condición: que sean el ayuntamiento, la empresa y los propietarios quienes se pongan de acuerdo.
Hasta ahora, todos estaban de acuerdo en recuperar los terrenos mineros para que fuesen zonas agrícolas. En los próximos días se reunirán las tres partes implicadas. Si deciden mantener la charca y el ayuntamiento se compromete a preservar y cuidar el espacio, el Govern elaborará un nuevo informe para saber si es viable la recuperación de la Bassa de Llinars.
Los ecologistas y vecinos movilizados critican que no les hayan invitado al encuentro, ya que consideran que ellos han forzado a las administraciones a plantearse la custodia de esta zona húmeda. El ayuntamiento, de momento, con las elecciones a la vuelta de la esquina, no se moja y prefiere no posicionarse públicamente todavía. De hecho, el alcalde de Llinars del Vallès ha declinado hacer declaraciones en EL PERIÓDICO.
Eduard Nus, uno de los portavoces de la plataforma que se ha creado para salvar la Bassa de la Bòbila, se muestra molesto con este posicionamiento por parte de la Generalitat: "A nosotros nos dijeron que el espacio era interesante y que si era necesario se podrían recursos. Sí nos explicaron que el ayuntamiento se debía implicar, pero no que la decisión estuviera únicamente en manos del consistorio, la empresa y los propietarios".
En la plataforma, siguen desconfiando del Govern y también de su propio alcalde, Martí Pujol (ERC), que hasta ahora no se ha reunido con ellos. "Queremos tomar nosotros la iniciativa. Este viernes tenemos una reunión para decidir cómo debe ser la charca si se conserva. Lo que se acuerde será la propuesta que trasladaremos", afirma Nus.
Esta misma semana, un grupo de científicos analizará el espacio para conocer el funcionamiento hidrológico de la charca. Se proponen saber cómo se llenó y si el agua está conectada con el acuífero más cercano.
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