Aigües de Barcelona apuesta por la transformación digital de los servicios de agua frente al cambio climático

La crisis climática, con sus cada vez más repetidos y persistentes episodios de sequía y con sus fenómenos extremos, como inundaciones, ha llevado a los principales responsables de la gestión del agua en Catalunya a activar medidas para hacer frente a esta nueva realidad climática. Con este marco como referencia, Aigües de Barcelona, la Agencia Catalana del Agua (ACA) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han sumado sinergias para impulsar el proyecto Ressona, que busca mejorar la situación con la que se encara la emergencia climática a través de la transformación digital en todas las etapas del ciclo urbano del agua en el área metropolitana de Barcelona.

En la región metropolitana de Barcelona, el déficit hídrico es un problema estructural, con una escasez de lluvias propia del Mediterráneo, pero que ahora se ha visto "agravada" por el impacto de la emergencia climática, que ha provocado temperaturas más altas y pluviometría más irregular. En definitiva, hay menos agua para cubrir las necesidades de una población de casi 3,5 millones de habitantes.

La Agencia Catalana del Agua, que el pasado noviembre decretó la alerta por sequía en la cuenca del Ter-Llobregat, estima que el déficit hídrico actual en la región metropolitana es de 2 m3/s, equivalente a 60 hm3 anuales. La previsión es que este déficit se duplique el año 2027 (4 m3/s y unos 125 hm3 anuales) y llegue a los 6 m3/s en 2039 (aproximadamente 190 hm3 anuales).

Ante este escenario de escasez de agua, y para encarar el futuro que viene, Aigües de Barcelona, ACA y AMB han solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica, acogiéndose a la primera convocatoria de proyectos del PERTE Next Generation, una subvención de 10 millones de euros para la digitalización del ciclo del agua. La subvención, que cubriría el 50% del presupuesto del proyecto, permitiría acelerar el despliegue de soluciones para la protección del medio ambiente, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y para mejorar las ciudades y la calidad de vida de las personas.

Una de las mejoras que comportaría la digitalización en el ciclo del agua sería la de ganar eficiencia hidráulica y energética en el agua potable. Otra sería la de fomentar un uso responsable del agua a través de sistemas de telelectura. También permitía minimizar riesgos de inundación y monitorizar en tiempo real el caudal y la calidad de las diversas fuentes de agua. Todo ello repercutiría en una mejora de la planificación estratégica de la gestión del agua.

El proyecto cuenta, además, con objetivos específicos como el monitoraje avanzado de la recarga del acüífero del delta del Llobregat y de la red de agua potable o un sistema de simulación en línea de la red de distribución de agua para optimizar la toma de decisiones y minimizar las pérdidas de agua.

La idea es poner en marcha esta iniciativa el próximo mes de julio para desarrollarla en un periodo de dos años y medio. Desde Aigües de Barcelona consideran "clave" la transformación digital de los servicios del ciclo urbano del agua "para acelerar la transición hacia un servicio que se adapte, de manera sostenible, a los riesgos climáticos actuales y futuros del área metropolitana de Barcelona" y que, al mismo tiempo, "impulse la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero".