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Migrañas, dolores musculares, sequedad de ojos: ¿a qué temperatura es un problema el aire acondicionado?

Provoca problemas en las vías respiratorias, pero también deshidratación o dolor de cabeza

El Gobierno limita el aire acondicionado de empresas, comercios y transportes a 27 grados y la calefacción a 19

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El calor intenso que está azotando el país este verano provoca que muchísimas personas recurran a sistemas de aire acondicionado como una medida eficaz para luchar contra las altas temperaturas. Pero una exposición constante a este frío puede provocar problemas de salud, que sobre todo afectan al sistema respiratorio.

Cabe recordar, que el Gobierno aprobó un paquete de medidas para el ahorro energético, entre las que se incluye el mantener el aire a un mínimo de 27 grados (en verano) en los establecimientos destinados a usos administrativos, comerciales, culturales como cines o teatros, de ocio y estaciones de transporte de viajeros como aeropuertos y estaciones de tren.

Efectos negativos

Aunque en viviendas privadas no afectará esta regulación, cabe tener en cuenta que los expertos recomiendan tener el aire entre 23 °C y 25 °C durante el día. Por la noche, lo mejor es prescindir de él, pero si aun así se decide dejarlo encendido, establecer una temperatura no inferior a los 25 °C. Por debajo de estos márgenes, pueden aparecer varios problemas que detallan los médicos.

  1. Problemas respiratorios. Probablemente, el más conocido es el dolor de garganta, pero también puede provocar resfriados, tos e incluso empeorar las crisis asmáticas. Un uso prolongado, también faringitis o laringitis.
  2. Dolores de cabeza y migrañas. Con el frío, los vasos sanguíneos se contraen, y esto contribuye a padecer dolores de cabeza o migrañas.
  3. Sequedad e irritación de los ojos. La sequedad ambiental provocada por los sistemas de climatización reduce la capa de lágrima de los ojos, que provoca irritación y escozor.
  4. Deshidratación. Al estar a una temperatura inferior, se reduce la sensación de tener sed, por lo que no hay que olvidarse de beber suficiente agua.
  5. Dolores musculares. Igual que pasa con los vasos sanguíneos, los músculos se contraen con el frío. Hay que evitar los cambios bruscos, por ejemplo, después de hacer deporte o al entrar y salir de la oficina.
  6. Irritaciones de la piel. La sequedad ambiental puede derivar en irritaciones dérmicas y empeorar condiciones preexistentes.
  7. Infecciones víricas. Estos aparatos mantienen el aire en circulación, pero no lo renuevan. Por lo que si hay virus del resfriado, gripe o coronavirus, puede contribuir a su transmisión.

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