Informe anual

El covid-19 hace retroceder la igualdad de género en la UE

El Instituto Europeo de Igualdad de Género alerta del aumento de las desigualdades de género en el empleo, la educación, el estado de salud y el acceso a los servicios sanitarios

Por primera vez en 12 años se constatan retrocesos en áreas como el trabajo y el conocimiento

Una mujer sostiene un lazo morado en una manifestación del 8 de marzo por la igualdad en Bilbao.

Una mujer sostiene un lazo morado en una manifestación del 8 de marzo por la igualdad en Bilbao. / EFE

Silvia Martinez

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La Unión Europea progresa con excesiva lentitud hacia la igualdad género. Aunque el índice que elabora anualmente el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE en sus siglas en inglés) constata una ligera mejoría de 0,6 puntos, hasta los 68,6 puntos sobre 100, lo cierto es que en la última década el avance ha sido bastante limitado. Además, por primera vez, desde la creación de este baremo hace 12 años se constatan retrocesos en áreas claves como el trabajo o el conocimiento y, si no fuera por la presencia femenina en la toma de decisiones y en las instancias de poder, el resultado sería negativo debido al impacto de la pandemia de covid-19. "Esto requiere un análisis urgente. No podemos permitirnos perder de vista la igualdad de género", alerta el director del EIGE, Carlien Scheele.

La conclusión del último informe anual, elaborado con datos de 2020, constata que la pandemia de covid-19 ha afectado negativamente a los "frágiles avances" conseguidos desde 2010. Por ejemplo, por primera vez desde 2010, han aumentado las desigualdades de género en el empleo (tasa de empleo equivalente a tiempo completo y duración de la vida laboral), la educación (graduación terciaria y participación en la educación y formación formal o informal), el estado de salud y el acceso a los servicios sanitarios. Al mismo tiempo, las diferencias de género en cuando al riesgo de pobreza y la distribución de los ingresos entre mujeres y hombres se han mantenido constantes.

"La disminución de la tasa de participación en el trabajo indica que cada vez es mayor la probabilidad de que las mujeres pasen un menor número de años de empleadas, lo que a su vez obstaculiza sus perspectivas de carrera profesional y adquirir derechos de pensión", explica el informe. Los autores del mismo alertan además que dado que las puntuaciones se basan en datos de hace dos años, el empeoramiento de las desigualdades de género podría ser todavía "más significativo" el próximo año a causa del covid. "Nos encontramos en medio de una agitación geopolítica y de múltiples crisis que ponen a prueba los logros en materia de igualdad de género. Debemos proteger lo que se ha conseguido en materia de igualdad de género y convertir esta situación en una oportunidad", sostiene la comisaria de igualdad, Helena Dalli.

Diferencias intraeuropeas

El informe muestra, no obstante, las enormes diferencias entre norte y sur, este y oeste. Los países con una menor brecha de género siguen siendo Suecia (83,9), Dinamarca (77,8), Países Bajos (77,3), Finlandia (75,4), Francia (75,1) y España (74,6) mientras que Grecia (53,4), Rumanía (53,7) y Hungría (54,2) siguen siendo los dos con peores resultados. En total, once Estados miembros registran niveles por encima de la media europea, nueve con más de 70 puntos mientras que siete registran menos de 60 puntos. 

El ámbito de la salud es donde mayor igualdad de género se constata con 88,7 puntos sobre 100 y, por tanto, donde menor brecha existe. El análisis apunta a una ligera mejoría en el último año aunque las desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios también han aumentado durante la pandemia lo que ha llevado a una presión sin precedentes y ha puesto de manifiesto la fragilidad del sector. Por ejemplo, entre el personal sanitario hay más mujeres que hombres que padecen trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y síntomas de agotamiento, señala el informe. 

Otro de los ámbitos donde la brecha de género es menos acusada es el económico, con un índice de 82,6 de 100, aunque la situación tampoco es ideal y se temen retrocesos una vez que se conozcan plenamente las consecuencias de la pandemia, particularmente entre las mujeres con un bajo nivel educativo que se han visto más afectadas por una reducción de las horas de trabajo, las ausencias o los permisos no remunerados. "Las mujeres mayores de 65 años tienden a ganar un 48 % menos que los hombres de la misma edad, lo que es resultado del impacto acumulado de las desigualdades de género a lo largo de la vida laboral" y "las mujeres con estudios superiores también están por detrás de sus compañeros en cuanto a ingresos" lo que corrobora "que el nivel de estudios no produce los mismos dividendos para las mujeres que para los hombres", apunta el análisis.

Estancamiento en el trabajo

La crisis sanitaria desatada por el coronavirus también ha llevado al estancamiento en los progresos en materia de trabajo -con un índex de 71,7 de 100- debido a que los sectores más afectados por los cierres, como los servicios y los empleos con altos niveles de interacción social, es donde principalmente trabajan las mujeres. Al mismo tiempo, no obstante, una mayor proporción de mujeres que de hombres en los sectores esenciales (como educación o sanidad) podría haber contribuido a mantener a muchas mujeres en sus puestos de trabajo durante la pandemia. El ámbito del poder y la toma de decisiones, no obstante, es en el que más se ha reducido la brecha de género aunque las mujeres siguen estando infrarrepresentadas y el índice todavía se sitúa en 57,2 de 100. 

Según el informe, las mujeres representan el 33% de los miembros del parlamento nacional y algo más de un tercio de los miembros de las asambleas regionales y locales/municipales (35% y 34% respectivamente). Además, la proporción de mujeres en los consejos de administración de las mayores empresas europeas cotizadas alcanzó un máximo histórico del 32 % en abril de 2022. Aún así, el informe hace hincapié en que las decisiones de emergencia del covid fueron tomadas mayoritariamente por hombres. Por ejemplo, hasta marzo de 2022, solo 1 de cada 4 ministros de sanidad de la UE y menos de 4 de cada 10 viceministros eran mujeres, y en abril de 2022, el 44% de los miembros de los comités científicos consultivos de la UE eran mujeres.

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