Educación en Catalunya

97.000 catalanes de entre 18 y 24 años no tenían en 2022 ninguna titulación más allá de la ESO

La Fundación Bofill urge al Govern a impulsar un plan de choque de urgencia contra el abandono escolar

La tasa de abandono en Catalunya está estancada en un 16,9%, por encima de la media española (13,9%) y europea (9,7%)

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A1-165803287.jpg / ZOWY VOETEN

Helena López

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Los jóvenes que abandonaron los estudios el año pasado sin más titulación que la ESO podrían llenar el Camp Nou. O, buscando un símil más educativo, llenar 3.200 aulas. Con estas gráficas comparaciones, la Fundación Bofill ha iniciado este lunes su campaña contra el abandono escolar prematuro en Catalunya, estancado en unos niveles (16,9%) que "no se pueden normalizar", denuncian. El año pasado, 97.000 jóvenes catalanes de entre 18 y 24 años no tenían ninguna titulación más allá de la ESO ni estaban estudiando. Una tasa que es el doble entre los jóvenes de origen migrante o de familias con bajo nivel de estudios, cuestión sobre la que los expertos llevan años alertando (muy relacionada con la falta de referentes en las aulas de estos jóvenes).

La entidad reclama al Govern impulsar un plan de choque contra el abandono escolar que permita en el plazo de una legislatura "situar a Catalunya por debajo del objetivo europeo del 10%". Con ese objetivo, la fundación ha puesto en marcha una campaña publicitaria y un manifiesto reclamando que se aborde con urgencia la problemática.

El manifiesto señala que Catalunya ha reducido progresivamente las cifras de abandono educativo prematuro en los últimos 20 años, pero, continúa al frente de Europa en cuanto a jóvenes poco cualificados y sin estudios posobligatorios. Concretamente, la tasa de abandono se sitúa en un 16,9%, por encima de la de España (13,9%) así como la de la media europea (9,7% en 2021).

Consecuencias sociales

La entidad advierte con preocupación de que, más allá de los datos, dejar los estudios tiene "consecuencias en las vidas de estas personas, sobre todo de quienes ya parten de situaciones y entornos más vulnerables". Habla de consecuencias "sociales y económicas" que pueden llegar a sumar el 1% del PIB debido al menor desarrollo económico y al aumento de la pobreza y la exclusión social; y alerta de que el abandono prematuro tiene importantes efectos negativos en la autoestima y en la salud: mientras más de 50% de los jóvenes que siguen estudiando afirman tener una salud "buena o excelente", esta cifra solo llega al 32% entro los que tienen trayectorias de abandono.

Las cifras, no por evidentes, son menos duras. La campaña de la Bofill pone sobre la mesa que más de un 25% de los jóvenes con trayectorias de abandono escolar se sitúan en la franja más baja de los salarios; y casi uno de cada tres de los que han abandonado prematuramente los estudios tienen dificultades para pagar la vivienda, el doble que los jóvenes que han seguido estudiando, que tampoco es que lo tengan fácil.

"Si no se toman medidas, existe el riesgo de cronificar y normalizar estos altos niveles de abandono escolar prematuro", insisten desde la entidad, desde la que también se señala con optimismo que existe "un consenso social y político muy amplio en torno a la necesidad de educirlo". "Evitar la ruptura de las trayectorias educativas de estos jóvenes debe convertirse en una política de equidad y de igualdad de primer orden. El objetivo es que en un plazo de cuatro años se reduzca a la mitad el abandono entre jóvenes inmigrantes o procedentes de familias con bajo nivel de estudios (de un 30% a un 15%)” añaden.

Manifiesto abierto

En ese contexto, la entidad hace un llamamiento a actuar. Impulsan un manifiesto abierto a firmas de entidades y personas a título individual, y ha trabajado durante los últimos meses un movimiento amplio a través de una plataforma que cuenta ya con más de 250 personas de entidades, ayuntamientos y organizaciones en la lucha contra el abandono escolar.

Las propuestas del plan de choque que ponen sobre la mesa se articulan en cuatro grandes ejes: más herramientas para identificar y hacer seguimiento del alumnado en riesgo de abandono y evitar que dejen los estudios prematuramente, la ampliación de la cobertura de ayudas y becas al alumnado para evitar que la falta de recursos sea una barrera; más y mejores recursos de orientación, apoyo y mentoría del alumnado para evitar que abandonen, y una mayor planificación y ampliación de la oferta de educación postobligatoria para que todos los jóvenes puedan continuar sus estudios.

Reformas estructurales

"Es necesario también avanzar en reformas de carácter estructural, en particular, la necesidad de reducir la segregación escolar, ya que estar escolarizado en un centro de máxima complejidad duplica las probabilidades de abandonar los estudios de forma prematura", añade la Fundación, que apuntan también a la necesidad de la ampliación de la escolarización 0-3; las transformaciones de la estructura y la arquitectura de la educación postobligatoria y la continuidad educativa de todo el alumnado.