Investigación en marcha

El crimen de Vallgorguina: "Vi a un hombre subido a mi muro gritando y con un cuchillo en la mano"

La víctima se prostituía para otros hombres y organizaba en su casa encuentros sexuales

Vallgorguina

Vallgorguina / El Periódico

Guillem Sánchez

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"Sigo sin poder quitarme esa imagen de la cabeza", reconoce. Se refiere a la que presenció en la madrugada del pasado 17 de febrero. Esa noche, Pedro dormía en su cama junto a su mujer y, de repente, los gritos de un hombre enloquecido lo despertaron. Se levantó y salió de la habitación. Los gritos no cesaban. Hicieron que su hijo adolescente también saltara de la cama. Los dos abrieron la puerta de la calle, con el corazón acelerado. Y lo vieron. Sobre el muro de su casa, de cuatro metros de altura, había un hombre desnudo, que gritaba enloquecido y sostenía un cuchillo en la mano.

Los Mossos hallaron drogas en el domicilio de la víctima y ahora deben averiguar el grado de consciencia del sospechoso, que ha entrado en prisión preventivamente 

"Hablaba en inglés y le chillaba a algo que estaba al otro lado del mudo. Pensé que sería a un gato, o a un perro". Pedro, aterrado ante la posibilidad de que aquel desconocido saltara al interior de su casa y recorriera los escasos metros que lo separaban de su familia, llamó al 112. "Los Mossos tardaron unos veinte minutos en llegar, que se hicieron una eternidad".

La casa de Pedro está en una calle sin salida al final de una urbanización de Vallgorguina (Vallès Oriental) que se llama La Baronia del Montseny. La llamada de socorro que efectuó al 112 fue a las 02.49 horas. Durante los minutos siguientes, Pedro y el desconocido del cuchillo no se comunicaron. El hombre, que parecía estar bajo los efectos de alguna droga que le había vaciado la mirada, siguió en lo alto de aquel muro, de cuclillas, vistiendo solo unos calzoncillos pero sin acusar los menos cuatro grados de temperatura que señalaba el termómetro. Pedro se limitó a ir comprobando que seguía ahí, porque eso significaba que no había entrado en su casa. Más tarde, supo por su hijo que entiende el inglés, que lo que no dejó de gritar durante ese larguísimo rato aquel individuo, en calzoncillos y aferrado a su cuchillo, fue la frase "I told you" (te lo dije).

Finalmente, las luces azules de la primera patrulla destellearon. Pedro se metió en casa. Aquellos dos primeros agentes de la policía catalana aparcaron frente a su residencia, bajaron del coche y vieron a qué le estaba gritando el desconocido. No era un animal. Era Óscar, el vecino de Pedro, un hombre de nacionalidad española y de 38 años que yacía sin vida en el suelo, completamente desnudo.

Los agentes lograron convencer al desconocido, que seguía enloquecido, para que bajara y para que dejara el cuchillo. Pedro vio desde su casa que los Mossos habían logrado sentarlo en un bordillo de la calle. También que a los pocos minutos el hombre se levantó de nuevo y comenzó a correr hacia el final de la calle. "Los agentes dispararon dos tiros al aire para que se detuviera pero él los ignoró", explica. Pudieron cogerlo de nuevo porque no hay salida en el sentido por el que intentó huir. Si era eso lo que intentaba. Al rato, quiso escapar otra vez pero acabó siendo placado por una agente. Los Mossos se lo llevaron al hospital, donde trató de morder a la doctora que lo atendía.

La casa de Vallgorguina en la que residía la víctima.

La casa de Óscar y, a continuación, de amarillo, la de Pedro. / El Periódico

Prostitución

"Me dio mucha pena ver a Óscar muerto en el suelo", explica Pedro, que reconoce que no se llevaba demasiado bien con él. "Tampoco mal", subraya. El problema es que Óscar que, desde que se había instalado en esa casa, por la que pagaba un alquiler a su dueño, había traído problemas a una calle en la que todo había estado en calma hasta entonces. Óscar, alto y bien parecido, se prostituía para otros hombres y aquellos encuentros sexuales, que a veces eran en grupo, incluían el consumo de drogas y a menudo terminaban en peleas.

Según fuentes policiales consultadas por EL PERIÓDICO, probablemente eso fue lo que ocurrió también durante la noche del pasado jueves al viernes. Un hombre de 46 años, de nacionalidad inglesa, supuestamente consumió alguna sustancia que lo alteró hasta el extremo de atacar a Óscar con un cuchillo.

La agresión sucedió en el interior de la residencia de Óscar, que salió al exterior mal herido y saltó a la calle. Pero el inglés saltó tras él. Los Mossos saben que no abrieron la puerta porque seguía cerrada con llave al día siguiente. Óscar se desplomó frente a la casa de Pedro y su agresor se encaramó al muro y desde allí comenzó a gritar "te lo dije". Pedro y su hijo se despertaron entonces.

La autopsia

Los agentes del grupo de homicidios de la Región Policial Metropolitana Norte de los Mossos se han hecho cargo de una investigación que ahora está pendiente de los resultados del informe toxicológico de la autopsia de Óscar y también de los análisis que se le practiquen al sospechoso inglés.

Durante el registro practicado a la residencia de la víctima, los agentes hallaron drogas –algunas, como el 'popper', frecuentes en sesiones de 'chemsex' sesiones que consisten en mezclar el sexo y las sustancias estupefacientes– y juguetes eróticos. Para los policías, determinar cuál era el grado de consciencia del acusado, que el domingo ingresó en prisión preventivamente por orden judicial, en el momento del crimen es prioritario.

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