Audiencia de Barcelona

Las cámaras acorralan a un profesor de un centro islámico de Vic acusado de abusar de siete menores

Las imágenes muestran cómo el acusado, que se enfrenta a 42 años de cárcel, se acercaba a niños y niñas a los que daba clase

Imagen del juicio que ha empezado en la Audiencia de Barcelona.

Imagen del juicio que ha empezado en la Audiencia de Barcelona. / MANU MITRU

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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La fiscalía pide 42 años de prisión para un voluntario que ejercía de profesor de lengua árabe en un centro de culto islámico de Vic por haber abusado presuntamente de siete niños y niñas, de entre 5 y 9 años, mientras impartía clase. La acusación considera que los hechos son constitutivos de siete delitos de abuso sexual a menores y también otro de exhibicionismo. La acusación también reclama para M. A. la prohibición de acercarse a 500 metros de los menores o comunicarse por cualquier medio con ellos, así como la inhabilitación especial para ejercer cualquier oficio que conlleve contacto con los niños y una indemnización para cada una de las víctimas de 10.000 euros. Una cámara instalada a propósito en el recinto desveló los supuestos tocamientos.

El imputado, que se ha sentado este martes en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona, declarará en el último lugar, presumiblemente este miércoles, a petición de la defensa. Los padres de las presuntas víctimas se han limitado en la primera sesión de la vista a ratificar que sus hijos aparecían en una de las imágenes de un vídeo donde, según la acusación, se puede observar cómo el acusado buscaba el "contacto físico" con los niños y niñas en las clases que tuvieron lugar durante tres días de abril del 2016. "Mi hijo es el que está sentado encima de él", admitió uno de los testigos.

Imágenes explícitas

La cámara que recogió esas escenas fue instalada expresamente, según fuentes jurídicas, al haberse constado el comportamiento sospechoso del que era profesor, ahora jubilado y retirado de la docencia. Al parecer de la acusación, las imágenes son explícitas y, por lo tanto, no han creído oportuno interrogar directamente por los presuntos abusos a los menores para no revictimizarlos y "traumatizarlos" de nuevo.

Además, al ser muy pequeños cuando ocurrieron los hechos, posiblemente no recordarán nada y, por lo tanto, no aportan ningún elemento adicional para dictar sentencia. Una de las pruebas clave, a parte del video, son los informes periciales del equipo técnico penal de Barcelona que examinó a los menores. La hija del acusado, quien al principio y para evitar que fuera visto por las víctimas ha estado resguardado tras una mampara, ha salido en defensa de su padre y únicamente ha declarado que era "muy cariñoso" con los niños y eran estos los que le abrazaban.

Ánimo libidinoso

Según el escrito de la fiscalía, el acusado era voluntario de un centro de la capital de la comarca de Osona y se dedicaba a impartir clases a niños y niñas de entre 5 y 9 años. En tres ocasiones diferentes, durante el mes de abril de 2016, relata la acusación, el imputado, guiado por un “ánimo libidinoso” y aprovechando que los alumnos se acercaban a él para resolver dudas durante la clase, buscaba el contacto físico.

El modo de operar era similar en todos los casos: “Se sentaba a los niños sobre sus piernas y los apretaba con fuerza contra su propio cuerpo”. También les daba besos en el cuello, los abrazaba y los forzaba a hacer “tocamientos innecesarios” de carácter sexual por encima de la ropa. En ocasiones, el acusado también se tocaba ante los menores.

La fiscalía considera que por cada uno de los siete delitos de abusos sexuales se le debe imponer la pena máxima que estipula el Código Penal, seis años de prisión por cada menor, 42 en total. Por el delito de exhibicionismo se solicita nueve meses de prisión, y la fiscalía también pretende que el acusado asuma los costes procesales. La defensa ha aludido a dilaciones indebidas.