Crisis climática

¿Por qué es tan grave esta sequía? Claves de una crisis que llegó para quedarse

La falta de lluvias en las cabeceras de los ríos, sumada a las altas temperaturas, ha llevado los pantanos al límite

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía / DAVID APARICIO

Guillem Costa

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Agricultores, responsables de industrias y encargados del riego de parques y jardines ya sufren día tras día los efectos de la actual sequía.

El siguiente paso, si la situación no cambia, serán las restricciones en las casas particulares, ya sea mediante la bajada de presión o directamente con cortes de agua. Pero, ¿cómo se ha llegado hasta este punto? ¿Realmente es tan grave la situación?

Lluvias escasas

El periodo más árido del que se tienen datos en Catalunya es la sequía 2004-2008, pero la actual ya supone el segundo registro menos lluvioso. No se sabe cuánto durará y la falta de agua afecta sobre todo las cuencas internas. Las cabeceras de los ríos Ter y Muga, por ejemplo, no han tenido ningún gran temporal en el último año y acumulan los mayores déficits: solo ha llovido aproximadamente el 70% de lo que era habitual. En el Ter es precisamente donde se encuentra el pantano de Sau.

El último verano llovió de forma considerable en parte de la cuenca hidrográfica del Ter. El agua, sin embargo, cayó únicamente en el Ripollès, y lo que se necesita es lluvia extensa y cuantiosa. Aunque en abril y mayo llueva (primavera siempre es una de las ventanas de oportunidad para combatir las sequías), para compensar la sequía tendría que llover, antes de verano en toda Catalunya, la cantidad de agua que cae en Barcelona en un año.

Altas temperaturas

Los informes científicos más extensos elaborados hasta la fecha señalan a la Península ibérica como uno de los puntos más afectados por la crisis climática. Se estima que en esta región el calentamiento global avanza más rápido que en otros puntos del mundo. En el último siglo, los termómetros se han elevado 1,2ºC respecto a los niveles preindustriales. Los registros constatan que los últimos ocho años han sido los más cálidos desde que existen datos.

Pantanos vacíos

Los embalses están a menos del 27% de su capacidad. A finales de febrero de 2021 superaban el 86%. Las imágenes del pantano de Sau (poco por encima del 6%) ya se han convertido en el ejemplo icónico de la actual sequía. Los pescadores siguen trabajando en el embalse para capturar el máximo de peces posible y evitar que el agua pierda calidad. De esta forma, se puede continuar trasladando agua hacia el pantano de Susqueda.

Los pantanos del sur de Catalunya están en mejores condiciones, pero también muy por debajo de su capacidad habitual. Lo mismo ocurre con los recursos hídricos de la cuenca hidrográfica del Ebro (no los gestiona la Generalitat). Estos embalses tampoco están en una situación óptima.

Riesgo de desabastecimiento

Las autoridades llevan semanas avisando. Si no cambia la situación, los efectos de la sequía se acabarán notando en casa. El director de la Agència Catalana de l'Aigua, Samuel Reyes, calcula que esta coyuntura podría llegar a finales de agosto. Estos días, agricultores ya utilizan agua regenerada para regar en algunos puntos. Además, se ha limitado el uso industrial y el riego de parques y jardines. En el punto en que el abastecimiento se ponga en riesgo, el consumo por persona permitido se reducirá. Serán los ayuntamientos los que tengan que asegurar que se cumple con este máximo marcado.

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