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Carlos Ríos, el (discutido) paladín de la guerra contra los ultraprocesados

Carlos Ríos Cuaderno

Carlos Ríos Cuaderno / José Luis Roca

Begoña González

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Más de un millón de personas le siguen en Instagram. Carlos Ríos (Huelva, 1991) es el gurú de la comida saludable en España. Lo que dice, va a misa para los 'realfooders', que es como llama a sus fans. Este 'influencer' del nutricionismo ha lanzado, además, una línea de productos propia, una aplicación y varios libros –el último, 'Pierde grasa con comida real' (Paidós)– para combatir los ultraprocesados: alimentos que llevan azúcar, harina refinada y aceites de girasol, palma o semilla y que, por norma general, tienen muchas calorías y son bajos en nutrientes. La cara b de su rápido ascenso despertó a la crítica. El onubense afincado en Barcelona dice que lo lleva bien, pero en octubre salió de Twitter.

Hace algo más de cuatro años, las dificultades para perder peso de sus pacientes le llevaron a iniciar la cruzada. «Al acabar la carrera, empecé a pasar consulta en Huelva. Me di cuenta de que la gente no tenía ni idea de comer sano y que el propio entorno les llevaba a consumir ultraprocesados –explica Ríos–. Despertando la conciencia de cuál es la comida saludable, vi mejores resultados». Y decidió propagar su mensaje en las redes sociales para llegar a más personas. Pronto fue aupado por los usuarios como la máxima autoridad nutricional en un panorama cargado de productos dañinos, que él apodó como la 'dictadura de Matrix'.

«Matrix' es todo lo que nos lleva a consumir mal. No porque haya una conspiración que busque matarnos, sino porque la comida insana es un negocio y hay quienes ganan mucho dinero a costa de la salud de quienes la consumen», explica el nutricionista. Su oposición frontal a la industria le ha valido el calificativo de extremista alimentario por parte de sus 'haters', que a pesar de que son muchos menos que sus fans, son una cantidad considerable. «Un gran cambio de mentalidad genera una fuerte oposición. Lo acepto y lo llevo bien», manifiesta el onubense.

Línea de productos

En gran medida, una porción del odio que recibe a diario parte de la creación de su última línea de negocio. Ríos comercializa sus productos 'realfooding' (comida real) desde marzo de 2021, momento en que se estrenó con un hummus al que siguieron ofertas de gazpacho, guacamole, pan y cremas untables. «Hay gente a la que a lo mejor no le gusta que me vaya bien, o que desarrolle mi actividad de modo no gratuito. Son opiniones que respeto pero no comparto», señala el onubense. 

"No hay una conspiración que busque matarnos, pero la comida insana es un negocio que mueve dinero"

Hasta el momento, el nutricionista siempre había llevado a cabo colaboraciones con marcas de alimentación saludable o supermercados, ya fueran promociones gratuitas o pagadas. «En el punto en el que estoy, quise desarrollar mis propios productos con buenos ingredientes», asegura. «El día que promocione, recomiende o venda ultraprocesados acabará mi discurso y es algo de lo que no tengo intención», zanja, cansado de la polémica.

«Si desayunas todos los días un zumo con galletas o cereales azucarados estas metiendo una comida insana de forma frecuente en tu cuerpo, y eso al final tiene un impacto en tu salud», explica Ríos. Su lucha es precisamente contra esos ingredientes y no contra quienes le critican. «No hay ningún tipo de crítica demostrable porque ninguno de los productos de la línea realfooding tiene ingredientes que sean malos», argumenta. Su sueño es crear un supermercado 'realfooding' en el que comprar sin preocupaciones acerca de qué ingredientes o mentiras esconden los productos, pero de momento, se conforma con los productos. 

Su sueño es crear un supermercado 'realfooding' en el que comprar sin preocupaciones

Comer sin culpa

Llegados a este punto es probable que la palabra ultraprocesado haya empezado a calar y que empiece a verla con cierto recelo. Minipunto para el realfood. Asegura Ríos que hay que reducir su consumo, pero tampoco hay que desterrarlos por completo, algo que incluso él mismo asegura que hace. «¿Cuándo fue la última vez que se comió un bollycao?», le preguntamos. «Uf, ni me gustaban ni me gustan, pero podría decir que consumí un ultraprocesado la pasada semana. Y lo hice sin culpa. Sé que es una porción mínima de mi dieta global», explica. 

A su juicio, la comida es un disfrute no solo algo que debemos hacer por salud. «Pero aprender a comprar y cocinar contribuirá a que disfrutes más la comida», añade Ríos. Ese es, en parte, su cometido en las redes y el que ha desarrollado a través de su aplicación, con la que se escanean los productos del supermercado para saber cuál es su calificación en la escala realfooding.

Del mismo modo, Ríos busca eliminar las connotaciones negativas de la palabra dieta. En muchas ocasiones, se sobreentiende que es para perder grasa, pero eso forma parte de una obsesión de la sociedad actual que se conoce como gordofobia. «Todo el mundo tiene la necesidad de comer saludable y no todo el mundo tiene que perder peso, por eso la dieta no debe llevar implícita siempre la pérdida de peso», zanja el nutricionista.

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