En mal estado

Grito de auxilio del delta del Llobregat: el 90% de las charcas están contaminadas

En 2027 acaba el plazo para que el principal humedal barcelonés cumpla con los requisitos que impone la UE

El Remolar-Filipines, humedales de la desembocadura del rio Llobregat

El Remolar-Filipines, humedales de la desembocadura del rio Llobregat / ZOWY VOETEN

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El delta del Llobretat, el segundo más grande de Catalunya, agoniza: ocho de las nueve masas de agua analizadas se encuentran en mal estado. La realidad es que hace meses que agricultores, ecologistas y Generalitat discuten sobre cómo se debe custodiar este espacio. Pero mientras se plantea ampliar el límite de las zonas preservadas, los datos sugieren una pregunta incómoda: ¿antes de salvaguardar nuevos terrenos, no habría que mejorar la situación de los que ya están protegidos?

El escenario, en estos momentos, según datos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), es la siguiente: de las nueve charcas o humedales, solamente una está en una situación decente (aunque con "incertidumbre"): Ca l'Arana. Todas las demás incumplen los parámetros ecológicos exigidos.

En concreto son los espacios de Cal Tet, la Magarola, la Roberta, El Remolar-Filipines, la riera de Sant Climent, el Estany de la Murtra y la Ricarda. Esta última ha sido el ya célebre estanque de la discordia, ya que quedaría afectada por una posible ampliación del aeropuerto.

Un avión con destino a Miami sobrevuela los dominios del delta del Llobregat tras despegar desde la tercera pista de El Prat

Un avión con destino a Miami sobrevuela los dominios del delta del Llobregat tras despegar desde la tercera pista de El Prat / Ferran Nadeu

Ante el estado precario del principal humedal barcelonés, la Administración tiene obligaciones: en 2027 se acaba el plazo para que estas masas de agua cumplan con los mínimos que se requieren. De que esto ocurra se tendrá que encargar la ACA a lo largo del tercer ciclo de planificación, un plan que la Unión Europea obliga a tener preparado y que se va a aprobar a lo largo de este año, con retraso, según aseguran fuentes de la agencia a EL PERIÓDICO.

En el delta del Llobregat, muchas de las aportaciones de agua no son naturales y el espacio depende ya de la acción humana. "La presión urbanística ha truncado los sistemas de aportación naturales y por lo tanto es clave el consumo de agua artificial", explica Anna Barnadas, secretaria de Acció Climàtica de la Generalitat. "Cuanta más presión hay, más deficitarias son las cantidades de agua, y esto también empeora la calidad", comenta Barnadas en referencia al turismo, las infraestructuras (puerto y aeropuerto), las carreteras y las ciudades que rodean el delta.

En estos momentos, parte del caudal del río se mantiene con el agua regenerada procedente de la depuradora de El Prat de Llobregat, un método que la Generalitat quiere potenciar para hacer frente a la grave sequía y que ya está en marcha también en el río Tordera.

Sin embargo, aparte de preservar los caudales, el nuevo reto será mejorar la calidad del agua de unos humedales "degradados". Así lo argumentan tanto la Comisión Europea, que exige dar medidas de protección concretas, como el fiscal de Medio Ambiente de Barcelona, que en un escrito pide acciones urgentes para mejorar una situación "nada halagüeña". El delta del Llobregat, como la mayoría de lagunas y charcas de Catalunya, corre peligro. Y preservarlo está en manos de ayuntamientos, Generalitat y Ministerio, que de momento, siguen sin encontrar un punto de acuerdo que dé una solución.

Suscríbete para seguir leyendo